27.1.07

www.corruptos.cl


Que la informática puede ser la mejor manera de terminar con los atisbos de corrupción que hoy enfrenta el país, deberá probarse ahora luego que, la semana pasada, se lanzó oficialmente la página web que nos sirve de titular para la presente columna.

No nos escandalicemos, tampoco la justifiquemos, pero la corrupción ha existido siempre en Chile. Es hipócrita rasgar vestiduras pensando que solo ahora ello ocurre.

La corrupción es un mal que existe en el sector privado, como en el público.

Podemos dividirla en dos grupos, la blanda y la dura. La blanda es aquella de la cual siempre la política, lamentablemente, se ha nutrido. Se refleja en la intervención electoral cuando en la búsqueda de votos se inauguran obras que no están terminadas, como el transantiago, por dar un ejemplo plenamente vigente.

La corrupción blanda abunda en las promesas electorales que, cuando se gana, nunca se cumplen o que, cuando se sabe que no se ganará, se ofrece hasta lo imposible.

La corrupción dura, entre tanto, es aquella cuando se mete mano a los dineros públicos para destinarlo a fines diferentes para lo cuales se presupuestaron. También entra en este campo cuando se pagan sobresueldos y ese fenómeno se esconde al escrutinio público, hasta que la justicia obliga a quien gobierna a dar una explicación. Es corrupción obtener de un servicio que depende del estado, un pronunciamiento determinado que, un complemento de la remuneración, sencillamente no paga impuesto ya que proviene de un glosa no de sueldos, si no de “gastos reservados”.

Pero esta corrupción interna, de responsabilidad de un determinado gobierno, no es de ahora, es casi una costumbre. Antes desconocíamos estos hechos, porque no había forma que llegaran a la opinión pública, por temor o por que los sistemas administrativos eran de registros “a pluma y papel”, en escritos, libros mayores y contabilidades difíciles de registrar e interpretar.

Con la digitalización de los sistemas, y un periodismo indagatorio que ya no se queda en los “comunicados oficiales” y que no hace caso de la recurrida frase “consultaré con mis abogados”, a manera de amenaza, las cosas son más claras y quienes se sienten tentados a hacer mal uso de los recursos del estado saben que sus días están contados.

Pero no pensemos que la corrupción se produce solo en las arcas fiscales, el sector privado tiene una responsabilidad ética y moral de no fomentar las malas prácticas. Para que existan algunos fiscalizadores corruptos en Impuestos Internos, por ejemplo, tienen que existir empresas privadas que incentivan una actuación torcida y anómala.


No podemos cometer el error de pensar que todo el sistema que controla el giro para recaudar los ingresos fiscales es corrupto. Los sistemas de recaudación y control que tiene ese servicio son los más avanzados del mundo.

Sus funcionarios, altamente profesionales, no responden a “cuoteos” políticos.

Prestigia al servicio tener Directores Regionales que han hecho toda un carrera funcionaria, algunos con hasta 40 años de actividad, y con un alto sentido de responsabilidad.

Es, quién ofrece una suculenta suma para vulnerar los controles y la ley, quien también debe ser castigado junto a los que ceden a la tentación de ponerse al margen de ella por dinero.

La corrupción, lamentablemente, blanda o dura, pasa por nuestros estilos de comportamiento. Pensar que con una cuña podemos lograr lo que, derechamente, no nos atrevemos a obtener. Buscamos siempre el camino corto y fácil.

La política, tiene prácticas que conducen a la “ideología de la corrupción” como lo señalara un ex parlamentario de gobierno, pero no olvidemos que este es un tema que debemos combatir como país. Es una práctica que, hasta donde sea posible, hay que controlar si resulta difícil de desterrar.

No se gana un gobierno solo denunciando a los corruptos. El mejor favor que Chile espera, es que todos los poderes del estado, incluyendo al “cuarto poder”, el periodismo, se unan en una sola y gran cruzada, poner fin a un flagelo antes que el se convierta en un modo de vida.

www.corruptos.cl, es una buena manera de comenzar.

20.1.07

¡Me mando solo!


