28.12.06

Hablar o no hablar, ese es el dilema.


“En un tiempo no podía comprender porqué no recibía respuesta a mi pregunta, hoy no puedo comprender cómo pude estar engañado hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente. Sólo temblor y palpitación fue su respuesta a la afirmación de que tal vez poseía pero no era”.

“Franz Kafka”

Es todo un drama “kafkiano” lo que ha ocurrido en política la última semana. Perdonen que cite a Kafka, definido por Borges como el Zenón de Elea", ya que resulta difícil explicar el fenómeno que sacude a la concertación y a la política chilena en general, salvo bajo la óptica de la escritura de Kafka que se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez.

Mucha gente de alto rango en el pasado, ha hablado y concedido entrevistas, con un denominador común, ser o no ser corrupto.

Nace, cuando el año finaliza, un nuevo concepto la “ideología de la corrupción” a la cual, aparentemente, adhieren algunos personajes que hoy tratan de acallar aquellas voces cándidas como las de Schaulsson, Martner e inicialmente Boeninger.

Son voces de alerta ante un fenómeno que viene repitiéndose en tres gobiernos de la concertación. Como siempre ocurre, un escándalo lleva a otro. Las plantas revisoras de Rancagua llevaron del caso coimas, al Mop Gate, al Mop Siade, a los sobre sueldos que ni siquiera, pese a ser renta, pagaron impuesto. Ahora el ciclo se repite, estalló el escándalo de los PGE, se mezcló con los fondos asignados discrecionalmente por Chiledeportes y ha terminado en el uso indiscriminado de los gastos reservados, facturas falsas y las rendiciones al SERVEL.

Cuando surgen las voces honestas para denunciar una situación, que se ha convertido en uso o costumbre de aprovecharse, con cierto grado de impunidad, del poder que otorga el gobierno, todos se lamentan.

En la administración Frei se aprobaron cerca de 40 medidas para atacar la corrupción. Schaulsson, siendo presidente de la cámara de diputados en 1994, hizo una denuncia parecida a la que ahora le cuesta la expulsión del PPD.

En la administración Bachelet se proponen 30 medidas más, en total 70, para evitar el mal uso, para no decir robo, del dinero fiscal.

Lo mejor que le puede ocurrir a la concertación es que sean sus propias voces las que llamen a un estado de alerta, esa es la única manera de demostrar que no es la corrupción un estado de cosas corporativo. El precio a pagar es la cruda verdad, como dijo la Presidenta Bachelet “caiga quien caiga”.

Es difícil, de cara a la opinión pública, creer que miles de millones de pesos sean controlados por los jefes de gabinete, o por directores regionales o los llamados operadores políticos. Es difícil creer que no se sabe de sobresueldos, facturas falsas, o listados con asignaciones de dinero y que solo se conozcan cuando el periodismo lo denuncia, o porque alguien metió mal el dedo en un computador y envió un mail a donde no debía.

Todos se han lanzado contra Schaulsson, llegando a atribuirle una concomitancia con la oposición. Siguiendo ese juicio deberíamos decir que Martner y Boeninger también actúan aliados con la derecha política.

Mucho se habla de transparencia, pero poco se hace para que ella sea una realidad. Mucho se habla de ética, pero cada cual la quiere interpretar a su manera.

Finalmente, todo caerá en manos de la justicia, ante una clase política donde los honestos son castigados y los sinceros reprimidos.

No nos queda más que volver a releer a ese gran escritor Checo, nacido en la hermosa ciudad de Praga, que fue Kafka, quién le pidió a un amigo que cuando muriera quemara todos sus manuscritos, encargo que, para mayor gloria de las letras mundiales, no cumplió.

“Hay un guardián ante la Ley. A ese guardián llega un hombre que pide ser admitido a la Ley. El guardián le responde que ese día no puede permitirle la entrada. El hombre reflexiona y pregunta si luego podrá entrar. 'Es posible', dice el guardián, 'pero no ahora'. Como la puerta de la Ley sigue abierta y el guardián está a un lado, el hombre se agacha para espiar. El guardián se ríe, y le dice: 'Fíjate bien: soy muy fuerte. Y soy el más subalterno de los guardianes. Adentro no hay una sala que no esté custodiada por su guardián, cada uno más fuerte que el anterior. Ya el tercero tiene un aspecto que yo mismo no puedo soportar”

“Franz Kafka”

23.12.06

El circo de tres pistas


Nada se parece hoy más a la política que un circo de tres pistas, con payasos, saltimbanquis, trapecistas, magos escamoteadores y lanzadores de tortas a la cara de otros.

En una pista, el oficialismo con sus mejores exponentes, en la otra, la oposición buscando presentar sus más cotizados números, y en la tercera pista los que no son oposición o gobierno.

El resto de los chilenos, la mayoría, asiste a la función que además es continuada. Todos los días a toda hora un nuevo espectáculo donde ya no se sabe a quien mirar, a cual aplaudir y a quien ignorar.

La política se viste de sus mejores galas para demostrara los chilenos que el congreso ya no sirve para legislar o debatir, con altura de miras y contundentes argumentos, los problemas de la vida nacional.

Hoy furibundos parlamentarios y dirigentes políticos se descalifican por varios temas que deberían estar en manos de la justicia. Chiledeportes, los gastos reservados, el PGE y otros que han alterado la convivencia de quienes tienen la responsabilidad de gobernar al país, como poderes ejecutivo y legislativo.

El Presidente del Senado llamó la atención el pasado jueves sobre el espectáculo que estaba dando la clase política ante el país. Fue una voz de cordura que lamentablemente nadie escuchó, si tomamos en cuenta las últimas declaraciones de Foxley, Novoa, Tarud, Longueira, Duarte, y otros.

Por un lado se acusa al gobierno de tejer “un espiral de silencio” luego de las contradicciones entre la Presidenta Bachelet y la Ministra Veloso, sobre si era legal o no denunciar a quienes pudieran aparecer implicados en el uso de gastos reservados con fines políticos. Por otro, el gobierno acusa a los opositores de utilizar los tribunales de justicia en temas políticos.

Hay mucho de hipocresía en todo esto. Los gastos reservados siempre se han utilizado con fines políticos, me atrevo a asegurar que en todos los gobiernos. Secreto absoluto cubre cualquier indiscreción. ¿Si todos lo saben que es así a qué tanto escándalo?

Si la clase política le quiere hacer un favor al país, lo mejor es que legislen para que desaparezca el término reservado y se les denomine de “libre disposición” señalando expresamente que debe utilizarse para solucionar problemas que precisen de fondos de inmediato que no estén legalmente presupuestados y disponibles. Pero hagan ese gasto de cara a la ciudadanía.

Cuando esos recursos se emplean para pagar sueldos a operadores políticos o para mejorar las rentas de ministros, resulta poco transparente.

Los sobres con dinero por debajo de la mesa, que constituyen sueldo y curiosamente, por ser reservados, no pagan impuestos, interpretación tan dudosa como el procedimiento mismo, deben terminar definitivamente.

Que la clase política no se aproveche de estas situaciones que, cada cual en su tiempo, también practicó.

Pero en este circo de acusaciones y amenazas mutuas, querellas y descalificaciones, estamos adquiriendo las características de un país bananero, donde la cordura y el más común de los sentidos, el sentido común, se han ido de vacaciones.

De todos los parlamentarios que los partidos políticos nos presentan en cada elección, y que, obligados o no, hemos elegido. Aparentemnte, no surgirá una idea inteligente, un argumento serio y meditado y una actitud reflexiva que nos rescate de tanta parafernalia mediática.

Ojalá que la pausa que representa la navidad y el cambio de año nos den tiempo para meditar. ¿Estamos volviendo a la intolerancia de la política de los años 70? ¿O verdaderamente no estamos a la altura de lo que la ciudadanía espera de sus gobernantes y legisladores?

22.12.06

¿Qué nos separa a los chilenos?


Los acontecimientos de la semana que ha terminado, me refiero a la muerte y funerales del ex Presidente de la República, General ® Augusto Pinochet Ugarte, nos ha mostrado una vez más que los chilenos seguimos separados, divididos por nuestras propias historias individuales y colectivas.

Es este un tema digno de un estudio sociológico para el cual, evidentemente, no tengo las competencias necesarias más allá de, por mi profesión, ser un observador del devenir nacional.

Será que el choque de razas autóctonas con el invasor y conquistador europeo permanece en una lucha de un mestizaje del cual no podemos renegar.

¿Qué nos separa a los Chilenos?

Cualquier cosa, el menor motivo sirve para que tomemos distancia unos de otros.

Aún persisten las disidencias entre los partidarios de O’Higgins y Carrera. Entre Balmacedistas y congresistas. Todavía se discute sobre la llamada “ley maldita” del ex Presidente Gabriel González Videla. “y el pueblo le llama Gabriel, recitaba el inmortal vate Pablo Neruda”, para poco después denostarlo cuando las ideologías les separaron.

La vieja costumbre de separarnos a como de lugar se ve en todos los campos. En el deporte la Chile, el Colo Colo, la UC, La Serena con Coquimbo, provocan las pasiones más desatadas, se destruyen graderías, se rompen baños, se lanzan piedras.

Los ambientalistas pelean por mantener el planeta lo más puro posible, entre tanto la necesidad de crecer y competir se alza, en cada proyecto desarrollo, como una amenaza que termina en los tribunales, como el caso del tranque Mauro, por nombrar un ejemplo cercano.

Nos divide la política. Cada uno de nosotros se adueña de su propia verdad, se nutre de sus propios y exclusivos valores, y creemos que son los únicos que valen.

Se pelean los políticos al interior de sus propios bandos pese a compartir una declaración de principios común. Longueira con Piñera, Girardi con Flores, Schaulson con Bitar, Velasco con Ravinet.

¿Qué nos separa a los Chilenos?

Pareciera que la genética de nuestra raza nos lleva a ser rencorosos. A llevar las ofensas sobre nuestros hombros y hacer de la venganza de ellas, una cuestión de honor masivo, colectivamente necesaria.

Y así nos sorprende este capítulo de la historia, encerrados cada cual en su propia verdad y justificaciones. No importa el dolor ajeno, de todas las épocas, edades y género. Solo creer y asumir que existe una sola y única verdad, la nuestra, la del otro no cuenta.

Además del deporte, lo que más nos divide son las concepciones políticas, muchas de ellas amparadas en utopías irrealizables.. Atrincherados en posiciones ideológicas que a veces ni siquiera entendemos. Pregunten a los militantes de un partido que definan su ideología, difícilmente podrán hacerlo.

Hablan de democracia y de libertad los que defienden y sustentan dictaduras. Se separan estas en derechas e izquierdas, creyendo que unas son mejores y las otras peores.

No permitimos que nos toquen nuestras propias dictaduras. Pretendemos que no existieron los muros que dividieron a los pueblos o que existe un gobernante que se mantiene en el poder en América desde 1959. No reconocemos nuestros propios errores y pretendemos que no existieron muertos o desaparecidos.

Nos falta valentía para enfrentar nuestro pasado. Nos falta serenidad para analizar y distinguir lo bueno de lo malo, para perdonar y para pedir perdón.

En estos días nos hemos enfrentado, querámoslo reconocer o no, a lo peor de nosotros mismos. Desde la mujer que embiste con un palo los vidrios de un edificio en construcción, de los que atacan a periodistas que cumplen con su deber de cubrir un acontecimiento noticioso, hasta los encapuchados que destruyen semáforos, que roban a modestos comerciantes aprovechando los desordenes, y pasando por lo que beben Champaña porque se murió la persona a la cual odiaban.

¿Qué nos separa a los Chilenos?

