30.8.12

Cambiar, cambiar que la política se va acabar


Cambiar, cambiar que la política se va acabar
No se trata que repentinamente la moda del siglo XIX de ser anarquista, me haya conquistado. Sabemos que el anarquismo europeo culminó en el nazismo y el fascismo. Fue el anarquismo el que dio excusas para el inicio del 1era guerra mundial. Hoy coloca bombas en Santiago y levanta desgastadas consignas, mientras la política no encuentra su norte.
No es la democracia la que corre peligro de derrumbarse. Sus instituciones están sólidas, son como edificios de buena construcción pero con habitantes de larga data, que no hacen las reparaciones necesarias, para que sus sistemas funcionen adecuadamente.
No es el parlamento el que está en crisis, ni siquiera la constitución, que por cierto necesita de variadas actualizaciones, son los parlamentarios y los profetas adláteres que hacen apocalípticas admoniciones.
No son los partidos políticos los que no sirven, son los políticos que se sirven de los partidos. No son las municipalidades las que se tambalean, son los senadores y diputados que manipulan las nominaciones para asegurarse una base electoral que les permita seguir reeligiéndose eternamente.
En Chile la política no funciona, porque los partidos son como una sociedad anónima, con accionistas mayoritarios, caciques que sacan y ponen directivas, pero en la búsqueda de su mantención en el sistema.
Trompeteros del apocalipsis como Andrade y Vidal, que dominan el ambiente con denuestos, anatemas y befas, y otros que dicen que todo lo que huela ha privado hay que exterminarlo. Reniegan de sus propios actos, ¿o el CAE con un 6% de interés lo inventaron los bancos?
En marchas y protestas los políticos no asoman ni la nariz y cuando hablan en el parlamento lo hacen para la tribuna. La defensa de las convicciones ideológicas se ha perdido en medio del desparpajo de las más absurdas negociaciones.
Ha llegado el momento de un masivo cambio generacional. No es justo seguir escuchando las voces desgastadas de quienes queman lo que, cuando fueron gobierno, adoraron.
Rechazan la reforma tributaria los mismos que subieron tres veces el IVA, hasta dejarlo en un 19%, que afecta especialmente a la señora Juanita.
Si le creemos a las encuestas, tengamos fe en el valor de nuestros votos, esa encuesta vale y pesa más.

23.8.12

Hablemos en Serio

La última encuesta CEP dejó flotando en el ambiente más dudas que respuestas. Reveló, malo para la democracia, que la política y quienes orbitan en torno a ella, siguen en caída libre, perdiendo el favor ciudadano, cosa no menor cuando en poco más de un año el país habrá enfrentado tres elecciones.
La democracia moderna funciona cuando existe sintonía, equilibrio y respeto entre los poderes del estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Quienes juzgan y otorgan los atributos antes mencionados son los ciudadanos, que hoy tienen más medios de expresión que el de manifestarse mediante el voto.
La ciudadanía aprendió a manifestarse directamente, sin intermediarios, pero los políticos apegados a viejos y añejos códigos de conducta e interpretación, aún no logran entender un fenómeno social que les evalúa con sentido crítico en aspectos, como su conducta ética y  moral y la consecuencia de sus actos en Municipios, parlamento, gobierno o poder judicial.
La posibilidad de expresarse más allá de una carta al director, más aún, cara a cara con quienes se dicen sus representantes, con razón o sin ella, se extendió a través de las redes sociales donde la posibilidad de comunicar ideas, anónimamente, crea una opinión pública, fenómeno importante de considerar, más valiente, directa y polémica.
El parlamento y los partidos políticos han perdido prestancia y consistencia. Las ideologías ya no pesan, nace una manera diferente de juzgar las necesidades y de participar en el reclamo por que sean satisfechas.
La ciudadanía ya no sigue a los políticos de viejo cuño, los juzga. Ya no son los políticos y sus partidos los que nos representan, somos la ciudadanía, sin mirar rango ni profesión, la que pide y exige. La política va detrás de los problemas que los ciudadanos de todas las edades levantan.
La última encuesta CEP demuestra que los caciques de antaño son piezas de museo y que, diputados y senadores mediáticos, caen en picada en su popularidad.
La Concertación tiene una candidata que cuenta con el favor expresado en las encuestas, pero el piso político que le ofrece la oposición es débil, con baja aceptación y altos niveles de rechazo.
Ha llegado el momento de dar paso a un conversación seria, que pasa por recobrar la confianza perdida, de una ciudadanía, que no tiene fe en la política de viejo estilo y anhela respuestas concretas a sus aspiraciones.

16.8.12

Cambalache

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador... ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.

Luego de condenar a un terrorista, víctima de su propia bomba, a vivir seis años en libertad vigilada y que un tribunal, que debe impartir justicia dice que intentar colocar una bomba no es un acto terrorista, estamos notificados…¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!

Que recuerdos los de la década del sesenta cuando el hombre llegó a la luna y regresó a la tierra con algunas piedras de muestra. En Chile cada momento registramos alunizajes, no en nuestro satélite natural, pero si en algo más valioso, los cajeros automáticos que orbitan tiendas, supermercados y farmacias.

Ahora, inspirados probablemente en el “Curiosity” que nos traerá nuevas imágenes de Marte, nuestros inspirados delincuentes, descubrieron que pueden “amartizar” en murallas de casas para apropiarse de lo ajeno.

¿Quién tiene la culpa? los llamados “Jueces garantistas” o los que hacen leyes que no se cumplen o, simplemente, no se pueden cumplir.

