29.11.08

La política del 10%

Cuando los empleados públicos obtuvieron, después de mucho tiempo, un reajuste en sus remuneraciones de un 10% la polémica creció con la decisión presidencial de renunciar, junto a sus ministros, a recibir ese aumento. Populismo exclamaron unos, aprovechamiento señalaron otros.
Estoy de acuerdo con el gesto voluntario de la Presidenta Bachelet de donar el excedente de su sueldo, producto del reajuste del 10%, a una obra de beneficencia pública como es la Teletón. Entendemos su gesto como una manera de entregar un mensaje a los que ganan más y a un llamado de conciencia a ser solidarios. Lo encuentro consecuente con su manera de pensar y su investidura presidencial.
En política, estos gestos, siempre se interpretan equivocadamente. Desde la oposición se ha dicho que es una actitud populista, no me parece correcta esa interpretación, es su dinero y es lógico que la decisión que adoptó sea pública porque todos se estaban preguntando cuál sería su actitud al estar impedida legalmente de rechazar el reajuste.
Bueno que lo hiciera públicamente, al iniciar la campaña de recolección de fondos de la Teletón, como un impulso para que muchos chilenos concurrieran al financiamiento ciudadano de una obra, que muestra tantos logros en el campo de la rehabilitación.
Escrito lo anterior, parece que el mundo político, estos gestos, parece rechazarlos y de allí las críticas oportunistas que han surgido, donde prima la regla general del egoísmo, la lucha descarada por el poder, las ambiciones desmedidas, el protagonismo, la inconsecuencia entre lo que se dice y se hace, con la honrosas excepciones que, afortunadamente, las hay.
Mientras el gobierno se esfuerza por decirnos que sigue gobernando, los partidos oficialistas y la oposición están en otra, repartiéndose distritos y circunscripciones, mostrándose los dientes durante el proceso de levantar una candidatura presidencial.
Mala cosa es que, de los cuatro grandes precandidatos, dos sean ex Presidentes de la República. Lo dejo por escrito, porque quiero reclamar el derecho, en el futuro, de ser el primero en señalarlo, si se escucha a la gente, los electores, se darán cuenta que no quieren segundas versiones de Presidentes que ya mostraron su forma de gobernar, con detractores y partidarios.
El país quiere ver en la presidencia caras nuevas, ideas diferentes y un lenguaje de conciliación y no de mantener vigentes viejos odios, que hace unos años daban dividendos pero que hoy a muy pocos interesan.
La generación que nació en la década del 70 ya tiene 38 años y no encuentra espacio, porque las caras que son parte de los tres poderes del estado han sido protagonistas, en un bando u otro, de los traumas del 73.
Seguimos anclados al pasado en medio de un avance de actos ilícitos, especialmente en el sector público, como el del ex subsecretario de pesca, Carlos Hernández Salas, quien le debe al fisco 8 millones de pesos gastados en farmacia y compra de regalos, años 2006 y 2007, utilizando, como medio de pago, una tarjeta de crédito institucional. Créanme, no tenía idea que ministros de Estado y otras autoridades del gobierno poseen y usan tarjetas de crédito, institucionales, para cancelar algunos gastos, me imagino regulados y controlados de alguna manera. La Contraloría General de la República ha entregado, esta semana que finaliza, instrucciones que se investigue a fondo este tipo de tarjetas que la mayoría de los chilenos no sabíamos que se empleaban.
La política del 10%, no me refiero al reajuste, muestra que algunos altos cargos se han transformado en servidores públicos que cobran, aparentemente, una comisión.
Hay ejemplos, como los sobresueldos en dinero efectivo, que eran remuneración, y que Impuestos Internos liberó de impuesto. Fueron recibidos de una presidencia, que quiere repetirse el plato, por Ministros de Estado y altos cargos que, emulando a Cervantes, prefiero no acordarme.
Tenemos policías, en retiro y enfrentando a la justicia, que se repartían, presuntamente, el dinero de los robos con los mismos a quienes perseguían. No daré la lata con los ferrocarriles, el Mop, Digeder, los falsos exonerados políticos etc.
Las nuevas generaciones, las que niegan inscribirse, manifiestan su silenciosa protesta.
Si usted ha leído el genial discurso del Dr. Martin Luther King “Tengo un sueño”, recordará estas frases, que podemos aplicar al desinterés por esta política tan pequeña y aprovechadora de sus privilegios. “No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar”.
Hoy Estados Unidos tiene un presidente negro, resultado de una elección histórica por el número de votantes que creyó, que se puede cambiar.