9.12.06

Pastelero a tus pasteles


No puedo menos que estar absolutamente de acuerdo con un documento, "¿Democracia clientelista o democracia de los ciudadanos?", entregado el pasado miércoles por cuatro parlamentarios de la concertación, llamados los “díscolos”. Ellos son: Marco Enríquez-Ominami (PS), Alejandro Sule (PRSD), René Alinco (PPD) y Marcos Espinosa (PRSD).

El punto que plantean en su escrito no es menor y pone el acento en algo que pocos parlamentarios se atreven a mencionar, la verdadera función o tarea de un diputado y un senador.

Qué dicen estos parlamentarios que se caracterizan por ser, de alguna manera, novatos en estas lides pero no por ello audaces y hasta innovadores en su manera de entender la política.

Un párrafo inicial y muy quemante: "la existencia de ‘proyectos concursables’ administrados por algunas personas de dudosa honradez, aumenta las probabilidades de que los recursos no lleguen al destino para el cual fueron asignados. No todos son santos y con vocación de servicio público y resguardo del interés general de los ciudadanos".

Luego agregan con especial certeza, refiriéndose a una ciudadanía que ha distorsionado la función pública confundiéndola con una necesidad de pedir favores a cambio de votos o apoyo electoral: "La posibilidad de tener éxito en la petición depende del concejal, alcalde, gobernador, diputado, senador o ministro. Como la mayoría de la gente ignora a quién acudir ante sus necesidades, termina con más frecuencia en los diputados o senadores, cuya función es muy diferente de este mercado clientelista".

Las verdades que estos parlamentarios plantean son más agudas y quemantes: "si nuestra democracia marchara correctamente, los parlamentarios debiéramos ser legisladores, fiscalizadores, servidores del interés general y, sobretodo, orientadores de la opinión pública. Para eso hemos sido elegidos y en eso consiste nuestro mandato".

El trabajo legislativo se hace, pero diputados y senadores nunca son juzgados por el electorado en ese su trabajo fundamental, generalmente obtienen más votos por la figuración en denuncias inconsistentes, en una suerte de juego de escandalillos que más les acercan a la farándula que a la política seria y consistente.

Luego advierten que; “Si la Concertación no sabe reinventarse constantemente, innovar en propuestas y contenidos, renovar las vocerías, en definitiva, si hacemos de la política una profesión, sin entender la transformación y el cambio como instrumentos de una nueva política, el ejercicio del poder se transforma en un ente vacío que solo sirve para satisfacer ambiciones personales en perjuicio de los principios fundacionales de esta coalición, vale decir, la justicia social, la democracia y la libertad".

Cuesta, a veces, encontrar un grupo de diputados, independiente de su signo político con una claridad de ideas frente a lo que es la “madre de todas las corrupciones” hacer favores a cambio de mantener un capital electoral que le garantice la permanencia en el cargo indefinidamente.

Llevado a escala esto ocurre en todas las áreas y, de manera especial, en el servicio público llevando a los excesos que hoy todos condenamos.

Los diputados Enríquez-Ominami, Sule, Alinco y Espinosa, concluyen en su documento: "ahora más que nunca se hace necesaria una reestructuración del sistema de gobierno que nos rige. Terminar con la excesiva concentración del poder que genera el sistema presidencialista y pasar a un régimen que otorgue a la función parlamentaria su verdadero sentido".

Las declaraciones de uno de los implicados en el caso Chiledeportes, que explicaba la lista de parlamentarios que contaban con asignaciones, “a priori” de recursos, indica esa práctica. El dinero se reservaba para aparecer como quienes obtenían, gracias a su gestión, recursos para su clientela electoral, práctica de la cual abusó hasta el delito la política en las últimas elecciones, la llamada, tan graciosamente, “hojarasca”.


2.12.06

Política e hipocresía


Durante semanas todos los medios de comunicación hemos estado dedicados al tema de Chiledeportes, a las facturas falsas y al ping pong de declaraciones de políticos al interior del conglomerado oficialista y con la oposición.

Al tratar de hacer una reflexión serena y objetiva, lo más probable, nos encontramos navegando en un mar proceloso, donde la política se mezcla con la hipocresía.

La corrupción para muchos es culpa del gobierno y se apunta con dedo certero a la anterior administración – 70 % de apoyo al término de su gestión – y el oportunismo político lo hace con el al actual gobierno. Nadie, sin embargo, de la clase política quiere entrar al meollo del asunto.

La estructura del estado requiere de una urgente modernización. Aunque para muchos políticos hablar de la empresa privada es como mostrarle una cruz a un vampiro, ya es tiempo que se adopten algunos aspectos de gestión y planificación que hacen a las empresas privadas exitosas.

Primero, sinceremos la necesidad de empleados. Todos sabemos que la estructura debe establecerse sobre la base de las tareas a cumplir, la eficiencia y la probidad con que ellas se ejecutan.

El Estado necesita más servidores públicos. Como siempre, en la hipocresía de no enfrentar una realidad, se reemplaza por empleados a honorarios que no tienen imposiciones, o seguridad social de ninguna naturaleza, menos derecho a vacaciones.

La oposición en una falta de realismo increíble no apoya un crecimiento del Estado, aunque igual ese crecimiento existe por la vía antes señalada. Sin embargo, el contratado a honorarios se presta para que su nombramiento surja de toda clase de presiones. Hay parlamentarios, senadores y diputados, que son verdaderas agencias de empleo público. Más que las competencias, interesa tener carné de un partido político de la Concertación.

El sistema implantado y que se mantiene ante la tozudez de la oposición, ha permitido el ingreso de “operadores” políticos, ahijados de algún parlamentario o de un alto dirigente.

Con este sistema ha crecido, una vez más, la corrupción y el aprovechamiento de los dineros del estado.

Un solo ejemplo de no más de 48 horas. El ministro de OO.PP. Eduardo Bitrán denunció el viernes a diez funcionarios de Vialidad de la IX Región, incluyendo los directores de Vialidad de Malleco y Cautín, comprobándose que se cancelaban obras, a empresas contratistas, que no se ejecutaban.

En el colmo del rapiñaje, se condenó por fraude al fisco al Director de Vialidad de Malleco, Hernán Rodríguez, por ofrecer dinero a un taller para aumentar la cotización de la reparación de un vehículo.

Tantas leyes que se anuncian y se promulgan y el robo en despoblado continúa.

Existe una mala selección de personal, especialmente de cargos donde prima el peso político más que el conocimiento y competencia.

De una vez por toda la clase política, gobierno y oposición, debería ponerse de acuerdo en consensuar una planta óptima para servir bien a la ciudadanía. De una vez por toda, acordar una forma independiente de seleccionar al funcionario público, en base a sus conocimientos y habilidades, y alejar de toda influencia a parlamentarios y dirigentes que se precipitan sobre las autoridades, para presionar en busca de colocar a sus favoritos.

Buena selección de personal, término a las contratas, planta óptima, sistemas de control de gestión, cese de la inamovilidad que permite que los malos empleados prevalezcan y los buenos terminen sumándose a la mediocridad, evitaría los bochornos que cada día debemos conocer.

Hagamos gestión por competencias en la administración pública. Capacitemos permanentemente a las personas que en ella trabajan y ya verán que las cosas cambian, pero ¿Cambiará la clase política para ponerse de acuerdo en soluciones tan sencillas?

27.11.06

Tres puntos malos.

Hoy la política es lo más parecido a un rodeo.

Ante los últimos acontecimientos de corrupción que siguen ocupando, por cinco semanas, los principales titulares de la prensa, radio y televisión, hemos apreciado con sorpresa como ha aparecido, en la medialuna del parlamento, toda suerte de colleras, cada una correteando alguna iniciativa que despiertan gritos de aprobación o silbidos de rechazo del respetable.

Muchas colleras han visto que la “atajá” no la hacen ellos sino que gente que no está metida en el rodeo, pero que tiene el poder suficiente para inmiscuirse y sacar a los jinetes fuera de la pista.

Se quiere constituir una comisión investigadora por el caso Chile deportes y una collera afuerina, recomienda postergar la corrida, ya que para eso se está corriendo en otro lado el gran premio “justicia chilena”, así, no pueden existir dos eventos paralelos.

Pese a todos hay carrera corrida. Con gran sorpresa de los participantes, el capataz no es del mismo equipo. Las recriminaciones no faltan, traición, falta a la unidad, gritan desde galerías y tribuna. Los que no querían que la carrera se corriera ahora dicen que no ha sido esa su intención.

En medio de todo sale una collera inesperada, Henríquez Ominami y Alinco, montados en “rebelde” y “taimado” arrean a “despenalización del aborto”.

A varios no les gusta el animal, ni siquiera para verlo corriendo. A la salida de la puerta, desde el palco, el jurado dice que no puede salir de los corrales y lo empujan dentro.

Piden quedar “al aguaite”, pero no los dejan

Se corre, ahora, el gran champion PGE, (Programa de generación de empleo) muy disputado, donde se sabe que es carrera corrida para algunos conspicuos personajes, pero, entre guitarreo parlamentario y huifas de sus operadores, se impide que el anuncio sea completo. Solo se puede hablar de la carrera pero no de los participantes. La collera Fuentealba – Vallespin, que tenían todas las ganas que se anunciara a los jinetes, son repentinamente acallados desde el fundo de La Moneda. Un llamado telefónico, con argumentos para reflexionar sobre lo malo que sería anticiparse a nombrar a los participantes, los lleva, entre rezongos y relinchos de sus cabalgaduras, fuera del ruedo, pese a sus protestas.

Parece bueno que la carrera se corra, pero sin que el respetable público se enteré de quienes montan los caballos “estafa” y “corrupción”.

Así la fiesta del campo chileno se desluce entre empujones y “atajás” que sacan a los animales de la cancha y las colleras, tan ganosas al principio, en aras de la unidad, van quedando con las ganas de encerrar a las bestias de este rodeo que ya parece un chiste.

La política, una vez más, muestra que a vista y paciencia del público se hacen toda clase de maromas y martingalas, chanchullos y movidas, para que nunca lleguemos al fondo de la corrida.

La Cámara de Diputados tiene como una de sus tareas fiscalizar, pero cuando quiere hacerlo en serio, el Ministro del Interior dice que no es bueno, para la convivencia, dar nombres de los presuntos responsables, cuyos equipos de campaña le han sacado el pan de la boca a gente pobre y sin trabajo.

Así los parlamentarios honestos, que prestigian la política, deben aceptar, en aras de la convivencia y de la unidad, que no les habran la puerta de esta singular medialuna. Seguramente son buenos jinetes pero sin cancha para correr.

Ojalá que las medidas anunciadas por la Presidenta Bachelet se apliquen y resulten efectivas, pero la primera señal dada desde el palacio de Gobierno, por la segunda autoridad política del país, no es buena.

Queda la impresión que a los políticos, con honrosas excepciones, les gusta enterrar sus escándalos en tumbas sin nombre.

17.11.06

La guerrilla política

Nada como un buen escándalo para mostrar las luchas internas en las colectividades políticas.

Aunque se estima que quienes son afines en sus ideas, compañeros, camaradas correligionarios etc. se unen en torno a un partido político y participan de sus actividades, elecciones internas y externas, alianzas y desarrollo estratégico para conquistar el poder, siempre queda al desnudo que la unidad que predican, al interior no se practica.

Cuando se es gobierno la responsabilidad, sin embargo, es mantener la unidad de las fuerzas políticas que le sustentan. En esta ocasión las autoridades se han auto marginado, a lo menos públicamente, lo que provoca en los partidos polémicas y desencuentros que dejan una secuela que agrava aún más la situaciones que fueron desencadenantes.

