27.11.06

Tres puntos malos.

Hoy la política es lo más parecido a un rodeo.

Ante los últimos acontecimientos de corrupción que siguen ocupando, por cinco semanas, los principales titulares de la prensa, radio y televisión, hemos apreciado con sorpresa como ha aparecido, en la medialuna del parlamento, toda suerte de colleras, cada una correteando alguna iniciativa que despiertan gritos de aprobación o silbidos de rechazo del respetable.

Muchas colleras han visto que la “atajá” no la hacen ellos sino que gente que no está metida en el rodeo, pero que tiene el poder suficiente para inmiscuirse y sacar a los jinetes fuera de la pista.

Se quiere constituir una comisión investigadora por el caso Chile deportes y una collera afuerina, recomienda postergar la corrida, ya que para eso se está corriendo en otro lado el gran premio “justicia chilena”, así, no pueden existir dos eventos paralelos.

Pese a todos hay carrera corrida. Con gran sorpresa de los participantes, el capataz no es del mismo equipo. Las recriminaciones no faltan, traición, falta a la unidad, gritan desde galerías y tribuna. Los que no querían que la carrera se corriera ahora dicen que no ha sido esa su intención.

En medio de todo sale una collera inesperada, Henríquez Ominami y Alinco, montados en “rebelde” y “taimado” arrean a “despenalización del aborto”.

A varios no les gusta el animal, ni siquiera para verlo corriendo. A la salida de la puerta, desde el palco, el jurado dice que no puede salir de los corrales y lo empujan dentro.

Piden quedar “al aguaite”, pero no los dejan

Se corre, ahora, el gran champion PGE, (Programa de generación de empleo) muy disputado, donde se sabe que es carrera corrida para algunos conspicuos personajes, pero, entre guitarreo parlamentario y huifas de sus operadores, se impide que el anuncio sea completo. Solo se puede hablar de la carrera pero no de los participantes. La collera Fuentealba – Vallespin, que tenían todas las ganas que se anunciara a los jinetes, son repentinamente acallados desde el fundo de La Moneda. Un llamado telefónico, con argumentos para reflexionar sobre lo malo que sería anticiparse a nombrar a los participantes, los lleva, entre rezongos y relinchos de sus cabalgaduras, fuera del ruedo, pese a sus protestas.

Parece bueno que la carrera se corra, pero sin que el respetable público se enteré de quienes montan los caballos “estafa” y “corrupción”.

Así la fiesta del campo chileno se desluce entre empujones y “atajás” que sacan a los animales de la cancha y las colleras, tan ganosas al principio, en aras de la unidad, van quedando con las ganas de encerrar a las bestias de este rodeo que ya parece un chiste.

La política, una vez más, muestra que a vista y paciencia del público se hacen toda clase de maromas y martingalas, chanchullos y movidas, para que nunca lleguemos al fondo de la corrida.

La Cámara de Diputados tiene como una de sus tareas fiscalizar, pero cuando quiere hacerlo en serio, el Ministro del Interior dice que no es bueno, para la convivencia, dar nombres de los presuntos responsables, cuyos equipos de campaña le han sacado el pan de la boca a gente pobre y sin trabajo.

Así los parlamentarios honestos, que prestigian la política, deben aceptar, en aras de la convivencia y de la unidad, que no les habran la puerta de esta singular medialuna. Seguramente son buenos jinetes pero sin cancha para correr.

Ojalá que las medidas anunciadas por la Presidenta Bachelet se apliquen y resulten efectivas, pero la primera señal dada desde el palacio de Gobierno, por la segunda autoridad política del país, no es buena.

Queda la impresión que a los políticos, con honrosas excepciones, les gusta enterrar sus escándalos en tumbas sin nombre.

17.11.06

La guerrilla política

Nada como un buen escándalo para mostrar las luchas internas en las colectividades políticas.