22.11.08

Cuando se negocia mal

Negociar requiere de conocimientos especiales. Hoy los dirigentes gremiales los tienen y saben como y cuando usarlos. El equipo de gobierno, en gran parte sin el soporte del Ministro del Trabajo, equivocó el rumbo y las consecuencias de sus errores se verán con el tiempo.

A finalizado uno de los movimientos gremiales más exitosos de los últimos años. Me refiero a las demandas de reajuste presentadas por la ANEF, que encabeza su dirigente Raúl de la Puente. Rompieron la barrera de un dígito y de paso impusieron su criterio, el reajuste es parejo para todos, dejando de lado el modo escalonado propuesto por la comisión negociadora del Gobierno.

La negociación es un arte, una manera de llegar a acuerdos que dejen satisfechos los anhelos y necesidades de ambas partes. Se negocia con racionamiento y argumentos de peso, nada de eso ocurrió en este caso, obligando a los empleados públicos a salir a las calles y detener su labores, pese a que la legalidad se los impide. La fuerzas de los argumentos, sin embargo, fueron tan poderosas que provocaron el divorcio, absoluto, entre La Moneda y el Congreso con una posición diferente del oficialismo y como es lógico también de la oposición.

Se negoció mal, se cayó en la antigua y desgastada lógica del enfrentamiento y el “tejo pasado”. Los negociadores de palacio no se dieron cuenta que, había una posición que se venía anunciando desde hace mucho tiempo, era inaceptable cualquier propuesta menor a dos dígitos. Teniendo en cuenta los antecedentes de inflación y los reajustes anteriores parecía bastante razonable.

Una regla que debe ser bien observada para tener una negociación exitosa es “el respeto a la otra parte”. Cuando el gobierno pone sobre la mesa de negociación un 5% frente a una petición de un 14,4%, faltó, absolutamente, a la regla antes enunciada.

En negociación siempre se debe tener presente que uno no se enfrenta a personas, con ellas conversa y acuerda, pero el centro, el foco de lo que se debe resolver es siempre “un problema”. En este caso el problema es la pérdida de valor adquisitivo de las personas, algo que no se puede desconocer. El planteamiento sobre la mesa no era una petición desmedida o ficticia, era una situación fácil de objetivizar y resolver.

¿Dónde se entrampó el Gobierno?, creo que en algunos rasgos de soberbia y la seguridad de contar con el apoyo político para imponer sus condiciones, sin buscar una solución equitativa que tuviera en cuenta los puntos de vista e intereses de cada parte.

Poner un 5% para partir fue entrar en la lógica del tejo pasado, arcaica manera de negociar, subiendo de a poco la oferta donde una regla mandaba, impuesta probablemente por Hacienda y con el VºBº de la Presidencia, nunca aceptar dos dígitos. No supieron leer, desde el principio, que las razones, los estudios llevaban a dos dígitos, el mínimo, 10% que finalmente se aprobó. Llegar a ese mínimo representó pagar un precio que no es otro que el costo de cuatro días de paralización que representan varios cientos de millones de dólares y, además, lo peor en una negociación que una parte, en este caso el Gobierno, perdió no se trata de dinero sino que prestigio.

En La Moneda, parece, no han leído sobre la técnica de “ganar ganar”. Se enseña en la Universidad de Harvard, el ministro de Hacienda debería conocerla.

Lo que estaba en juego era un resultado y son, no pretendo dictar cátedra en la materia, pero hace muchos años que enseño como negociar, tres resultados posibles; Óptimo, el mejor posible; Aceptable, por debajo del óptimo pero bueno para cerrar el acuerdo y Mínimo, por debajo del cual no interesa cerrar ningún acuerdo.

Creo que la ANEF obtuvo un resultado aceptable, 10 % y parejo para todos.
Lo negociadores del gobierno no se percataron que había dos peticiones que de no cumplirse llevaban la negociación a un mínimo no aceptable, dos dígitos en el porcentaje y negativa absoluta a un reajuste escalonado. Debe entenderse que ningún gremio aceptará que se discrimine entre sus afiliados.

Tengo la impresión que los dirigentes gremiales tenían muy claro cuál era su “MAAN”, siglas con las que se llama a la “mejor alternativa a un acuerdo negociado”. ¿Conocía el Gobierno cual era su propio MAAN?