Es un efecto dominó que se produce en la medida que transcurre el tiempo, sin un golpe de timón fuerte de quién manda y puede provocar daños irreparables como la renuncia de militantes, pérdida de parlamentarios y divisiones larvarias que, más adelante, serán difíciles de controlar.

Hoy existen dos escenarios claros. Uno es el escándalo y sus efectos asociados. El otro corresponde a las recriminaciones internas que ya escapan al control partidario y golpean, duramente, a las autoridades gobernantes.

Veamos algunos ejemplos. La acusación del diputado socialista Fulvio Rossi que el gobierno impide la formación de una comisión investigadora del caso Chiledeportes en la cámara. La ratificación de la misma acusación de parte de su esposa, la diputada PPD, Carolina Tohá que dice que el gobierno, con esa actitud se ha pasado un auto gol.

La posición antagónica del senador Fernando Flores que ha complicado aún más las relaciones de uno de los principales partidos de la concertación.

Acusaciones de funcionarios públicos forzados a mentir, según ha dicho, para proteger al senador Girardi. Para orientarles legalmente, el senador Flores, ha dispuesto un equipo de abogados de alto nivel.

La guinda de la torta la ponen las declaraciones de Girardi el viernes que textualmente expresan: “Nosotros creemos que en Chiledeportes está el verdadero problema de corrupción en Chile, tal vez el más grande y grave problema de corrupción que ha habido en este país (...) No es un problema puntual, sino que es una red de corrupción que está operando en todo Chile desde Arica a Punta Arenas". Luego agrega “Queremos saber cuál fue el destino de estos dineros y quiénes fueron los beneficiarios de estos robos. Estamos hablando de un caso que no es puntual sino de una red sistemática de corrupción para apropiarse de recursos fiscales” (Diario La Segunda).

Como si esto fuera poco otro diputado, el D.C. Gabriel Ascensio, dijo el viernes pasado que era vergonzoso e inaceptable para alguien que fue diputado, el rechazo del senador Camilo Escalona a la creación de una comisión investigadora de la cámara que indague las irregularidades cometidas en Chiledeportes. En una conferencia de prensa dijo a los periodistas: “no es efectivo lo que señala el senador Escalona, en el sentido que una investigación de la cámara, paralela a una de la justicia y de la Contraloría sea innecesaria porque podría interferir en ellas, ya que nosotros perseguimos responsabilidades políticas y no legales, como lo hacen los tribunales o administrativas, como la contraloría”.

La polémica proseguirá con fuerza esta semana y como consecuencia, en algún momento del tiempo obligará a la Presidenta Bachelet a intervenir, no para reiterar sus, casi diarios, llamados a combatir la corrupción, si no que para algo más fundamental cuidar la unidad de los partidos que dan sustento a su gobierno. Seguir permaneciendo al margen, lo que parecía una buena estrategia, ahora se transforma en una actitud políticamente peligrosa.

La medida pro transparencia


Cuando los escándalos de Chiledeportes y PGE (programa de generación de empleo) parecen no despegarse de la agenda informativa de todos los días, surgen, paulatinamente, proposiciones de medidas para garantizar que los “eventuales funcionarios públicos, que asumen a dedo luego de cada cambio de gobierno, posean las competencias necesarias y tratándose de cargos de mayor responsabilidad deben postularse por concurso público.

Lo se no puede dejar de destacar y aplaudir, es la propuesta de la Democracia Cristiana, contenida en 25 medidas que el viernes pasado fueron entregadas al Vicepresidente de la República Belisario Velasco, por la senadora Soledad Alvear, presidenta de la colectividad oficialista.

La comisión encargada de entregar iniciativas concretas, lo hizo antes de la propia comisión instalada por la Presidenta Bachelet.

La más relevante, por lo drástica, es solicitar que renuncien todos los Jefes de servicio, demócratas cristianos, que han sido nombrados sin concurso público. Lo señalado no impide que puedan postular pero ahora no llevando por delante su militancia, lo que vale son las competencias.

La lógica de la medida, nos parece, es que el servicio público debe ser profesional y altamente competitivo. La administración pública es para todos los chilenos, no para los partidos gobernantes de turno. La experiencia ha demostrado que cuando se nombra a dedo, o porque determinado servicio es “coto de caza” de un partido específico, ocurren las cosas que hoy todo el mundo recrimina.

Un servicio público que aplica los recursos del estado, lo debe hacer con la mayor transparencia posible. Debe eliminarse la lógica del señor Farias que las cosas se saben porque metió mal el dedo y como el mismo agrega dejó “la embarrá”.

Los que algunos han hecho no es solo meter mal el dedo, han metido la mano entera.

Entre otras iniciativas se incluye modernizar la contraloría, aún acéfala, fijar el consejo de auditoría interna, crear una agencia de políticas públicas que controle la ejecución de los programas sociales, hoy cuestionados, en lo que corresponde a generación de empleos y otros.

La Democracia Cristiana propone publicar en Internet las declaraciones de patrimonio e intereses de las autoridades públicas, dar más atribuciones al Servicio Electoral para que se transforme en una superintendencia y sancione a los candidatos cuando sus rendiciones de cuentas no cumplan con lo establecido en la ley.

Otra de las medidas importantes de este programa, entregado por Soledad Alvear, es el que se refiere a establecer un límite a la reelección en los cargos de responsabilidad política y limitar las reelecciones de los cargos de elección popular.

Es una manera clara de evitar que tengamos personajes eternizados en los cargos. Diputados y senadores de los cuales, algunos, derivan a convertirse en gestores de favores y dávidas a costa del erario nacional.

Debe evitarse que los partidos políticos sean centro de dispensa de trabajos como recompensa por servicios prestados y cuna de operadores políticos. Todavía nadie se hace la pregunta ¿cómo llegó a ser Jefe de gabinete el señor Andrés Farias? ¿De qué manera obtuvo su empleo y quien lo apadrinó?

Por su parte los senadores Navarro (PS) y Ávila (PRSD), anunciaron un proyecto para suprimir las donaciones anónimas a las candidaturas y la pérdida del cargo a los electos popularmente, cuando excedan los gastos permitidos por la ley.

La confianza de la ciudadanía en la política se encuentra seriamente resentida. La confianza en el gobierno también obtiene una baja nota (encuesta UDD), sin embargo el 57,9 % de los ciudadanos le han dado un voto de confianza a la Presidenta Michelle Bachelet. En honor a esa confianza se espera que actúe con más decisión y aplicando con severidad el “caiga quien caiga” que hasta el momento solo parece una efímera promesa.

4.11.06

El clientelismo en la política


El tema de Chiledeportes ha golpeado duro al conglomerado oficialista, especialmente, porque militantes de sus partidos, de una forma u otra, aparecen involucrados en el escándalo.

La oposición, ha atacado implacablemente el flanco débil que muestra la concertación. Nos es primera vez y los más pesimistas señalan que no será la última, en que el gobierno y los partidos que le sustentan política y electoralmente, sean enfrentados a situaciones de corrupción.

Lamentablemente, parece, nadie pone el dedo en la llaga.

Son muchas las oportunidades en que los mal llamados funcionarios públicos, meten las manos en el dinero fiscal. Esos “funcionarios” han arribado con las sucesivas administraciones, no por el mérito de sus conocimientos y competencias, más que nada, como pago por “favores concedidos” a políticos profesionales.

El verdadero funcionario público, que lleva muchos años en la administración fiscal, nada tiene que ver con algunos “picantes” como los denominó el ex presidente del PPD, Jorge Schaulsson, por lo cual no se les puede poner en el mismo saco.

Pero, definitivamente, el hilo se sigue cortando por lo más delgado, nadie quiere enfrentar la realidad del problema. En Chiledeportes el origen del problema pasa por la interferencia política en la aplicación de los recursos.

Nada se saca con pedir la renuncia a todos los directores regionales del organismo. Primero no todos tienen un desempeño igual. Segundo, solo a dos o tres se les ha comprobado actuaciones irregulares. En lo personal debo defender a Miguel Ángel Cuadros de la IV región porque nada indica que tuviera un comportamiento reprochable, además, solo demostró eficiencia y dedicación a las tareas que le fueron encomendadas.

La guillotina tiene que funcionar más arriba, en los decisores. Aquellos que no cumplen con las responsabilidades inherentes a sus altos cargos, no supervisan, no controlan la gestión. Pero allí llegamos a una “clase política” que parece intocable.

Detrás está la vieja práctica, de la cual muy pocos están excluidos, el clientelismo político, donde los parlamentarios, diputados y senadores, salvo honrosas excepciones, presionan para colocar en diversos cargos a sus “operadores políticos”. Son aquellos que les consiguen los votos.

Y hay senadores y diputados que presionan a las autoridades para que se nombre a zutano o merengano, no por sus merecimientos o competencias, solo porque es una persona que conviene a sus intereses.

La mejor muestra de transparencia y probidad, palabra que la política hoy usa como parte de un nuevo evangelio, en que pocos creen, es generar una ley que impida, explícitamente, a los parlamentarios intervenir como gestores o promotores de personas o grupos, solo porque son afines a sus intereses particulares. Atrévanse y estoy seguro la ciudadanía se los sabrá reconocer. Dejen de presionar para que se nombren, notarios, jefes de servicio. Dejen de presionar para que los concursos para cargos públicos finalmente se le asignen a alguna persona de su preferencia.

En definitiva hagan en el congreso lo que tienen que hacer, legislar y fiscalizar cuando corresponde.

Así evitaremos que sigan apareciendo personajes como Andrés Farías, ex jefe de gabinete de la dirección metropolitana de Chiledeportes: "Yo soy PPD. Cuando yo pienso, pienso como PPD, no como demócrata cristiano, no como radical. Entonces claro, a lo mejor ése fue el error, porque si yo hubiera puesto a todos los parlamentarios, ¿qué hubiera pasado?".

"Fue un error que sepultó mi carrera. Mi carrera profesional y política, yo soy administrador público", afirmó el ex funcionario de Chiledeportes. "Cuando uno está en esto, sabe cuáles son las reglas. Y esas son las reglas"

¿Nunca se le ocurrió, a Farias, que también en este país se puede pensar como chileno?

La pregunta es, las reglas son “si te pillan estas despedido”. Espero y confío que las reglas de la política no sean esas como, aparentemente, alguien se las enseñó al señor Farías.

El tribunal supremo del PPD resolvió, sobre este caso en particular: “El señor Farías Astorga, a contar de hoy viernes 3 de noviembre, no goza de la calidad de militante del Partido Por la Democracia, fundamentalmente por sus actos y dichos del día de ayer que todo Chile pudo ver a la salida de fiscalía, los que son reñidos con el comportamiento de cualquier militante del partido”.

Pero tengan por seguro que no rodará ninguna cabeza importante. Que los parlamentarios que, presuntamente, aparecen como involucrados, saldrán libres de polvo y paja y así la política chilena sepultará, una vez más, sus muertos en silencio y sin testigos.

A poco andar, diputados y senadores, con las excepciones que, afortunadamente aún existen, volverán a golpear las puertas de Intendencias, Gobernaciones, Municipalidades y Seremías, para recomendar a su “operador político” de turno.

27.10.06

El oro de Hong Kong y el deporte

No me cabe duda que el título del presente artículo les llamará a confusión, sin embargo, no hay otra forma de analizar un fenómeno político basado en la desinformación y en el uso abusivo de métodos de comunicación, donde la ética de la política actual no reconoce fronteras.

Es una suerte de poker donde el juego consiste en quién inventa un cuento más escandaloso, perdiéndose todo el sentido de la realidad.