Aunque se estima que quienes son afines en sus ideas, compañeros, camaradas correligionarios etc. se unen en torno a un partido político y participan de sus actividades, elecciones internas y externas, alianzas y desarrollo estratégico para conquistar el poder, siempre queda al desnudo que la unidad que predican, al interior no se practica.

Cuando se es gobierno la responsabilidad, sin embargo, es mantener la unidad de las fuerzas políticas que le sustentan. En esta ocasión las autoridades se han auto marginado, a lo menos públicamente, lo que provoca en los partidos polémicas y desencuentros que dejan una secuela que agrava aún más la situaciones que fueron desencadenantes.

Es un efecto dominó que se produce en la medida que transcurre el tiempo, sin un golpe de timón fuerte de quién manda y puede provocar daños irreparables como la renuncia de militantes, pérdida de parlamentarios y divisiones larvarias que, más adelante, serán difíciles de controlar.

Hoy existen dos escenarios claros. Uno es el escándalo y sus efectos asociados. El otro corresponde a las recriminaciones internas que ya escapan al control partidario y golpean, duramente, a las autoridades gobernantes.

Veamos algunos ejemplos. La acusación del diputado socialista Fulvio Rossi que el gobierno impide la formación de una comisión investigadora del caso Chiledeportes en la cámara. La ratificación de la misma acusación de parte de su esposa, la diputada PPD, Carolina Tohá que dice que el gobierno, con esa actitud se ha pasado un auto gol.

La posición antagónica del senador Fernando Flores que ha complicado aún más las relaciones de uno de los principales partidos de la concertación.

Acusaciones de funcionarios públicos forzados a mentir, según ha dicho, para proteger al senador Girardi. Para orientarles legalmente, el senador Flores, ha dispuesto un equipo de abogados de alto nivel.

La guinda de la torta la ponen las declaraciones de Girardi el viernes que textualmente expresan: “Nosotros creemos que en Chiledeportes está el verdadero problema de corrupción en Chile, tal vez el más grande y grave problema de corrupción que ha habido en este país (...) No es un problema puntual, sino que es una red de corrupción que está operando en todo Chile desde Arica a Punta Arenas". Luego agrega “Queremos saber cuál fue el destino de estos dineros y quiénes fueron los beneficiarios de estos robos. Estamos hablando de un caso que no es puntual sino de una red sistemática de corrupción para apropiarse de recursos fiscales” (Diario La Segunda).

Como si esto fuera poco otro diputado, el D.C. Gabriel Ascensio, dijo el viernes pasado que era vergonzoso e inaceptable para alguien que fue diputado, el rechazo del senador Camilo Escalona a la creación de una comisión investigadora de la cámara que indague las irregularidades cometidas en Chiledeportes. En una conferencia de prensa dijo a los periodistas: “no es efectivo lo que señala el senador Escalona, en el sentido que una investigación de la cámara, paralela a una de la justicia y de la Contraloría sea innecesaria porque podría interferir en ellas, ya que nosotros perseguimos responsabilidades políticas y no legales, como lo hacen los tribunales o administrativas, como la contraloría”.

La polémica proseguirá con fuerza esta semana y como consecuencia, en algún momento del tiempo obligará a la Presidenta Bachelet a intervenir, no para reiterar sus, casi diarios, llamados a combatir la corrupción, si no que para algo más fundamental cuidar la unidad de los partidos que dan sustento a su gobierno. Seguir permaneciendo al margen, lo que parecía una buena estrategia, ahora se transforma en una actitud políticamente peligrosa.

La medida pro transparencia


Cuando los escándalos de Chiledeportes y PGE (programa de generación de empleo) parecen no despegarse de la agenda informativa de todos los días, surgen, paulatinamente, proposiciones de medidas para garantizar que los “eventuales funcionarios públicos, que asumen a dedo luego de cada cambio de gobierno, posean las competencias necesarias y tratándose de cargos de mayor responsabilidad deben postularse por concurso público.