El Gobierno salió de este entrevero con dos fuertes pérdidas, autoridad y desorden en el oficialismo, donde la presión gremial y la fuerza de sus razones hizo que, diputados y senadores, le dieran vuelta la espalda.

Las fisuras se notaron y traerán más de alguna consecuencia, especialmente en el Ministerio del Interior donde el Jefe de Gabinete se retiró de las tratativas finales, molesto por el comportamiento parlamentario oficialista.

15.11.08

La carta de Rotterdam

No hay nada más complejo que escribir. Peor es escribir conscientemente algunos conceptos que admiten libre interpretación. Son una suerte de versículos bíblico políticos que requieren de profetas para entenderlos correctamente. Eso ha pasado con la “Carta de Rotterdam”.
Rotterdam es el puerto más grande en el mundo, la segunda ciudad y el corazón industrial de los Países Bajos y el centro económico, social y cultural de la región de Rijnmond (Holanda). Desde ese lugar parte de su gira europea, Ricardo Lagos ha enviado una críptica carta, que si bien es cierto contiene su punto de vista de cómo debe abordarse la futura candidatura presidencial del oficialismo, no devela el principal de los misterio que insiste en mantener, ¿será, si o no, candidato presidencial? ¿Aceptará participar en primarias abiertas, como ya ha consensuado la concertación?
El peor error en política es ser poco claro, aunque ese es un sistema que busca alargar una decisión y provocar nuevas reacciones. Los comentarios e interpretaciones de esta “carta de Rotterdam” han sido variadas y, los intérpretes, de qué quiso decir Lagos, discrepan unos de otros.
Ricardo Lagos Weber su hijo, destacó que Lagos Escobar ha sido históricamente partidario del mecanismo de primarias. "Si hay alguien que debe haber tenido más primarias que nunca en Chile, ha sido Ricardo Lagos Escobar; ha estado en todas las primarias", fueron sus palabras.
Las opiniones siguieron al aproximarse el fin de semana. El Presidente del Partido Radical, Senador José Antonio Gómez señaló: "Cualquier candidato o precandidato de la Concertación que quiera participar en la designación como presidenciable, debe hacerlo a través de los mecanismos que la Concertación establezca y esto es primarias abiertas y el que no está dispuesto a esto no puede ser candidato", pero también matizó sus declaraciones agregando, "yo comparto la opinión del Presidente Lagos de que es necesario un pacto de gobernabilidad. Para el próximo gobierno no pueden existir parlamentarios que hagan lo que se les ocurra, aquí tiene que haber gobernabilidad y ese pacto debe asumirse con anterioridad a la elección del candidato a la presidencia".
Lo que rechazaron, tajantemente, varios dirigentes oficialistas, como Escalona, Solari y otros, es que el candidato presidencial intervenga, o como expresa Lagos, tenga una palabra que decir cuando se conformen las plantillas parlamentarias.
Para unos la misiva del ex presidente no aclara dos puntos básicos; ¿Será candidato? y segundo, ¿de serlo aceptará ser uno más de primarias abiertas? Se trata de un moderno oráculo difícil de descifrar, más en el mundo político que tiene códigos tan variados que van desde decir sí cuando expresan que no, o manifestar un no rotundo para decir, después, que fueron sacados de contexto o mal interpretados.
¿Cuántos candidatos tenemos ya en la grilla presidencial? Proclamados dos, Alejandro Navarro por el MAS y José Antonio Gómez, por la bancada de diputados de su partido. Se prepara Insulza, que ayer envió “la carta de Washington” donde su candidatura queda en suspenso a la espera que se aclaren las intenciones no declaradas en la epístola de Rotterdam de Lagos. También en etapa de preparación Frei que necesita despejar la pista de abrojos, procurando abuenarse con el sector Alvearista, haciendo también algunos guiños, sobre la barda, a los integrantes del PRI. En un hipódromo político diferente el favorito en las apuestas, Sebastián Piñera, que aparte de enfrentarse a un candidato de la concertación ve que hay dos interesados en competirle, directamente en primera vuelta, que se han auto presentado desde la UDI.
Como se puede apreciar, mientras el gobierno hace sus mejores esfuerzos para hacer cumplir su programa, hasta el último día, la “Carta de Rotterdam” agitó desde ese lejano puerto, las procelosas aguas concertacionistas.
Los estudiosos de este tipo de cartas no se ponen de acuerdo qué quiso decir Lagos, entre líneas que admiten muchas interpretaciones, como lo señaló el ex ministro Ricardo Solari.
Puede que la iluminación, desde la altura internacional, de los círculos en que se mueve el presunto salvador de la concertación, no sea algo fácil de entender para electores tan sencillos como la Señora Juanita.
Probablemente un rayo flameante baje de las altas cúpulas partidarias y abra nuestro entendimiento o, quizás, si no sabemos elegir bien, nos parta medio a medio.