Cuando arreciaban los comentarios sobre la investigación de la contraloría en Chiledeportes, el diario de gobierno, La Nación, publica que en Hong Kong se ha descubierto un depósito de oro de 9 toneladas a nombre del General (r) Augusto Pinochet. La cancillería, a través del ministro Alejandro Foxley, dice que la información proviene “de una fuente seria y fidedigna”.

Desde la oposición la crítica no se hace esperar. Tratan de tender una cortina de humo, dicen, desde el gobierno para desviar la atención de las malversaciones de recursos en Chiledeportes.

El Gobierno asegura que todo se ha investigado reservadamente, aunque lo del oro, fue filtrado al diario oficialista, nadie sabe de donde.

Parece que en política vale lo de “su escándalo y otro más”.

Al examinar los documentos en los que se basó la cancillería, que recibe la denuncia el viernes 13 de Octubre y solo los entrega a la justicia y al Consejo de Defensa del Estado diez días después, se pueden apreciar, a simple vista algunas inconsistencias.

Los documentos que no son originales, solo fotocopias, indican que se trata de depósitos por 9 millones 620 mil kilos de oro, certificados por la empresa alemana Schell Security. En buen castellano esa cantidad representa el doble de la oferta anual de oro de todo el mundo.

La noticia señalaba nueve toneladas y los certificados, no originales, hablan de 9 millones 620 mil kilos, la sola fracción representa 620 toneladas.

¿Montaje comunicacional?, ¿Simple falta de acuciosidad de la cancillería que, teniendo, durante diez días la documentación, no hizo la revisiones y consultas internacionales?

Y así todo se enredó. El Banco, supuesto depositario de este tesoro, señala taxativamente en una declaración conocida el jueves, que se trata de documentos falsos proporcionados por un comerciante en oro de los Estados Unidos quien, no puede aclarar el nombre de quien se los proporcionó desde Alemania.

Mientras la polémica se desata, lo de Chiledeportes se mezcla con algo que no tiene nada que ver. Los políticos hacen grandilocuentes declaraciones, a favor o en contra. Muchos de los que aparecieron de inmediato expresando su opinión hoy guardan un avergonzado silencio.

Se reúne la comisión de deportes de la Cámara de Diputados, para escuchar a la subsecretaria de deportes, y el diputado Fidel Espinoza (PS) le dice al diputado de la Udi Ramón Barros “anda a contar los lingotes de oro”. La oposición se retira de la comisión sin escuchar a Catalina Depassier y sigue el escándalo.

Como de poker se trata, entonces, aparece un misterioso mail enviado supuestamente por un funcionario de gobierno, militante del PPD, con una lista de 10 parlamentarios, de ese partido, con asignaciones de un millón y medio de pesos para proyectos deportivos, lo que también parece un burdo montaje y es desmentido enérgicamente por los supuestos implicados. "Nos irrita y nos indigna que un funcionario de Gobierno y, además, militante del PPD haya creído que éste era un tipo de gestión que podía realizar" (Declaración oficial de la directiva del PPD)

¿Es esta una política seria? ¿Vivimos en un país democrático y civilizado donde se puede permitir a la clase política este circo romano?

Ave Cesar, los que van a morir en las garras de los montajes, de la comunicación mediática y absurda, te saludan.

No son, los que opinan con ligereza, capaces de poner cada cosa en su justa dimensión. Se condena sin pruebas. Se señalan culpables, en ambos casos, cuando las investigaciones solo se están iniciando.

Todos entran a la arena de las descalificaciones, mirando las cosas según conviene. Los políticos hablan de justicia, entonces, más serenidad y paciencia, dejemos que ella opere.

Que si el oro de Hong Kong es falso, entonces tengamos la grandeza de esperar cuál es la real dimensión de lo que ha ocurrido en Chile Deportes, antes de seguir en una pugna que solo nos coloca frente al mundo como un país lleno de ruidos y fantasía.


21.10.06

¿Quo vadis América?


Las recientes y reiteradas votaciones en la asamblea general de la ONU, para designar un miembro no permanente en el Consejo de seguridad, en el cupo reservado a América latina, nos muestra, claramente, como nuestro continente, incluyendo el caribe y Centroamérica, mantiene un rumbo errático, donde cualquier concepto de unidad y solidaridad entre naciones ha sido desterrado.

Siempre en política, especialmente cuando se analizan los grandes movimientos ideológicos, es difícil vaticinar lo que vendrá en esta materia, pero, cuando se trata de América, desde la dominación española a nuestros días, la constante es la misma.

Nos encerramos en nuestras fronteras, nos cubrimos de un gran nacionalismo, que cada cierto tiempo disfrazamos con discursos llenos de las frases, “socios estratégicos”, “pueblos hermanos”, “objetivos comunes”, “sueños de nuestros libertadores” etc.

No somos, en pleno siglo XXI, capaces de ponernos de acuerdo para designar un miembro del Consejo de seguridad, un ente de la ONU, que para los efectos no vale nada, dada su arcaica estructura donde quienes mandan son las naciones que permanecen indefinidamente y que tienen derecho a veto a las resoluciones que allí se adoptan. Es la hipocresía política en su más clara y alta expresión.

América cae en el juego, y se pelea a muerte.

¿Quo vadis América?, que sacrifica su destino común y su complementación de riquezas y aptitudes, por caudillismos locales que se disfrazan de nuevas revoluciones, de reivindicaciones de raza, y de anacronismos como la dictadura cubana, que algunos gobernantes siguen tomando como un ejemplo, a la vez que proclaman su apego a la democracia.

¿Quo vadis América? donde los países se chantajean, unos a otros, con el gas y con la energía.
¿Quo vadis América?, donde la política le promete a los ciudadanos redenciones sociales que nunca se cumplen, de la cual se nutren en votos entregando promesas.

¿Qué pasa con esta América joven que no es capaz de imitar a una Europa, territorio de dos grandes guerras mundiales, de crueles fracciones territoriales, de mutilaciones étnicas, de grandes migraciones. Europa un gran crisol de razas e idiomas fundidos por los horrores de la intolerancia religiosa, y por la sed de conquista.

Mirenla hoy, contémplenla hoy. Vean como sus fronteras son solo una referencia geográfica. Con una moneda común, con parlamento y con un destino que coloca a Europa como ejemplo de labrarse un destino colectivo, pese a tanto odio y división del pasado reciente.

Y en América, el populismo crece, alentado por la ingenuidad de gente desesperada en su pobreza, que busca y trata de encontrar a cada rato redentores.

Pero miren esta América que cuando trasladan el cuerpo de uno de sus líderes más potentes de las décadas del 40 al 70, son capaces de liarse a balazos miestran trasladan, en una suerte de fetichismo, su cadáver.

¿Quo vadis América?, más preocupada de las “mea culpa” por la ofensas del presente y del pasado.

“Mea culpa” de los europeos porque llegaron a este continente y casi exterminaron a los pueblos originarios.

Si de “mea culpa” se tratara invoquemos a Cristo y preguntemos “El que esté libre de culpe, arroje la primera piedra”.

Los musulmanes deberían hacer un “mea culpa”, por los 850 años de dominación en España.

Muchas naciones deberían hacer un “mea culpa” por el colonialismo, por las crueldades de la Guerra.

“Mea culpa”, por la guerra de la independencia. “Mea culpa” por la guerra del Chaco. “Mea culpa” por las dictaduras militares. “Mea culpa” por las ideologías revolucionarios de conquistar el poder por la fuerza de las armas.

¿El mundo debería ser, entonces, un gigantesco confesionario con grandes centros de penitencia, y millones y millones de mujeres y hombres golpeándose el pecho, mea culpa, mea culpa?

¿Quo vadis América?, si no somos capaces de perdonar nuestro pasado, aprender de el, recoger sus lecciones, no repetir los errores, y de verdad integrar nuestras fronteras.

Nuestros gobernantes, salvo honrosas excepciones, siguen con el lenguaje parvulario de añejos nacionalismos, de reivindicaciones que, parece, solo funcionan en una sola dirección, la de quien detenta el turno del poder.

Seguiremos votando entre Guatemala y Venezuela sin que nadie quiera ceder, porqué así somos.

¿Quo vadis América?

14.10.06

Un Intendente silencioso

Esta ha sido una semana donde la farandulización de la política ha estado más presente que nunca. Ya estamos siendo notificados, poco a poco, que tendremos 30 diputados más y en el senado 10 honorables.

Como una manera de cambiar el sistema binominal, pero sin perder fuerza política y dejar tranquilo al sector que se ha denominado “izquierda extra parlamentaria”, oficialismo y oposición están decidiendo un aumento de sillones parlamentarios sin ningún interés en lo que piensa la mayoritaria sociedad chilena.

El sistema binominal que a mi juicio ya es anacrónico en la vida política nacional, puede cambiarse a un sistema proporcional, algunos le llaman mejorado o lo que sea, sin tener que aumentar los cupos parlamentarios, un mayor costo fijo para el erario nacional.

Pagamos un punto más de IVA, pobres y ricos porque, nos dicen, se precisan mayores recursos, pero cuando se trata de pagarle sueldos y asignaciones adicionales a la “clase política”, siempre el dinero sobra.

Las encuestas evalúan muy mal al parlamento.

Se han aprobado leyes que después son criticadas por los mismos que las votaron favorablemente. Seguramente no las estudiaron y tampoco estuvieron muy atentos a la discusión de sala.

Muchos acusan baja asistencia ya que parte de su tiempo lo dedican a actividades político partidaria, que no agregan valor, para la mayoría de los chilenos que no tenemos militancia.

No quiero generalizar, porque hay buenos parlamentarios, estudiosos y serios y son un aporte al país, pero, lamentablemente, son minoría.

El sistema electoral permite que la votación de un buen parlamentario arrastre a una comparsa de políticos que solo quieren una foto de primera pagina, o aparecer frente a un personaje de notoriedad pero que en definitiva pasan, sin pena ni gloria.

El bochorno del homenaje a las campeonas mundiales de hockey sobre patines, no solo revela ignorancia, falta de organización si no que, además, un aprovechamiento mediático de la fama de unas muchachas que, casi a pulso, sacaron un título que enorgullece al deporte de nuestro país.

Hago estas reflexiones luego de observar la competencia, casi salvaje, que desató entre algunos parlamentarios y otras figuras públicas, la última visita de la Presidente Michelle Bachelet a la Región.

Daba pena ver a algunas personas “pechando” por estar a su lado. Buscando con ello vestirse, políticamente, con la popularidad de la mandataria.

Sin embargo no pasó desapercibida la actitud del Intendente Regional, sobrio, silencioso, desplazado, por el afán de robar cámara de algunos, en una segunda fila.

La imagen del Intendente Regional se ha visto potenciada por su sobriedad que la ciudadanía es capaz de percibir con absoluta claridad. Su actitud permanente refleja a una persona que hace mucho y habla poco.

Alguna experiencia tengo en manejo se imagen. La regla de oro es que debe responder a una verdad, a un estilo de ser y comportamiento que se pueda comprobar.

La buena evaluación no se obtiene saliendo al lado de la Presidenta en una foto, donde como dueño de casa tiene todo el derecho a estar. Esta se logra con gestión, con ideas, con un buen equipo, que lo tiene, y con un manejo sobrio de las comunicaciones personales, algo que el Intendente Ricardo Cifuentes ha logrado plenamente.

La ciudadanía busca y desea autoridades y parlamentarios que tengan un grado importante de transversalidad. No significa esconder sus visiones personales, pero entender que la verdad se compone de muchas partes y anida en variadas posiciones.