Lo se no puede dejar de destacar y aplaudir, es la propuesta de la Democracia Cristiana, contenida en 25 medidas que el viernes pasado fueron entregadas al Vicepresidente de la República Belisario Velasco, por la senadora Soledad Alvear, presidenta de la colectividad oficialista.

La comisión encargada de entregar iniciativas concretas, lo hizo antes de la propia comisión instalada por la Presidenta Bachelet.

La más relevante, por lo drástica, es solicitar que renuncien todos los Jefes de servicio, demócratas cristianos, que han sido nombrados sin concurso público. Lo señalado no impide que puedan postular pero ahora no llevando por delante su militancia, lo que vale son las competencias.

La lógica de la medida, nos parece, es que el servicio público debe ser profesional y altamente competitivo. La administración pública es para todos los chilenos, no para los partidos gobernantes de turno. La experiencia ha demostrado que cuando se nombra a dedo, o porque determinado servicio es “coto de caza” de un partido específico, ocurren las cosas que hoy todo el mundo recrimina.

Un servicio público que aplica los recursos del estado, lo debe hacer con la mayor transparencia posible. Debe eliminarse la lógica del señor Farias que las cosas se saben porque metió mal el dedo y como el mismo agrega dejó “la embarrá”.

Los que algunos han hecho no es solo meter mal el dedo, han metido la mano entera.

Entre otras iniciativas se incluye modernizar la contraloría, aún acéfala, fijar el consejo de auditoría interna, crear una agencia de políticas públicas que controle la ejecución de los programas sociales, hoy cuestionados, en lo que corresponde a generación de empleos y otros.

La Democracia Cristiana propone publicar en Internet las declaraciones de patrimonio e intereses de las autoridades públicas, dar más atribuciones al Servicio Electoral para que se transforme en una superintendencia y sancione a los candidatos cuando sus rendiciones de cuentas no cumplan con lo establecido en la ley.

Otra de las medidas importantes de este programa, entregado por Soledad Alvear, es el que se refiere a establecer un límite a la reelección en los cargos de responsabilidad política y limitar las reelecciones de los cargos de elección popular.

Es una manera clara de evitar que tengamos personajes eternizados en los cargos. Diputados y senadores de los cuales, algunos, derivan a convertirse en gestores de favores y dávidas a costa del erario nacional.

Debe evitarse que los partidos políticos sean centro de dispensa de trabajos como recompensa por servicios prestados y cuna de operadores políticos. Todavía nadie se hace la pregunta ¿cómo llegó a ser Jefe de gabinete el señor Andrés Farias? ¿De qué manera obtuvo su empleo y quien lo apadrinó?

Por su parte los senadores Navarro (PS) y Ávila (PRSD), anunciaron un proyecto para suprimir las donaciones anónimas a las candidaturas y la pérdida del cargo a los electos popularmente, cuando excedan los gastos permitidos por la ley.

La confianza de la ciudadanía en la política se encuentra seriamente resentida. La confianza en el gobierno también obtiene una baja nota (encuesta UDD), sin embargo el 57,9 % de los ciudadanos le han dado un voto de confianza a la Presidenta Michelle Bachelet. En honor a esa confianza se espera que actúe con más decisión y aplicando con severidad el “caiga quien caiga” que hasta el momento solo parece una efímera promesa.

4.11.06

El clientelismo en la política


El tema de Chiledeportes ha golpeado duro al conglomerado oficialista, especialmente, porque militantes de sus partidos, de una forma u otra, aparecen involucrados en el escándalo.

La oposición, ha atacado implacablemente el flanco débil que muestra la concertación. Nos es primera vez y los más pesimistas señalan que no será la última, en que el gobierno y los partidos que le sustentan política y electoralmente, sean enfrentados a situaciones de corrupción.

Lamentablemente, parece, nadie pone el dedo en la llaga.

Son muchas las oportunidades en que los mal llamados funcionarios públicos, meten las manos en el dinero fiscal. Esos “funcionarios” han arribado con las sucesivas administraciones, no por el mérito de sus conocimientos y competencias, más que nada, como pago por “favores concedidos” a políticos profesionales.