Muchas veces hemos escuchado la afirmación, ¡yo me mando solo!, o más tajante, ¡a mí no me manda nadie! Pero en la vida familiar cuenta la esposa, los hijos, los suegros y hasta la abuela. Nadie se manda solo, menos en el trabajo.

En política es lo mismo. El partido decide y los diputados o senadores acatan los acuerdos, aunque existan algunos díscolos. El que intenta aprestos de independencia se va. Sin embargo, la semana que termina, descubrimos que Chiledeportes se manda solo, o por lo menos así lo declaró un ex Ministro de la Secretaría General de Gobierno, Francisco Vidal, y el propio titular de la cartera Ricardo Lagos Weber

De inmediato, varios parlamentarios de oposición y por lo menos un senador de la concertación, salieron a la palestra. Jorge Pizarro (DC), dijo que la aseveración ministerial resulta, por decir lo menos, incongruente y más huele a una intención de eludir una responsabilidad, que está más que clara desde el punto de vista político.

Y razones sobran. Primero, Chiledeportes no puede mandarse solo, si el Ministro Secretario General de Gobierno es quien nombra al director nacional de deportes, que tiene rango de subsecretaría, afirmación corroborada el pasado jueves por el senador Pizarro.

Segundo, no puede mandarse solo, si el ex Ministro Osvaldo Puccio reconoce que aceptó que el Director Nacional de Deportes nombrara a Juan Michel, director metropolitano, conforme una terna elaborada por el senador Adolfo Zaldívar, en ese momento presidente de la DC, según declaraciones de la ex Intendenta Ximena Rincón, actual Vicepresidente de la DC el pasado miércoles.

Tercero, no puede mandarse solo, si cuando estalla el escándalo la Presidenta Bachelet ordena a Ricardo Lagos Weber y a la subsecretaria Catalina Depassier que elaboren un proyecto, de reformulación de políticas y controles internos.

Cuarto, cuando se discute el presupuesto de Deportes, el Ministro Secretario General de Gobierno acompaña a la Subsecretaria al congreso. Si Chiledeportes se mandara solo cabría preguntarse ¿qué hacia el Ministro en todos estos afanes? Debemos recordar que, el ministro Lagos Weber, debió aceptar la renuncia de su propio jefe gabinete, a consecuencias del escándalo de las listas con asignaciones de recursos a parlamentarios del PPD.

Dice el senador Pizarro que los ex ministros de Lagos Escobar, cometen un error conceptual absoluto al decir que la cuestionada unidad no dependía de ellos, “porque quedó claramente establecido en la discusión de la ley que el ministerio con el cual se relacionaba Chiledeportes es la Secretaría General de Gobierno”.

“El ministro Vidal está equivocado, él mismo sabe que es el ministerio secretaría general de gobierno es quien coordina, dirige y supervisa todo lo que sucede en Chiledeportes. Es más, ellos en los nombramientos, han fijado los criterios políticos, han asistido a las comisiones, han estado en el Congreso, han defendido los presupuestos” – diario La Segunda, jueves 18 de enero -.

Las declaraciones del Ministro Lagos Weber obligarán a la Presidenta, nos parece, a clarificar a la ciudania quién manda en el vapuleado Chiledeportes, especialmente luego que, respondiendo a las declaraciones del senador Jorge Pizarro, el ex ministro Francisco Vidal afirmó, “el senador fue un gran gestor de la ley de deportes y, como tal, sabe que no hay dependencia jerárquica ni administrativa, entre Chiledeportes y el Ministerio Secretaria General de Gobierno”.

Para Francisco Vidal es un servicio descentralizado.

Nos preguntamos ¿Fue esta falta de control o de mando, la que facilitó que se manejaran los recursos tan discrecionalmente? Si así fuera ¿no debería, el propio Gobierno, arbitrar las medidas para que la Subsecretaría dependiera, específicamente, de un ministro de Estado?, cosa que a la mayoría de los chilenos nos parecía tan clara.

¿Mandarse solo? Todos lo quisiéramos, pero nadie puede hacerlo así como así, menos en un estado de derecho y cuando lo que se administra son recursos públicos, pomposamente aludidos como “de todos los chilenos”.

Claro está quedando que, los que se mandan solos, han echado mano por falta de control y vigilancia en este caso específico, a los “recursos” para fines bastardos.