Hoy a nadie extraña la buena evaluación que obtiene, de la opinión pública, el Intendente Cifuentes, porque sentimos que nos representa con una gestión sin estridencias innecesarias.

En definitiva un Intendente silencioso pero ejecutivo y gestor.

7.10.06

Administrar y gestionar.


Esta semana que termina ha estado dedicada, principalmente, aparte de las polémicas por el voto de Chile a Venezuela, sí o no, al presupuesto 2007, el más expansivo de los últimos años.

Sin pretender ser aguafiestas en esta materia hay que recordar una ley inmutable de la economía, los presupuestos no son buenos por la cantidad de dinero y las actividades que ellos pueden generar, fundamentalmente, el éxito pasa por la forma en que se administran los recursos, control, eficiencia y la manera como se gestionan, vale decir cuanto valor se agrega a la inversión oportuna, en los proyectos involucrados, y como se obtiene la mayor rentabilidad social o económica del dinero involucrado.

Aunque creo que todos aplaudimos la alta inversión social y el destino de los recursos fiscales a diferentes áreas, no es malo recordar lo que pasa cuando falla el concepto de una correcta administración, especialmente el control.

Recordemos el pasado reciente, especialmente en los programas como los de empleo de emergencia. Solamente en una comuna, San Antonio, el PGE (Programa de generación de empleo) la Contraloría ha denunciado que, a lo menos, 15 iniciativas por un total de $ 334.582.000 fueron empleados para proselitismo político. Esta denuncia, en estas semanas en poder del ministerio público, se suma a los hechos que se investigan en Quillota, Valparaíso y San Felipe, sin olvidar los acontecimientos de Choapa.

No pretendemos prejuzgar en cuanto a la administración y a la gestión que el actual gobierno haga de los recursos que, seguramente, aprobará sin mayores dificultades el congreso, pero, del pasado hay que extraer algunas lecciones, especialmente en la administración y control, así evitaremos que a las pérdidas de recursos mal empleados, se sumen las pérdidas de los recursos mal controlados, como el caso del puente Loncomilla, las casas Copeva, las viviendas que se han tenido que demoler por estar mal construidas, las vías que a poco de pavimentarse, deben repavimentarse etc.

En medio de todas estas alegrías de un presupuesto importante en su monto, tampoco se debe olvidar que la manera de gestionar también hace una diferencia. Son millones de pesos que el estado ha debido cancelar por indemnizaciones de obras que no se terminaron, como algunas cárceles concesionadas, o por demora en la entrega de terrenos en vías concesionadas en Santiago.

En muchas áreas el gasto y la inversión, pensando en el futuro, pueden ser gestionados más eficientemente. Siempre se escucha cuánto aumentó la inversión en Educación, sin embargo esta igual generó la crisis de mayo. Mucho se ha invertido, y no se puede desconocer, en salud, pero igual la población, y los gremios tienen la percepción que no mejora pese a todos los avances.

En definitiva los presupuestos no son buenos o malos solo por la mayor o menor cantidad de recursos y el destino hacia el cual se dirigen, lo serán si se administran bien, con un buen control, oportuna disposición de los fondos, adecuada planificación y, como se gestionan para que su rendimiento sea óptimo en oportunidad y cobertura.

Mucho dinero se ha malgastado en anteriores administraciones por políticos, inescrupulosos, que hoy deben enfrentar a la justicia, pero también por la mala calidad de gestión o el no cumplimiento de las tareas fiscalizadoras.

Alegrémonos por un presupuesto expansivo como el del año 2007, pero que nadie se adelante a pensar que, por ese solo hecho, será exitoso y traerá beneficios para todos los chilenos, lo sabremos si se administra bien y se gestiona eficientemente.

El ideal es que el dinero no se quede enredado en un exceso de burocracia, en el pago de todo tipo de gestores, que hacen bajar el líquido destinado a invertir en solucionar problemas y crear caminos de auténtico desarrollo para todos los chilenos.

El Gobierno debe implementar sistemas que permitan medir, objetivamente, el resultado de la aplicación del presupuesto, especialmente en el área de los programas. Si solo se ejecutan obras, sin medir su calidad y eficiencia, se volverán a cometer los mismos errores que ya conocemos y lamentamos.

30.9.06

¿El país se está desordenando?

Para no conducir a equívocos el título de esta columna es más que nada una reflexión académica del tema de la responsabilidad cívica que tenemos todos los actores, de los procesos sociales, políticos, educacionales y económicos de nuestro país.

No se puede negar que Chile, en las dos últimas décadas, ha logrado una posición visible no solo en la región americana, también en el ámbito mundial, pero ese éxito logrado nos ha comenzado a desordenar como país.

La discusión de fondo, y es bueno plantearla ahora, es si la democracia es permitir y hacer todo, o también tiene marcos restrictivos de algunas libertades, en beneficio de encontrar un ordenamiento que haga posible una gobernabilidad fluida y respetada.

Al mirar el país hoy, podemos encontrar algunas dificultades. La primera a mencionar, es la velocidad con que se debe gobernar, entendido en el tiempo que se toman, las autoridades y los tres poderes del Estado, en resolver los problemas que afectan a las diferentes capas ciudadanas.

Al iniciarse la gestión de la Presidenta Bachelet, primer período constitucional de cuatro años, se dio una señal de máxima ejecutividad, 36 medidas en 100 días, Pareció un buen inicio de un gobierno ejecutivo, con ideas y planes muy claros. Seamos honestos si hoy preguntamos a la ciudadanía que enumere cuales fueron esas medidas y las relacione con algún cambio en su vida ciudadana, pocos podrían responder acertadamente.

A las pocas semanas vino una serie de comedias de equivocaciones, autoridades nombradas, al parecer apresuradamente, probablemente en la misma línea e intención ejecutiva de las 36 medidas, unas que no aceptaron el cargo, otras que renunciaron luego de ser cuestionadas. A menos de seis meses de gobierno, la clase política ya estaba embarcada en la próxima campaña presidencial y a muchos exigiendo a la actual administración soluciones concretas a problemas que, por décadas, no se han podido arreglar.

En ese mismo período estalla el primer conflicto, minimizado por el propio gobierno, las protestas estudiantiles. No hay más dinero se señala, el paro provoca un estallido de violencia y el tema, tratado a nivel de un subsecretario, debe ser resuelto por la Presidenta quien de paso pone a disposición millones de dólares que un principio, se dijo, no se podían disponer. Finalmente cae una parte del primer gabinete.

Vivimos ahora un período en que se hace lo contrario, las decisiones se toman a la velocidad de innumerables comisiones y mesas de trabajo que debaten, consultan, preparan y presentan informes que, se espera, orienten las decisiones futuras. ¿Es el temor a no cometer errores el que hace ser tan cauto al gobierno? ¿Es la figura del gobierno ciudadano, técnicamente difícil de entender, lo que causa tantas demoras?

Aún no tenemos contralor, mala señal ante algunos escándalos que investiga la justicia, especialmente de desvío o mala utilización de fondos públicos. Chile no decide su voto en la ONU, lo que ha causado serias divisiones en el oficialismo, como Bitar con Girardi en el PPD, Navarro con Rossi en el partido socialista. Parlamentarios que viajan por su cuenta a Venezuela, aduciendo cada grupo motivos diferentes. Todos reconocen el derecho constitucional de la Presidenta Michelle Bachelet a decidir el voto, pero toda la clase política está pronunciándose, todos los días, sobre el tema. Esa hora de tomar una decisión y poner punto final a la polémica que solo agrega tensión al ambiente de la política interna.

Están los conflictos laborales, especialmente del sector público, generados por las expectativas de un Estado con mucho dinero, con promesas de campaña y cartas compromiso que los gremios dicen que se han olvidado.

En definitiva para que un país no se desordene cívicamente debe notarse una cierta dirección, clara y definida del gobierno. La mejor demostración ocurrió esta semana, prácticamente cero vandalismo, en una protesta y marcha impecables desde el punto de vista organizativo del gremio de los profesores. Pese a las críticas que se pudieran hacer, el gobierno actuó, preventivamente, con energía y empoderó a las fuerzas de carabineros para que hicieran su tarea de resguardar el orden, evitando el vandalismo. Ese es el gobierno que la mayoría ciudadana quiere ver, justo, reflexivo pero nunca vacilante ante las tareas y atribuciones que le son propias.

Si hay algo que prestigió al Gobierno de Ricardo Lagos fue que la autoridad constitucional, de la cual todo gobernante se encuentra legítimamente investido, se sintió y se respetó.

27.9.06

El voto de Chile


Chile, más bien la Presidenta Michelle Bachelet, deberá resolver un tema crucial en política internacional, dar o no dar el voto a Venezuela, esa es la cuestión.

Hugo Chávez busca para su país un lugar como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y para lograrlo necesita bastantes votos. Su pretensión es que toda América del Sur y las naciones del Caribe estén de su lado, una manera clara de adquirir el liderazgo que busca.

La decisión la toma la presidenta ya que, constitucionalmente, es ella quien dirige las relaciones internacionales. ¿Es Venezuela un buen candidato?, no es un tema de votar por el país, ya que al igual que Chile, es el Presidente Chávez quien dará las instrucciones a su eventual representante en el consejo.

El manejo diplomático del Presidente de Venezuela, su lenguaje a ratos insolente, amenazante y mal educado, ha provocado fuertes reacciones con algunos gobernantes, como Bush en los Estados Unidos, Ricardo Lagos en Chile, o Alan García en Perú.

Chávez bañándose en un mar boliviano, amenazando con romper relaciones si Alan García, a quien llamó ladrón de cuatro esquinas, era elegido presidente de Perú, tildando de borracho y burro al presidente norteamericano, más que un gobernante o un estadista, parece un matón con mucho dinero que quiere ver al mundo según su propio prisma.

Su embajador en Chile, Víctor Delgado, con el mejor lenguaje “chavista”, lanzó un duro ataque a la Democracia Cristiana, recordándole , entre otras cosas, su pasado opositor al gobierno de Salvador Allende al igual como se ha opuesto al gobierno de Hugo Chávez.

La clara intromisión en asuntos políticos internos del diplomático, no hace otra cosa que reafirmar el estilo de su jefe quien, en momentos muy delicados de nuestras relaciones diplomáticas con Bolivia, metió su cola donde no debía.

Lo peor es que las opiniones en la concertación están fuertemente divididas, incluyendo en el partido socialista, principal apoyo a la postura Venezolana, donde algunos diputados no les gusta ver a un representante de ese país sentado en el Consejo de Seguridad. Las declaraciones del ex – aviador e instructor, en el pasado, de Hugo Chávez, Víctor Delgado, agrega más leña a la hoguera de una discusión política interna en la coalición de gobierno, que también le ha traído dolores de cabeza al PPD.

Chile está en una encrucijada, su voto no es decisivo ni mucho menos, pero de no ser favorable a Venezuela se apartaría de la postura ya anunciada por Morales de Bolivia, Lula de Brasil, Kichnner de Argentina y el octogenario Fidel Castro de Cuba.

La posición más cómoda sería abstenerse, no es la más recomendable, ya que apareceríamos sacrificando nuestra independencia en materia diplomática, por no atrevernos a expresar una postura de manera meridianamente clara.

La declaraciones del embajador Delgado, aparte de las replicas de la D.C., también trajeron las del Vicepresidente del Senado el socialista Jaime Naranjo quien opinó, a título personal, “el embajador no sólo se ha inmiscuido en asuntos internos del país, lo cual como diplomático le está expresamente vedado, sino que también ha caído en una conducta a que nos tienen acostumbrados algunos personeros venezolanos, que es descalificar a todos aquellos que no comparten sus puntos de vista”.