El verdadero funcionario público, que lleva muchos años en la administración fiscal, nada tiene que ver con algunos “picantes” como los denominó el ex presidente del PPD, Jorge Schaulsson, por lo cual no se les puede poner en el mismo saco.

Pero, definitivamente, el hilo se sigue cortando por lo más delgado, nadie quiere enfrentar la realidad del problema. En Chiledeportes el origen del problema pasa por la interferencia política en la aplicación de los recursos.

Nada se saca con pedir la renuncia a todos los directores regionales del organismo. Primero no todos tienen un desempeño igual. Segundo, solo a dos o tres se les ha comprobado actuaciones irregulares. En lo personal debo defender a Miguel Ángel Cuadros de la IV región porque nada indica que tuviera un comportamiento reprochable, además, solo demostró eficiencia y dedicación a las tareas que le fueron encomendadas.

La guillotina tiene que funcionar más arriba, en los decisores. Aquellos que no cumplen con las responsabilidades inherentes a sus altos cargos, no supervisan, no controlan la gestión. Pero allí llegamos a una “clase política” que parece intocable.

Detrás está la vieja práctica, de la cual muy pocos están excluidos, el clientelismo político, donde los parlamentarios, diputados y senadores, salvo honrosas excepciones, presionan para colocar en diversos cargos a sus “operadores políticos”. Son aquellos que les consiguen los votos.

Y hay senadores y diputados que presionan a las autoridades para que se nombre a zutano o merengano, no por sus merecimientos o competencias, solo porque es una persona que conviene a sus intereses.

La mejor muestra de transparencia y probidad, palabra que la política hoy usa como parte de un nuevo evangelio, en que pocos creen, es generar una ley que impida, explícitamente, a los parlamentarios intervenir como gestores o promotores de personas o grupos, solo porque son afines a sus intereses particulares. Atrévanse y estoy seguro la ciudadanía se los sabrá reconocer. Dejen de presionar para que se nombren, notarios, jefes de servicio. Dejen de presionar para que los concursos para cargos públicos finalmente se le asignen a alguna persona de su preferencia.

En definitiva hagan en el congreso lo que tienen que hacer, legislar y fiscalizar cuando corresponde.

Así evitaremos que sigan apareciendo personajes como Andrés Farías, ex jefe de gabinete de la dirección metropolitana de Chiledeportes: "Yo soy PPD. Cuando yo pienso, pienso como PPD, no como demócrata cristiano, no como radical. Entonces claro, a lo mejor ése fue el error, porque si yo hubiera puesto a todos los parlamentarios, ¿qué hubiera pasado?".

"Fue un error que sepultó mi carrera. Mi carrera profesional y política, yo soy administrador público", afirmó el ex funcionario de Chiledeportes. "Cuando uno está en esto, sabe cuáles son las reglas. Y esas son las reglas"

¿Nunca se le ocurrió, a Farias, que también en este país se puede pensar como chileno?

La pregunta es, las reglas son “si te pillan estas despedido”. Espero y confío que las reglas de la política no sean esas como, aparentemente, alguien se las enseñó al señor Farías.

El tribunal supremo del PPD resolvió, sobre este caso en particular: “El señor Farías Astorga, a contar de hoy viernes 3 de noviembre, no goza de la calidad de militante del Partido Por la Democracia, fundamentalmente por sus actos y dichos del día de ayer que todo Chile pudo ver a la salida de fiscalía, los que son reñidos con el comportamiento de cualquier militante del partido”.

Pero tengan por seguro que no rodará ninguna cabeza importante. Que los parlamentarios que, presuntamente, aparecen como involucrados, saldrán libres de polvo y paja y así la política chilena sepultará, una vez más, sus muertos en silencio y sin testigos.

A poco andar, diputados y senadores, con las excepciones que, afortunadamente aún existen, volverán a golpear las puertas de Intendencias, Gobernaciones, Municipalidades y Seremías, para recomendar a su “operador político” de turno.