¿No es terrorista el que porta una bomba si le estalla en las manos antes de colocarla? Según la justicia su intención no es provocar miedo o terror, es un pobre descuidado que no hizo bien su anarquista pega.

“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor” La justicia interpreta la ley de acuerdo a cómo, pésimos legisladores, las redactaron y la pelota corre de vuelta entre tribunales y Congreso.

Esta semana, un grupo de diputados ingresó un proyecto que podríamos considerar “aclaratorio” y que busca señalar también como delitos terroristas, además de la colocación de bombas, su diseño, fabricación o transporte.

Como Pitronello portaba la bomba y por “menso” le reventó antes, que poca consideración con la justicia y las leyes, debería haber completado la faena y no dejar que le volara un brazo y algunos dedos de la mano y derechamente colocarla, como era su intención.

Pero en eso estamos, entre leyes y legisladores, un solo “cambalache” ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!

10.8.12

¿Se mueve el movimiento?



Esta semana los estudiantes nuevamente estuvieron en las calles, mejor no lo hicieran. Fue un movimiento inmóvil que solo mostró su cara de violencia, buses quemados y apedreos a edificios del sector aledaño a la convocatoria. Solo más de lo mismo y eso cansa.

Uno de sus máximos dirigentes, el presidente de la FECH Gabriel Boric, diciendo que la quema de tres buses era un montaje, hay por lo menos un estudiante identificado, confeso y pidiendo disculpas por estar en la quema, y que la violencia terminaría si se acogían las peticiones estudiantiles, demostró que el criterio al formular declaraciones apresuradas, es una carencia grave que complica al movimiento estudiantil.

La poca convocatoria de esta semana, solo 5.000 estudiantes, frente a otras de 200 mil, revelan que los argumentos y, especialmente, los métodos tienen un corolario que se repite, violencia indiscriminada.

El argumento que hay represión policial resulta vacío, cuando se muestra el vandalismo que acompaña estas protestas que, de seguir en el mismo estilo ya repetido, perderán poco a poco el apoyo ciudadano.

Los que vivimos la década del 70 como periodistas, en las calles de Santiago, no podemos dejar de llamar la atención sobre la aparición, poco original, de lemas propios de la época de la U.P. “avanzar sin transar” o “crear poder popular”.

Tampoco resulta edificante oír a una vociferante Camila Vallejos, defensora acérrima de la dictadura hereditaria Castrista, condenando a parlamentarios de la Concertación porque votaron a favor de la reforma tributaria, que busca recaudar fondos por mil millones de dólares para la educación.

La toma de liceos que se ha reiniciado, es la muestra clara de una estrategia repetida y equivocada y de un movimiento estudiantil que, este año, parece no sintonizar con una ciudadanía algo cansada de la misma escenografía.

Las posiciones discrepantes con Boric, de Jackson y Titelman, de la FEUC, muestra que no todos piensan seguir en lo mismo, marchar, destruir bienes públicos y privados y repetir las gastadas declaraciones de siempre.

Sin perder su derecho a expresar opiniones y propuestas, muchas de las cuales son razonables y representan el sentir de la comunidad, falta creatividad, sentido de la negociación, objetivos claros y constructivos, más allá, de la destrucción y el apedreo indiscriminado.

2.8.12

Renovación en política

Cerradas las inscripciones de candidatos a Concejales y Alcaldes seguramente muchos ciudadanos se preguntaran, ¿Qué novedades hay? Ninguna. Es claro que la política en Chile no se renueva. Las caras distintas no aparecen. Ese es el problema, la política se nos ha puesto vieja.

En el íntimo y cerrado círculo del poder en Chile, desde hace más de 20 años, los que nos gobiernan en la Moneda y en el Parlamento, mayoritariamente son los mismos.

Senadores que pretenden aprovecharse de las leyes, como el rey del copiar y pegar, y diputados que lanzan furiosos manotazos a la fuerza pública como única manera de hacerse notar.

Hemos sido enterados, ante la propuesta de otro diputado, que quiere que el período presidencial se alargue a cinco años porque los chilenos no están de acuerdo con cuatro años. Ese es el problema, ejecutivo y legislativo, usan siempre la frase que, los chilenos, queremos esto o lo otro, nunca nos preguntan.

El plebiscito, “en la medida de lo posible”, es bueno para situaciones definitivas donde queda claro que el parlamento es poco apreciado y no representa “al pueblo de Chile”, si tomamos como referencia las encuestas y lo que dicen las redes sociales.

No hay renovación si el 77.6% de los Alcaldes va a la reelección. No consideran que en la última elección solo el 56,7 logró reelegirse.

¿Ha llegado el momento de privilegiar las candidaturas independientes?, probablemente sí. Hoy los chilenos ya no se expresan a través de la clase política que, salvos excepciones, mira solo por sus prebendas. La ciudadanía reúne neumáticos, interrumpe el transito, y levanta sus pancartas. Los políticos ante cada fogata que atisban corren presurosos para levantar las banderas de los movimientos ciudadanos que nunca se han esforzado en representar.

En las elecciones de octubre, debuta el nuevo padrón electoral, si la política sigue en las discusiones bizantinas, en alianzas anti natura, es probable que entremos en una nueva era, la de los chilenos que hablen de verdad y no sean interpretados por aquellos que, se declaran interpretes de nuestros deseos, se repiten período tras período..

Nadie se expresa mejor que con su propia voz. Es tiempo que ahora, los chilenos hablemos y lo hagamos fuerte y claro.