El Viernes Delgado echó pie atrás, diciendo que no dijo lo que todos escuchamos y leímos, acudiendo a la disculpa que los periodistas ya conocemos de sobra, “me sacaron de contexto y me mal interpretaron”, agregando, “Hubo una confusión. No fue mi intención mencionar, discriminar o señalar ningún partido político. Quise hacer una comparación con la DC en Venezuela, que es oposición al gobierno del presidente (Hugo) Chávez y la DC que fue aquí oposición al Presidente (Salvador) Allende”.

Después de los 20 minutos de Chávez en la ONU, del olor a azufre y el santiguarse, su embajador le dio una manito en Chile.

¿Y nuestro voto, para quién será?

16.9.06

La politica de 1810

La política en 1810
El país ya tiene suficientes problemas con la política en Septiembre. El 11 con todas sus consecuencias, incluyendo los anarquistas que lanzaron una bomba molotov contra La Moneda, las polémicas por la pildora del día después, las declaraciones de Joaquín Lavín, las replicas de la senadora Matthei, los desencuentros en el PPD por la votación en Naciones Unidas para el Consejo de Seguridad, las huelgas de los profesores, de la Fenats, de la Fenprus y la que se anuncia por parte de Asemuch, los jueces que dejan en libertad a los criminales, todo ello ha puesto un acento amargo que, en estas fechas, no vale la pena volver a comentar.
Por ello lo mejor, es escribir sobre el acto político más importante de nuestra historia republicana cuando un grupo selecto de vecinos, bajo la excusa de "guardar el reino de Chile para su majestad Fernando VII", preso de Napoleón Bonaparte, acordaron formar una junta de Gobierno.
En la madrugada del martes 18 de septiembre de 1810 se registraba en Santiago un inusitado movimiento militar. Tropas y milicianos tomaban estratégicas posiciones en la capital del país, preludio de un acontecimiento extraordinario.
Los patriotas, contaban con mayoría en la ciudad y con la adhesión de los altos mandos militares así como del propio "Conde de la Conquista", don Mateo de Toro y Zambrano, que frisaba ya los ochenta años. El desplazamiento de las tropas armadas obedecía, más que nada, a una necesidad de mostrar la decisión para efectuar un acto de Independencia al cual, el partido español, se oponía abiertamente.

Faltando pocos minutos para las nueve de la mañana, 350 personas se encontraban en el, "tribunal del consulado", inaugurado solo tres años antes, cien menos que las que oficialmente se habían invitado.
Jefes de las diversas corporaciones, prelados de distintas órdenes religiosas y muchos de los vecinos más importantes de Santiago. No asistió el regente de la Real Audiencia, lo que señalaba claramente la oposición y protesta del alto tribunal a todo lo que se acordase en la asamblea.
No se había permitido la entrada a ningún hombre menor de veinticinco años. La mayoría de los presentes eran de avanzada edad y representaban a casi todas las familias de la aristocracia colonial.
El resto de la historia es conocida. Luego de leerse la proclama del Conde de la Conquista por parte de su secretario Argomedo, habló José Miguel Infante "Señores Europeos, estad firmemente persuadidos de que hombres inicuos han sido los que han procurado sembrar discordias con el fin de haceros oponer al justo designio de los patricios. El animo noble y generoso de estos no propende a otra cosa que ha mantener una unión recíproca. Esto exigen los estrechos vínculos que nos unen, y así espero que conspiraréis de consuno al bien de la Patria, uniformando vuestras ideas para el logro del importante y justo objeto sobre que van todos a deliberar."
José Miguel Infante fue proponiendo, uno en pos de otro, los nombres de los integrantes de la junta: don Mateo de Toro y Zambrano, para presidente; el obispo electo de Santiago don José Antonio Martínez de Aldunate, para vicepresidente; don Fernando Marquez de la Plata; el doctor don Juan Martines de Rozas y don Ignacio de la Carrera, para vocales. Las designaciones fueron ratificadas con grandes aclamaciones.
Cuando parecía que la asamblea llegaba a su término, uno de los concurrentes, el abogado don Carlos Correa, señalando el deseo de otros participantes en el acto, solicitó que se agregaran dos integrantes más a la junta gubernativa. Aceptada la petición, se propuso una votación con cédula secreta en la cual debía inscribirse un solo nombre. Practicado el escrutinio, en medio de una gran animación de los asistentes a la asamblea, fueron aclamados con prolongados aplausos como integrantes de la nueva junta, el Coronel Francisco Javier de Reina con 99 votos y don Juan Enrique Rosales con 89 votos.
Esta fue la primera votación secreta, libre y soberana, que registra la historia política de la naciente república. Al día siguiente, 19 de Septiembre, a punta de mosquete, los integrantes de la Real Audiencia debieron ratificar las designaciones. Ese mismo día se enviaron, a galope, emisarios a Coquimbo y Concepción portando la noticia.
Así en nuestra Región los acontecimientos de Santiago se conocieron el día 20. Para muchos esa noticia dio origen a grandes celebraciones que hoy se manifiestan en la tradicional "pampilla".

9.9.06

Lo político y lo técnico (Segunda parte)


En nuestro artículo de la pasada semana abordamos el tema municipal, su problemática y, a veces, la difícil relación humana que se produce al vincularse las tareas políticas con las estrictamente técnicas.

Los equipos de confianza de un Alcalde, en la mayoría de los casos, no son parte de la planta que involucra a funcionarios que llevan muchos años en sus cargos y han aportado sus conocimientos en diferentes administraciones. Los problemas en los roles de la gestión política con la técnica se complican cuando, manteniendo la propiedad del cargo, no se ejerce la función por no contar con la confianza de la autoridad política, en esos casos se acude al expediente de ingresar un cargo a contrata de manera paralela, lo que aumenta los costos fijos de la corporación.

La pregunta es ¿cómo encontrar un justo equilibrio? Aquel que permita conciliar los intereses políticos que están representados por Alcaldes y Concejales y que resultan legítimos, con el cumplimiento eficiente de requisitos que están regulados por las leyes y estatutos de los sistemas administrativos del estado.

Corriendo el peligro de ser muy densos en este comentario, uno de los problemas que hace compleja la relación de la autoridad, funcionarios y comunidad, es que muchas veces creemos que Estado y Gobierno son lo mismo, en consecuencia que de manera práctica, el Estado es permanente y los Gobiernos son pasajeros, de acuerdo a los períodos que la constitución les señala.

Es un dilema, no dilucidado, actuar como si gobierno y estado fueran la misma cosa. En el Estado las leyes y la burocracia, propias de una república democrática, son permanentes en el tiempo, y solo cambian cuando todos quienes participan del proceso Ejecutivo y Legislativo obtienen acuerdos, quórum calificados, o mayoría, en leyes que no tienen requisitos especiales.

En los municipios la propia ciudadanía se confunde y presiona a sus autoridades, criticándoles, porque no hacen esto o aquello, olvidando que no basta la buena voluntad, ni siquiera contar con abundantes recursos, cuando hay leyes que se deben respetar.

En muchos municipios los Alcaldes y Concejales terminan enfrentando a la justicia, una mayoría de casos, en su afán de realizar obras y de responder a las demandas ciudadanas, pero olvidándose que ser gobierno no es lo mismo que ser estado.

Obviamente en un período de cuatro años, los Alcaldes, en un casi 80 % de municipios altamente endeudados, dedican una parte importante de su gestión a administrar pasivos y a emprender pequeños proyectos que son los únicos que sus escasos recursos les permiten.

La palabra que debe primar en un municipio es “gestión”, que no es otra cosa que la capacidad que tienen las personas y sus equipos, para hacer que las cosas ocurran de la manera más positiva que sea posible.

Creatividad, innovación en toda la línea, producen efectos notables. Sumar fuerzas en con todos los departamentos, funcionarios y obviamente la comunidad. Crear verdaderas unidades de negocio que generen propuestas en áreas como la cultura, el turismo, la educación, la dirección de obras y otras son buenas ideas.

Generar de alguna manera un municipio amable, que atraiga inversiones a la comuna para crecer en puestos de trabajo. Municipios que entiendan el valor de marca que puede representar una comuna.

Un ejemplo claro de gestión y de crecimiento del valor de marca, es Salamanca, impactó al país con el proyecto de Wi Fi. Más gestión que dinero, hay tras esa iniciativa que además valoró, mucho más, la marca “Salamanca”.

No es bueno ver esas comunas que viven en constantes luchas internas, ya sea por una hegemonía política o liderazgos con pies de barro.

Hay que hacer gestión, formar equipos de trabajos sólidos y productivos, donde las ideologías particulares, sean un complemento y no, necesariamente, un factor disociador o descalificador de las personas.

El subdesarrollo está, como se lo escuchado al edil Jorge Ordenes de Andacollo, muchas veces, en la mente lo demás pueden ser solo excusas.

2.9.06

Lo político y lo técnico


Los Municipios de muchas regiones del país han estado en la primera línea del periodismo y en las conversaciones o críticas de la ciudadanía.

Lo ocurrido con el fallido puente sobre el canal de Chacao, el cierre, también fallido, del barrio El Golf, la educación municipalizada y una mayoría que pide que vuelva al ministerio de Educación, el corte de luz por falta de pago en algunas ciudades, incluida la nuestra, indica que tenemos problemas.

Las opiniones están divididas en que hay mala gestión, un exceso de politización en los municipios, o un divorcio absoluto entre los funcionarios de planta, equipos técnicos que llevan muchos años en esas tareas, con los asesores o equipos de gestión que cada Alcalde trae consigo cuando son electos.

Lo que he señalado es un problema que afecta a la mayoría de las municipalidades. Creo tener alguna autoridad para analizar el tema ya que desde hace un par de años, invitado primero por el Alcalde de Andacollo, me he dedicado a ser “facilitador” de diferentes municipios del país en su orientación a una gestión de calidad, centrada en las personas y la ciudadanía.

Así, en muchas municipalidades, se han logrado unir los propósitos, distanciados por diferencias políticas o desavenencias funcionarias, facilitando la creación de equipos de trabajo que miran el servicio y el bien común como un propósito general.

Fue el directorio nacional de Asemuch, el que nos invitó a abordar esta tarea de manera más amplia. A poco andar se sumó la voluntad de muchos Alcaldes y concejales que se dieron cuenta como el consenso y los propósitos bien estructurados, son más constructivos para el desarrollo de la ciudadanía, que la disensión y el constante enfrentamiento.

En un municipio moderno deben coexistir dos líneas; una de conducción y la otra de ejecución, claras y definidas. Por una parte la conducción política que la genera el Alcalde y la completa, y fiscaliza, el Concejo Municipal. Por otro lado la línea técnica, que debe ejecutar las directivas que emanan de la autoridad superior, entendiéndose que ellas se ajustan a las disposiciones legales vigentes.

Quien genera la conducción política es el Alcalde elegido por la voluntad popular. El tiene el derecho legítimo que emana del sistema democrático para llevar adelante un programa de trabajo, que junto con su elección, fue asumido como parte de una gestión. Entretanto, quienes deben ejecutar, técnicamente, las tareas en los diferentes departamentos y áreas deben tener una actuación profesional, no permitiendo que sus visiones particulares alteren el trabajo que deben cumplir de acuerdos a las directivas que emanan del Edil y del Concejo Municipal.

Es también legítimo que los Alcaldes lleven a colaborar en su tarea, en cargos que no son de concurso público, a personas de su entera confianza. Ese equipo, el más cercano, sin embargo debe desarrollar una tarea muy importante de crear lazos de confianza con los más antiguos, los que llevan varios años y han trabajado con muchas administraciones. En esa zona y ante la falta de un enlace criterioso entre “los nuevos y los antiguos”, es n donde, con mayor frecuencia, se generan los problemas que son fundamentalmente de relaciones humanas.