8.11.08

Las lecciones de Obama


Hace mucho tiempo que una elección presidencial en Estados Unidos no concitaba una atención mundial tan intensa. Muchas cosas estaban en juego y por definirse, ¿podría un hombre negro, hijo de padre africano y de madre blanca conquistar la primera magistratura?
La respuesta una sola y contundente, si pudo. Una lección para un mundo encerrado en esquemas que se creían inamovibles.
Cuando Chile se enfrenta en poco tiempo a una elección presidencial y a la posibilidad cierta de alternancia en el poder, la elección del senador Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, ofrece algunas enseñanzas que bien los políticos nacionales deberían estudiar en profundidad.
Nuestra política, por generaciones, ha sido rígida creyendo que todo se basa, exclusivamente, en grupos dominantes definidos como derecha, centro e izquierda, cuesta encontrar analistas que busquen explicaciones diferentes en la manera de pensar de nuestros ciudadanos. Esa definición tan esquemática ha ido alejando a la ciudadanía de la clase política y de la militancia activa en algún partido.
¿Cómo se explica que el oficialismo tenga más votos en concejales y menos en los Alcaldes?
¿Cómo se explica que un candidato como Ravinet, demócrata cristiano y oficialista, en Santiago sea derrotado por una joven figura de oposición como Zalaquett?
Cuando seguimos con el viejo sistema de vivir anclados en el pasado, recordando lo que ocurrió en el 70, buscando revanchas de ofensas que los nuevos electores no conocieron y menos les interesa, la vieja y retrograda clase política chilena vuelve a las antiguas prácticas. Bueno sería recoger las lecciones de la elección norteamericana. Para ello bastaría seguir la trayectoria de un candidato diferente, un rostro hasta hace 8 años desconocido.
El año 2000, Obama ni siquiera fue invitado a la convención demócrata, solo pudo verla en un café por la televisión.
Finalmente interviene el año 2004, invitado por el senador John Kerry (Demócrata de Massachusetts), candidato presidencial para ese año. Su discurso llama profundamente la atención, es diferente a todo lo que habían escuchado desde los tiempos de John Kennedy. No hay odio en sus palabras, tampoco revanchismo ni lloriqueos por el color de su piel, la discriminación por siglos a su gente, por el contrario les habla de los Estados Unidos, de aquellos esclavos negros que alrededor de sus fogatas entonaban cantos de libertad, junto a ciudadanos blancos y de otros orígenes y que, definitivamente, son parte de la nacionalidad de ese país.
Los demócratas de esa convención del 2004 se dieron cuenta que el leguaje era distinto, llamaba a la unidad, mostraba valores que son comunes, independientes al color de piel o ideas políticas. Palabras que hablaban de grandezas, de cambio, de sueños que se podían concretar, que sepultaban el pasado de odios y disensiones.
Ya en plena lucha por obtener la nominación de su partido, Barack Obama, la noche del Caucus de Iowa en Des Moines, IA, el 3 de enero de este año, pronuncia uno de sus discursos más inspirados, que bien pueden servir para que nuestros pre candidatos presidenciales que se esfuerzan en demostrar cuan diferentes somos unos de otros, nos hablen de un país más unido y concentren sus ideas en el presente, en el futuro y no nos sigan hundiendo en los odios del pasado.
Solo permítanme reproducir un párrafo de ese trascendental discurso ,como corolario de lo mucho que tenemos que entender como país si aspiramos a un destino diferente.
“Se dijo que este país estaba demasiado dividido; demasiado desilusionado para unirse algún día y luchar por un propósito común.
Pero en esta noche de enero, -en este momento decisivo de la historia- ustedes han hecho lo que los cínicos dijeron que no podríamos hacer. Ustedes lograron lo que los Estados Unidos pueden hacer en este nuevo año 2008. En las colas que daban la vuelta a las escuelas y a las iglesias, en pequeños pueblos y en grandes ciudades, se congregaron ustedes como demócratas, republicanos e independientes para ponerse de pie y afirmar que somos una nación; somos un pueblo; y nuestro tiempo para el cambio ha llegado”
Con esa simple promesa de unidad y esperanza conquistó la presidencia de la nación más poderosa del mundo. ¿Tendremos algún candidato que nos hable ese lenguaje?

