30.1.13

Política y Universidad


La IV Región, en la década de los 60, obtiene la instalación del Colegio Regional Universitario, dependiente de la Universidad de Chile, siguiendo el ejemplo de Temuco. Raúl Bitrán, Jorge Martínez Castillo Alcalde de la ciudad, y el apoyo de Diario el Día, del Rector  de la Universidad, Juan Gómez Milla, la gran educadora Irma Salas y las organizaciones estudiantiles, lograron instalar este pionero establecimiento de enseñanza superior. Su primer Rector fue don Alberto Arenas Carvajal, de grato recuerdo para todos quienes pasamos por sus aulas.
Con el paso de los años la necesidad de una enseñanza superior y de calidad, llevó a la Escuela de Minas a depender de la Universidad Técnica del Estado y posteriormente refundir ambos establecimientos en la Universidad de La Serena, de sólido y bien ganado prestigio.
Las universidades privadas fueron conocidas desde comienzos del siglo XX, como la U. de Concepción, donde uno de sus creadores y primer Rector, fue el serenense Enrique Molina Garmendia. Se uniría la U. Técnica Federico Santa María, creada con un legado de don Federico Santa María Carrera y aprobada por decreto supremo el 26 de Abril de 1926.
Ciertamente la intención de los sectores privados, que entregaron inteligencia y recursos, fue altruista, pensando en un país que requería de la educación, como pilar fundamental para su crecimiento y desarrollo.
Como señaló don Pedro Aguirre Cerda, profesor de castellano y filosofía y abogado, “gobernar es educar”. Legislaciones no muy claras, sobre qué es lucro y qué no lo es, tejió zonas oscuras sobre las universidades. Los ejemplos de La República, que engañó flagrantemente a alumnos y profesores o del Mar, en el mismo grado de manejo irresponsable, hacen que otras universidades, que buscan hacer las cosas en un marco de excelencia sean cuestionadas.
No es cosa de meter a todos en el mismo saco, resultaría injusto y absurdo. El Estado debe plantear una legislación que, junto con legitimar el esfuerzo privado, fije reglas claras de administración  en los patrimonios involucrados.
Ningún gobierno a partir del año 90 está libre de culpa, todo el espectro político ha metido su mano en las universidades.
No existe el mismo altruismo, ni en la Concertación o la Alianza, más algunos partidos políticos menores, que tenía Santa María, Enrique Molina o Pedro Aguirre Cerda, entre tantos otros.