13.1.07

La política y la justicia


Cuando cada día nos enteramos de las noticias, no sabemos con certeza cuando se trata de información policial o política, así de complejo se ve el panorama de las últimas semanas. Este tema será más álgido ahora que ha sido detenido uno de los presuntos cerebros de la falsa empresa Publicam, cuyas facturas sirvieron para justificar gastos electorales el 2005.

El viernes pasado, en una sala del 7° Juzgado de Garantía de Santiago, los fiscales Iván Millán y Nancy González formalizaron a Manuel Arancibia como imputado, en la que se ha denominado "mafia" del IVA, que logró timbrar, legalmente, más de 25 mil facturas falsas en la Región Metropolitana.

El primer fiscal en intervenir fue Iván Millán, quien investiga la aparición de dos facturas Publicam en la rendición de cuentas del senador Guido Girardi (PPD).

El fiscal Millán relató ante el tribunal como Arancibia fue contactado para comprar las facturas Nº 530 y 551 de la firma falsa Publicam, e incorporarlas a la rendición de cuentas de Girardi, acusándole de paso de actuar en complicidad con Ricardo Farías, administrador de la campaña del senador Girardi.

La tesis de la fiscalía es que ambos imputados evitaron, de esa manera, devolver el excedente de ingresos de recursos a la campaña, que debían reintegrarse al Servicio Electoral, cuadrando los gastos con facturas Publicam y provocando un daño al fisco de $24 millones al no devolver, como establece la ley, el excedente al fisco.

Por el tema antes mencionado es probable que el senador del PPD deba concurrir a la presencia del fiscal Millán esta semana. De acuerdo a lo investigado por la fiscalía, fueron los hermanos Walter y Dante Leoz quienes pagaron $700 mil pesos a Arancibia por estas dos facturas. Según el Fiscal a cargo del caso, Dante Leoz habría sido el que las hizo llegar a Ricardo Farías, administrador electoral del parlamentario.

Según los fiscales Millán y González, Arancibia vendía facturas y cobraba el 10% de las ganancias, y un 2% lo repartía entre sus intermediarios.

Arancibia, junto a la contadora Gloria Pavez y quien oficiaba como su secretaria María Soledad Chávez, constituían sociedades con mandatos falsos y realizaban la iniciación de actividades y timbraje, gracias a la colaboración de Luís Jofré, funcionario del SII de San Bernardo.

Pero, suma y sigue, Manuel Arancibia será, ahora, requerido la próxima semana por los fiscales del caso Chiledeportes, Francisco Jacir, Vinko Fodich y Xavier Armendáriz, quienes han solicitado que el 8° Juzgado de Garantía fije una audiencia de formalización para el miércoles.

A lo señalado se agregan que producto de las declaraciones ante los tribunales de Jorge Schaulsson, El Pleno de la Corte Suprema resolvió el viernes pedir un informe a la ministra Gloria Ana Chevesich, al ministro de Rancagua Carlos Aránguiz y la jueza (s) del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Macarena Rubilar, que han decretado diligencias por las declaraciones del expulsado ex presidente del PPD.

Lo que busca la Corte Suprema es zanjar el tema de la competencia en la investigación judicial del uso de gastos reservados para los partidos de la concertación.

A todo lo que hemos dado a conocer se agrega un fallo del Tribunal constitucional que permite formalizar a los diputados Amelia Herrera, de RN, Rodrigo González y Laura Soto, ambos del PPD, por presuntos delitos de fraude al fisco.

A Amelia Herrera se le acusa de haber utilizado recursos municipales para el financiamiento de una revista político-propagandística que resume su gestión cuando era alcaldesa de Quilpue, entre 1996 y 2004.

A Rodrigo González y Laura Soto se les acusa de haber empleado fondos fiscales del Programa de Generación de Empleo (PGE), para pagar a activistas que trabajaron en "puerta a puerta" durante la última campaña política.

En definitiva lo que reflejan las últimas encuestas, aún que los casos no están cerrados, justifican que la política figure más en la página de tribunales y poco en la del congreso.