1.11.08

Ser o no ser, ese es el dilema ¿O la pregunta?


Pese a los abrazos, aplausos, manos unidas y levantadas, en la Moneda no había ganas para festejos, más cuando fue necesario completar la foto de familia, con la presencia del Presidente del partido Comunista y de la electa alcaldesa de Pedro Aguirre Cerda, ambos opositores a la concertación. Un dilema para el gobierno que se mantiene a la luz de lo que viene en un año.

La pregunta que muchos se hacen hoy es ¿lentamente se reconstruye la Unidad Popular?, En lo personal no lo creo, pero, mientras la derecha política mantenga la tozudez y falta de realismo de la política del siglo XXI, creyendo que la democracia moderna requiere de protección, manteniendo el sistema binominal a ultranza, las maniobras del oficialismo tendrán que estar orientadas al flirteo permanente con el comunismo.

El 9% de votos que controla el pacto Juntos Podemos Más, permite reponer lo perdido por el desgaste propio de gobernar tantos años y la convivencia de una seguidilla de escándalos y, en segunda vuelta, cubrir lo que pueda ganar la oposición..

Después de las municipales quedó claro que, aunque ganó en numero de votos en concejales, la Concertación debió reconocer su desilusión por los resultados, añadiendo mutuas recriminaciones y, de paso, la renuncia de Soledad Alvear a la presidencia de la falange y a su pre candidatura presidencial.

El pacto por omisión con los comunistas, no se puede negar, fue una buena estrategia que habría sido más efectiva si se hubiera aplicado en otras comunas donde la Democracia Cristiana no dio más cuerda. En la DC ahora piensan en girar un poco más a la izquierda, sin darse cuenta que el centro político, PRI independientes y otros ya han superado el 7% de los votos.

La Alianza parece no darse cuenta que, seguir poniendo trabas a la eliminación del sistema binominal, lo único que hace es legitimar pactos por omisión que tampoco facilitan que la democracia se exprese de manera transparente.

Hay que permitir que partidos como el comunista se expresen y compitan con libertad, aunque esa doctrina, donde aún gobierna, no permitan prensa libre, o la existencia de partidos contra los cuales pueda competir.

La democracia se fortalece si es consecuente con lo que predica. Sin el sistema binominal no hay excusas para formulas como la omisión, nombrar candidatos que luego no hacen campañas o pactar con quienes posteriormente serán opositores. Todas estas prácticas confunden al electorado y son parte del creciente desprestigio que tiene la política en Chile.

En su lucha por aferrarse al poder, la Concertación ha dejado en el camino mucho de lo que encantó en el pasado a sus electores. Las ideas innovadoras, el idealismo por servir y hacer realidad los proyectos han sido reemplazados por un salvaje cuoteo, una lucha por conseguir los mejores puestos, presionar por cargos y por buscar las mejores remuneraciones personales, sin dejar de mencionar la corrupción, de algunos altos cargos, en el uso de recursos fiscales, varios ya sancionados por la justicia y otros que aún queda por descubrir.

Si la concertación sigue retrocediendo será única y exclusivamente porque la ambición de permanecer en el poder, los egoísmos de quienes quieren seguir escalando posiciones políticas y ganando influencias, la están minando interiormente. ¿Las buenas ideas se acabaron?

Si logra mantenerse en el poder un período más solo será porque, al frente, tiene una oposición tan desordenada como el oficialismo. Es una oposición que se ha quedado en el pasado, en la lógica de los buenos y de los malos, descalificando más que proponiendo.

El gobierno, ahora, ofrece un cupo en el directorio de Televisión Nacional a un militante comunista, concordante con la propuesta de Viera Gallo de integrarles al gabinete de Bachelet. Lo que propuso el Ministro General de la Presidencia no es una ocurrencia personal, fue un misil político cuidadosamente estudiando para ver como caía. Como el resultado de la ocurrencia fue malo se desechó diciendo que solo era una idea personal .

Este pololeo extra marital, Concertación Partido Comunista, es una muestra clara de un desorden que el oficialismo no sabe como resolver.

En definitiva la elección municipal eligió Alcaldes y Concejales pero dejó como en Hamlet vigente la pregunta, ¿Ser o no ser?.