Hoy los municipios son el centro gestor más importante de una sociedad, para ellos, como se lo hemos señalado en nuestros seminarios y talleres el problema no son: Los ricos, son los pobres; No son los sanos, son los enfermos; No son los que saben, son lo que no tienen acceso a la educación; No son los que tienen trabajo, son los que están cesantes; No son los que dominan la tecnología, son los que no tienen acceso a ella.

El Alcalde adquiere legitimidad en su gestión y en su derecho a proponer un programa porque, cada cuatro años, su trabajo es juzgado en las urnas. Merece contar con el apoyo de todo el equipo. Cuando no se puede pagar la luz a tiempo es porque los Municipios están financiando con recursos propios una parte importante de la educación y la salud, compromisos ineludibles. Porque deben mantener Escuelas, a veces, solo para dos o cuatro alumnos.

Al mirar el trabajo de los Ediles, de los Concejales hay mucho de Quijote, que embiste día a día molinos de problemas, mientras muchos creen que solo hacen fantasías. Y eso no es justo. (Continuará)

26.8.06

Cupasangres y vampiros


Hace mucho que epítetos, de la naturaleza de los que nos sirven de titular, habían causado tanto escozor en algunos sectores políticos como empresariales del país.

El autor intelectual de calificativos fue el presidente del Partido Socialista senador Camilo Escalona. La expresión salió como consecuencias del fallo del Tribunal Constitucional que declaró, en términos sencillos, que la definición de empresa, contenida en el código del trabajo no podía ser alterada como parte de la ley aprobada que regula la subcontratación, área donde indudablemente se han cometido y se siguen cometiendo importantes abusos en contra de los trabajadores.

Pero la ira de Escalona ha producido una distorsión en la opinión pública, ya que a ese fallo le atribuyó poco menos que una traición especialmente del senador de la décima región Andrés Allamand a los derechos laborales.

Aparte del lenguaje descalificador, según señalaron los detractores de Escalona, se resucitaba un estilo de relación verbal que recordaba la década de los 70, todo lo cual ha traído réplicas y contra replicas. Obviamente que el lenguaje descalificador en el que cae con mucha frecuencia la “clase política”, solo contribuye a su propio desprestigio.

Lo medular en esta polémica y que puede llamar a confusión, especialmente a quienes no siguen de cerca el devenir de la política, es que el procedimiento de acudir al tribunal constitucional cuando una ley es aprobada con alguna falla legal, es legítimo, forma parte del proceso democrático y no por ello merece epítetos y descalificaciones como las emitidas por el presidente del Partido Socialista.

En lo importante es que la ley de sub contratación fue aprobada. No iba incluido en el proyecto del gobierno cambiar la redefinición de empresa, fue algo que nació de una iniciativa de algunos diputados. Es legítimo entonces que acudiendo a los mecanismos que la Constitución de la República contempla, se hicieran y esgrimieran argumentos para impugnar esa parte de la ley, no la de subcontratación que no contiene ninguna observación y cumple el propósito del Gobierno anterior que la propuso, proteger al trabajador de los abusos que algunos empresarios cometen.

Resulta extraño, entonces, contemplar estas pataletas cuando se siguen los cánones que fija la democracia en esta naturaleza de controversias. Enrarece el ambiente y contribuye al desprestigio, ya muy avanzado de la política, escuchar, ver o leer a los “Honorables Senadores de la República” descalificándose con un lenguaje donde todos son rociados, incluidos los empresarios buenos y malos, de manera general.

Obviamente que los abusos existen y se espera que la ley de subcontratación pueda poner coto a costumbres que revelan una nula responsabilidad social de algunas empresas.

Conocemos directamente de casos en que se vulnera la ley 16.744, cuando solo se le hace contrato y se le enteran imposiciones a un trabajador porque sufre un accidente, si ello no ocurriera sencillamente el contrato laboral sería ignorado. En esto el propio trabajador, seguramente por necesidad y para recibir una mayor remuneración líquida, o por no quedarse de brazos cruzados, acepta las condiciones.

El senador Escalona tiene razón cuando justifica sus dichos en la lucha por defender los derechos laborales, pero ello no se puede hacer sustentando una ilegalidad y atacando a otro senador que solo cumple su tarea de señalarla ante un organismo contemplado por la ley.

No olvidemos que el fallo del T.C. también fue apoyado por parlamentarios de la Concertación.

En cuanto al término chupasangres y vampiros, no olvidemos que en Cuba un profesor, con suerte gana 30 dólares al mes, o un médico 70 dólares, o que un trabajador de la industria automotriz en China gana entre 1.5 y 1.8 dólares por hora, contra lo que gana un trabajador del mismo rubro en el mundo occidental, de 18 a 20 dólares por hora.

Chupasangres y vampiros, lamentablemente, hay en todas partes y bajo todos los signos políticos.

19.8.06

¡Partieron!

¡Partieron!

No hay nada más entretenido en la hípica, sobre todo cuando se concurre ocasionalmente, como observar a los caballos cuando se conducen a los “cajones de partida”, perdónenme lo expertos sin no se les denomina así.

Unos están por entrar al sitio de la largada y se dan varias revueltas, se encabritan, tratan de devolverse en medio de la preocupación de jinetes, asistentes y preparadores. Otros más dóciles, cancheros diría yo, se colocan frente a la pista de inmediato sin hacerse de rogar y solo esperan que se abran las puertas para salir al galope de inmediato.

Cuando falta bastante para cumplir el primer año de la actual administración presidencial, en las pistas políticas, y con ello no quiero menospreciar a los nobles equinos, está ocurriendo algo similar al inicio de una prueba hípica.

Algunos candidatos se dan vueltas y volteretas varias, mientras sus preparadores les instan a meterse en el cajón de partida a una carrera en la que aún le faltan más de tres años para que sea largada. Pero como los jinetes están preocupados que el tiempo se haga corto, llaman a “prepararse”.

Coincido con el Presidente del partido socialista el senador Camilo Escalona que lo mejor sería que los tapados, los que ya están corcoveando a la entrada de los cajones asuman, de cara al país, que participaran en la carrera o de lo contrario que salgan de la pista y dejen gobernar.

El mensaje del senador Escalona iba dirigido a los postulantes del oficialismo. Pónganse en el lugar de largada pero dejen que el espectáculo prosiga.

En la oposición no lo hacen mal, Piñera, el eterno Lavín y ahora aparece Allamand, cada cual con su respectivo preparador y gente dispuesta a apostar por su nominación.

En definitiva tenemos un país, al cual los mismos políticos le pusieron la camisa de fuerza de cuatro años de gestión. Ahora, a seis meses del gobierno de Michelle Bachelet, ya le quieren poner como tema prioritario la próxima elección.

Los políticos en lugar de preocuparse de los problemas importantes del país, ocupan su tiempo en discutir y polemizar sobre lo que debe ocurrir en tres años y medio más.

La propia presidenta interviene en la discusión proponiendo un período de cinco años, propuesta que estudia para más adelante, y que, de concretarse, tendría efecto al período siguiente a su actual gobierno.

Declaraciones más o menos, traerán consigo mayores opiniones de los honorables y de las directivas en tanto, ¿quien se ocupa de los problemas reales de la gente?, o cree alguien que nos interesa, en este momento, quien presidirá Chile en el próximo período o si será de cuatro, cinco o seis años.

La falta de sintonía que exhibe la clase política con la sociedad es asombrosa, en términos que los temas en debate no tienen ningún significado para la gente sufrida de la VIII región que busca recuperarse de las últimas inundaciones, o de la desilusión de los habitantes de Chiloé, aunque declaramos, una vez más, que el gobierno procedió correctamente al no desarrollar una obra que costaba al erario nacional casi 1.000 millones de dólares. Tampoco la discusión de las elecciones presidenciales tienen importancia para quienes debaten sobre la educación, la calidad de las viviendas, la falta de trabajo o el aumento del gasto público.

Pareciera ser que este país, en lo político, solo le interesara la reforma electoral, que algún momento esperamos se produzca, o los candidatos a reemplazar a una Presidenta que solo lleva seis meses de gobierno y, a la que a veces juzgamos como si estuviera terminando su período legal.

Entonces saquemos los pingos del cajón y digámosles a los apostadores que la carrera está suspendida, porque el público está en otra.

La gente quiere ver a un país trabajando y concentrado en progresar. Quiere que la agenda ciudadana, las promesas de campaña, se cumplan. Que oficialismo y oposición asuman sus roles con sentido constructivo, por respeto al país y a los mismos electores a los cuales, no lo olviden, solo convocaran en tres años y medio más.



12.8.06

Mentiras verdaderas

La política necesita, urgentemente, un código que regule esta actividad.
Necesita una profunda revisión de la forma en que se generan los cargos de elección popular, desde la reforma electoral, hasta las obligaciones que los parlamentarios tienen con sus electores, sus mandatarios, quienes a poco andar son dejados de lado, para que las cúpulas partidistas ejerzan férreamente su autoridad.

De cuando en cuando hay parlamentarios, que algunos llaman díscolos, que se revelan contra la partidocracia tan común en nuestros usos políticos.

No solo hay que reformar la constitución para mejorar el sistema electoral, también como parte de esas modificaciones deberían contemplarse nuevos usos en la política y un código de ética clara y definida donde el elector no sea engañado con la impunidad que hoy ocurre.

Lo ocurrido con el puente sobre el canal de Chacao, que algún momento se le denominó, pomposamente, “Puente Bicentenario”, nos deja una clara lección de los códigos de conducta ética de la clase política, de todos los sectores.

No se puede prometer, con fines electorales, lo que no se está seguro de cumplir en la seguridad que las explicaciones permitirán cubrir el engaño.

La decisión adoptada por el gobierno es la correcta, no se pueden gastar 900 millones de dólares en un puente. El Ministro Eduardo Bitrán debió soportar estoicamente toda clase de descalificaciones, incluyendo a parlamentarios del propio conglomerado de gobierno, para señalar argumentos técnicos que no siempre los políticos, salvo las excepciones que confirman la regla, están llanos a emplear.

Nadie ha desmentido que en la última campaña presidencial y parlamentaria, salientes y entrantes, hablaron del puente como una realidad. Se mostraron maquetas y argumentos contundentes para reafirmar la importancia de la obra y como esta contribuiría a mejorar las condiciones de la isla grande de Chiloé.

Hoy una profunda amnesia parece apropiarse de la mente de quienes tanto prometieron. Los aspectos técnicos, la evaluación del proyecto en si mismo son irrebatibles dejando en claro la demagogia de propuestas que eran, por el momento, irrealizables.

¿Quien controla a los lenguaraces que tras de un voto le mienten al elector con absoluta impunidad?

Los chilenos, tradicionalmente, tenemos mala memoria especialmente en política. No hay castigo para el que miente y engaña al electorado, solo el uso conciente y racional del voto medianamente podría ser útil.

El sistema político está construido en este país de tal manera que resulta casi imposible castigar al mentiroso, solo lo hacemos frente a un encuesta, donde la política y sus actores reciben las peores calificaciones, sin embargo, estamos metidos a la fuerza en el sistema.

Somos obligados a votar y si no lo hacemos debemos pagar subidas multas. No votamos por quien queremos, votamos por quienes los partidos políticos, que representan a menos del 7 % de la ciudadanía, en cuanto a militantes inscritos, nos ofrecen en sus respectivas listas.

No tenemos la oportunidad de negarnos a participar de una elección donde las opciones son personajes que no nos representan.