La ciudadanía requiere transparencia y se nota que no todos los actores políticos, los denominados “peces gordos”, están colaborando como debieran ya que nadie quiere reconocer los errores y se está tendiendo una peligrosa cortina de humo que, es de esperar, la justicia sepa despejar.

5.1.07

¡Mejoren la conducta!


Debo confesar que me ha tomado dos días, por lo menos un par de horas cada uno, para sacar algunas conclusiones sensatas de la última encuesta CEP. El viernes por la tarde, en la medida del tiempo disponible, busqué cómo definir con exactitud, tomando en cuenta la magnitud de datos, algunas conclusiones ante el acostumbrado estilo de los políticos criollos de atribuirse logros y triunfos que la medición de opinión no señala.

La primera dificultad es separar la paja del grano. La encuesta nos dice algo muy claro, la política está mal calificada, por no decir desprestigiada, oficialista y opositora.

Al leer las reacciones de los dirigentes uno no puede menos que exclamar ¡no tienen remedio!. Sencillamente no escuchan a la gente. No saben interpretar adecuadamente el mensaje allí contenido.

Un 82 % de la gente le está diciendo al oficialismo y a la oposición “trabajen unidos”. La respuesta de los políticos es continuar atacándose y atribuyendose triunfos o avances que solo anidan en su propia imaginación.

Que más dice la encuesta, el 83% piensa que la corrupción penetra en la administración pública debido a que los cargos se llenan por cuoteo político y no por méritos.

De tanto leer barbaridades e interpretaciones antojadizas de presidentes de partido, dirigentes y parlamentarios, por lo menos uno encuentra una voz sensata, justificación a la buena evaluación que recibe pese a todas las contrariedades que ha debido enfrentar, esa voz es de la Presidente Michelle Bachelet. Define, valientemente, que nos está diciendo la ciudadania:

"A nombre de todos, quiero pedirle a todo el mundo que está involucrado en la política, a todos los que estamos en la política ¡pongámonos a la altura de las necesidades de la gente!"

De todos los personajes que dieron su opinión en cuanto a los resultados, nadie se enfocó en lo medular de la manera que lo ha hecho la Presidenta. Su forma de enfrentar la medición de opinión, sin rodeos, me parece sobria, clara, valiente y podría agregar algunos adjetivos más que, probablemente, sacrificarían mis permanentes esfuerzos por ser objetivo y ecúanime.

Dice la Presidenta: "Yo quiero que digamos las cosas claras, hay cierto malestar en la gran mayoría del país por la forma en cómo se está haciendo política y hay un llamado general de atención para todos los que se dedican a la política para que mejoren las conductas".

Se debe recordar que existe la percepción en un 60% de los encuestados que el gobierno gasta mal los recursos que recibe de todos los chilenos y solo un 32 % que lo hace bien.

También debe tenerse presente que la oposición, aunque mejora en cuatro puntos, solo recibe un 24% de apoyo en la forma como desarrolla su labor.
Citamos por última vez la opinión de Michelle Bachelet: "La gente quiere que los políticos hablen menos y hagan más, quiere una clase política más concentrada en los cambios que el país requiere, en buscar acuerdos, que en el Parlamento se aprueben más rápido los proyectos"

Obviamente que el desempeño del parlamento es pobre. Comisiones, como la de Chiledeportes, que por la censura a su presidente, se desarma y hoy es solo un remedo de lo que debe ser una instancia investigadora. Parlamentarios que faltan a su trabajo. Que citan a reuniones especiales a las que no concurren.

La ciudadanía quiere cambios, sin embargo, queda la impresión que corporativamente los políticos no ofrecen garantías, de allí que las opiniones se concentran en las personas.

Hoy en política al electorado no le queda otra alternativa que refugiarse en las individualidades y allí no pesa el color político. La ideología no tiene ningún significado, por ello brillan nombres como Ricardo Lagos con una evaluación positiva de un 66%. No puede la concertación atribuirse ese logro, es de la persona, como tampoco la oposición puede atribuirse el 45 % de Piñera, que supera con creces el 24 que obtiene la alianza.

En definitiva, si la clase política no mejora la conducta, lo más probable que busquemos para el futuro a Don Francisco, Al Mati Fernándes, o Claudio Borghi.