En definitiva, la lección de Chiloé es una más de tantas que no sirven para aprender, solo para confirmar que en nombre de la política se pueden defraudar fondos públicos con fines electorales, como lo demuestran los juicios que se han seguido o están vigentes en varias regiones de nuestro país, o sencillamente prometer obras irrealizables como el “Puente bicentenario”.

Bien le haría al país repensar en una actividad política seria y consecuente, donde los valores éticos de esta actividad quedaran claramente exaltados ante la sociedad, única manera de recuperar la credibilidad, la confianza y la fe en una democracia donde ninguna corriente de pensamiento quede excluida.

5.8.06

El puente bicentenario


El primer anuncio de la construcción de un puente que une a la Isla Grande de Chiloé con el continente, nace durante el gobierno del presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle.

Pareció siempre una buena idea. Solucionar el aislamiento tradicional de la isla, fue acogido con entusiasmo por la mayoría de los chilotes ante la posibilidad de contar con una vía rápida y expedita, sin tener que subirse a los transbordadores que hoy cumplen esa tarea de “conectividad”, palabra que hoy los políticos han convertido en su favorita para abordar el tema.

La iniciativa del Gobierno de Frei fue refrendada por el presidente Ricardo Lagos y ya, en ese momento, se comenzó a hablar del puente del bicentenario una obra monumental, talvez, una de las obras públicas más trascendentales, por su magnitud, grado de dificultad e inversión, sobre 600 millones de dólares en las cifras preliminares, de la historia del país.

El puente, implementado sobre la base de una concesión, fue estudiado y proyectado durante la administración Lagos y esgrimido como una realidad de absoluta factibilidad, incluso también fue tema de campaña de la actual mandataria Michelle Bachelet.

La cruda realidad asomó hace menos de diez días cuando, concluidos los estudios, la empresa concesionaria llega a la conclusión que el proyecto costará 300 millones de dólares adicionales, y que no resulta factible para el consorcio internacional de empresas vinculadas al proyecto asumir la tarea.

En una rápida reacción el Ministro Eduardo Bitrán descartó de plano, en esas condiciones, que la obra pudiera ser asumida por el gobierno dado su alto costo, sobre 900 millones de dólares.

Las críticas llovieron sobre el secretario de estado, sin embargo, en lo personal, creo que su actitud fue la correcta. El pronunciamiento fue rápido, oportuno, y basado en una variable técnica, no política, en un ministerio que debe ser siempre conducido de esa manera, técnicamente.

Quienes deben asumir la crítica política son aquellos que crearon expectativas en la comunidad chilota, probablemente con fines electorales. El ministro ha dado una prueba de coraje y transparencia, al enfocar la situación, de lo contrario haría más dolorosa una frustración latente en una importante comunidad regional de nuestro país.

El ministro ha ofrecido una respuesta y una opinión basada en parámetros absolutamente objetivos de allí que, las críticas que se le han hecho a su gestión, incluyendo a parlamentarios y alcaldes de la propia concertación, parecen absolutamente injustas.

La respuesta ahora queda en manos del gobierno ya que, independiente de la evaluación del proyecto, que arroja una rentabilidad negativa, debe evaluarse desde el punto de vista de la rentabilidad social y esa es una decisión netamente política.

Lo que ocurre es que la sociedad Chilota y todos los que somos regionalistas vemos como se engaña, con impunidad electoral absoluta, a las regiones. Lo que se tenía que haber planteado en la campaña presidencial es que se efectuarían los estudios del proyecto y que, terminados aquellos, solo en ese momento se tomaría la decisión de construir o no el llamado “puente bicentenario”.

Las regiones observan como se invierten grandes cantidades de recursos del estado en la región metropolitana, electoralmente potente en cantidad de votos, postergando aspiraciones de los Chilenos que hemos elegido la alternativa de vivir y poblar un país largo y angosto como el nuestro.

Prometer y sembrar expectativas sobre bases no finiquitadas es, éticamente, incluso en política, censurable.

El ministro de Obras Públicas habló con la verdad, lo que no lo hicieron son quienes formularon las promesas.

29.7.06

El valor de las encuestas


Una nueva encuesta dada a conocer la semana pasada pone en discusión, cuál es el valor que ellas tienen y de que manera, aunque provienen, los resultados, de la opinión pública, influyen en esa misma opinión pública creando algunas percepciones duras, vale decir que, pese a las circunstancias se mantienen en el tiempo.

Se dice que las encuestas son fotos del momento apreciación más que razonable, curiosamente sin embargo, estas fotos van quedando grabadas en la conciencia de las personas y tenuemente forman un tejido de opinión social que va sustentando ideas más fijas y permanentes.

El flash de esta foto probablemente sea influenciado, en su luminosidad, por situaciones pasajeras de alto impacto como fue la huelga estudiantil, sin embargo, atribuirle a un solo hecho los resultados que muestra puede ser un gran equívoco a la hora de evaluar lo que viene.

Los gobiernos siempre afirman, cuando las cosas no se les marcan bien en este tipo de mediciones, que no gobiernan guiándose por las encuestas, lo que parece lógico, pero igual las estudian, analizan y revisan el comportamiento general para determinar que hay que mejorar.

Pero si observamos, objetivamente, los resultados de la última medición CEP veremos que la agenda política no siempre interpreta correctamente a la opinión pública.

En la pregunta ¿Cuáles son los tres problemas a los que debería dedicar mayor esfuerzo en solucionar el gobierno? Las tres principales preocupaciones ciudadanas captadas entre junio y julio son, en el mismo orden: Seguridad ciudadana, que aumenta en cuanto a interés sobre lo medido el año anterior en octubre y diciembre; Salud, que mantiene igual interés que en 2005; Educación, que aumenta en relación a la medición del año pasado, por razones más que obvias.

Aunque claramente la delincuencia, este año, ha tomado mayor prioridad, debe recordarse que la clase política le restaba importancia, al señalar que las cifras estaban descendiendo y, especialmente, cuando se aprobaron leyes en extremo protectoras de las garantías individuales, que fueron muy bien aprovechadas por los delincuentes, sus defensores con la complicidad, no voluntaria, de fiscales y jueces demasiados permisivos, creando la famosa puerta giratoria, termino acuñado por la oposición y que hoy es un concepto ampliamente aceptado por todos los sectores.

Muchas veces la foto que le sacan a la ciudadanía en esta postal de la opinión pública, contrasta que la de aquellos políticos que ocupan parte importante de su tiempo debatiendo sobre reformas políticas, como el sistema bi nominal o derechos humanos, que para los chilenos ocupan, en ambos casos, 3 %. No decimos que no sean temas importantes, pero tienen una prioridad diferente a la delincuencia, salud y educación.

Que la figura del Presidente Ricardo Lagos tenga una valorización de 71 % comparado con el 46 % de la actual mandataria no permite hacer ninguna comparación válida. Distinto es medir lo que un ex gobernante representa como un recuerdo, que estar enfrentado al conflicto del día a día. De manera especial se debe señalar que los problemas de alto impacto como la educación y la vivienda son heredados de la administración Lagos. La movilización estudiantil se produce, a dos meses de gobierno de Michelle Bachelet, sobre situaciones que se arrastran de muchos años. Las culpas presentes se radican en manejar muy mal el conflicto.

Las calificaciones como “sensación térmica”, para referirse a la seguridad ciudadana, son castigadas por una opinión pública que pone el tema en el primer lugar de sus preocupaciones.

Las encuestas, como en este caso, no solo han mostrado las carencias del gobierno, también de una oposición falta de ideas constructivas, de caminos alternativos que demuestren la posibilidad de ser gobierno en el futuro.

Finalmente toda la clase política debería entender las prioridades ciudadanas e interpretarlas correctamente.

22.7.06

No por mucho madrugar amanece más temprano.


La peor oposición al gobierno de la concertación, es la propia concertación.
Parece que los políticos han perdido el foco hacia el cual tienen que apuntar sus acciones y críticas.

Ni el oficialismo, ni la oposición, muestran algún grado de consenso interno que envíe, a los ciudadanos de a pie, una señal que se están preocupando de los problemas reales que le gente siente como propios.

Una parte significativa del desorden que pareciera existir nace, a mi juicio, de las urgencias y premuras que el propio gobierno se fijó al señalar las primeras tareas. Cien días y 36 medidas crearon expectativas, en la opinión pública, superiores al cumplimiento de las mismas. Para unos se cumplió la promesa para otros no.

El sentido de urgencia marcado por la propia gobernante, con la mejores intenciones, ante un gobierno de cuatro años a impuesto una presión sobre ministros, subsecretarios, Intendentes, directores de servicios, y los propios partidos de la concertación que les obliga a auto imponerse obligaciones y responsabilidades que siempre requieren más tiempo y en mucho casos largas negociaciones.

Al no poder alcanzar con agilidad las metas de corto plazo, auto impuestas, nacen las críticas, desconfianzas, e insatisfacciones que hoy tienen enfrentados, en una suerte de guerra fría, al Partido Socialista y a la Democracia Cristiana.

En una entrevista al diario de gobierno “La Nación”, el senador Jorge Pizarro señala, al referirse a los dichos del Senador Camilo Escalona presidente del PS relativos a la salida del gabinete de Andrés Zaldívar “.el juicio político que emitió el presidente del PS es inaceptable, porque él mejor que nadie sabe que los errores son compartidos, que las descoordinaciones existen, que las indefiniciones en los papeles de cada cual también existen, que hubo poco espacio para el desarrollo de una jefatura de gabinete por parte de Andrés en términos más activos y más amplios, y también hemos tenido problemas de definición de contenidos y mucha indisciplina a nivel de los partidos y de los parlamentarios. Hacer como los cojos, echándole la culpa al empedrado, a mí no me parece”

El tema no es menor porque se cree que más ministros debieron ser reemplazados.

El gobierno juró en marzo, pero su propia base política le está exigiendo más de lo que normalmente otros han hecho en el mismo período. ¿No será mucho el apuro?, o ya la clases política están perfilándose para la próxima competencia electoral.

En nuestra Región también la pugna entre el socialismo y la DC, aplica presión y críticas a la gestión del Intendente Cifuentes, sin reconocer que ha manejado bien la estrategia regional de desarrollo, especialmente cuando la unanimidad del Core, aprueba los proyectos y planes de inversión. No hay polémicas tras un estudio serio y un accionar maduro de los integrantes del Gobierno Regional y del propio Intendente Cifuentes. Sin embargo igual recibe ataques desde la propia concertación.

Esta suerte de carrera corta, entre un gobierno de cuatro años y uno de seis, está siendo injusta para la presidencia de Michelle Bachelet. Son demasiados apuros y exigencias que no dejan visualizar con oportunidad cuales son las prioridades.

El gobierno ha debido heredar errores de la anterior administración, enmendarlos y fijar plazos prudentes para hacer las correcciones, como el transantiago, los programas de viviendas, Obras Públicas, la crisis educacional.

Esta revisión y las consecuencias del paro estudiantil, más las inundaciones de este último mes en el sur, aplican una presión mayor que, da la sensación, unidas a las críticas del propio oficialismo, que el país no marcha a la velocidad correcta.

En la oposición las cosas no están mejor. Aún no se pone a la altura de las circunstancias. Lavín con sus declaraciones más apuntadas a lo real, de alguna manera se desmarca de su propio partido. La posibilidad de un tercer referente sigue siendo una alternativa válida si se quiere cumplir un rol político serio y de propuestas, y no limitarse a la crítica liviana que abunda en boca de la alianza.

En definitiva se aplicó el acelerador a fondo, pero el motor no estaba preparado para responder, y en los “pits” de la política, mecánicos y preparadores se desesperan.