28.10.07

Con gusto a poco


Hace una semana Cidere convocó a un grupo importante de empresarios a escuchar una exposición del Ministro de Hacienda Andrés Velasco, una de tantas iniciativas que esta organización ha tenido en los últimos años, valiosa en el contexto del debate de temas contingentes que tienen que ver con la región y el país.

La exposición del ministro sobre el presupuesto 2008, en debate en el Congreso, fue eficiente, clara, y con el conocimiento y manejo de las cifras que siempre se le ha reconocido. Es un ministro que a encarado su gestión con firmeza y, queda la impresión, con un respaldo irrestricto de la Presidenta Bachelet.

En la ronda de preguntas, muy poco tiempo para una visita tan importante, quedaron algunas afirmaciones ministeriales que no se tocaron o, por lo menos, no se repreguntaron por falta de tiempo, especialmente cuando Andrés Velasco afirmó “me dicen que ya he hablado mucho, así que muchas gracias por escucharme, buenas tardes”. Como no escuché quien le había dicho tal cosa, yo me encontraba a no más de dos metros desde donde hablaba, permítanme expresar, quedó gusto a poco.

Hay algunas afirmaciones ministeriales que ameritaban más preguntas. Dijo que para el 2020 seríamos un país con un desarrollo similar a Portugal. A mi juicio no es una buena comparación, primero porque faltan 12 años para que ello ocurra. Muchas veces la gente no sabe que Portugal era una de las naciones europeas con el PIB más bajo de los firmantes originales del tratado que dio origen a la UE. Creo que a todos nos hubiera gustado una oferta futura que nos comparara, por ejemplo, con España, país donde las facilidades para emprender, para implementar tecnología propia, son notables.

Aquí en Chile los científicos deben salir a protestar por el bajo presupuesto para la investigación, la ciencia y la tecnología. Seguimos produciendo, mayoritariamente, materias primas, sin agregar valor a las mismas.

En materia económica, por lo menos en la mesa en que me encontraba, queríamos que el ministro nos hablara de la inflación, este año puede llegar a superar el 5%. ¿Cómo viene la mano para el próximo año?.

Se habló de la inversión en regiones, el ministro aseveró que en regiones se invertía más dinero que en la capital. Habría sido bueno saber su opinión del dinero malgastado en el Transantiago. El 2007 se ha gastado en ese sistema de transporte de la región metropolitana más dinero que toda la inversión comprometida por el gobierno para mejorar la educación – Jorge Schaulsohn, diario La Tercera, 28 de Octubre.

El ejecutivo aparece muy vulnerable ante diferentes grupos de presión, muchos evidentemente minoritarios, pero que impresionan a parlamentarios y ministros y obtienen ventajas que aumentan el gasto fiscal.

A mi juicio es correcto preocuparse por la protección social, sin embargo, en algún momento del tiempo el financiamiento obligará a nuevos impuestos. Si la economía no crece a valores superiores a un 6% ese será el único camino.

En definitiva habría sido interesante que el ministro nos dijera la concordancia entre un desarrollo social, justo y positivo, con una inflación alta, un dólar bajo, un Iva alto que castiga a todos los chilenos, especialmente a los de menos recursos, poca inversión en investigación y desarrollo de tecnología. Queda una sensación que lo que se da por un lado se quita con creces por el otro.

Habría sido interesante, como contrapunto de algo que los gobiernos de la Concertación han hecho de manera muy positiva, los tratados de libre comercio con las más grandes economías del mundo, explicara como puede Pro Chile contar en China, en su oficina comercial, con un presupuesto anual de 39.765 dólares, de los cuales 26.065 se gastan en remuneraciones - revista Capital edición de octubre-. Es una suma irrisoria si queremos promover el comercio de nuestro país con este socio que, teniendo una administración marxista, ha desarrollado una economía capitalista que le ha permitido en los últimos 25 años crecer a un 10 % anual.Gusto a poco

27.10.07

Tiempo de encuestas.


Debo confesar que nunca he sido partidario de gobiernos presidenciales de cuatro años. Lo ocurrido con el actual mandato parece darme la razón.

Los gobiernos tan breves distorsionan la política, para quienes participan directamente de ella, así como nos distraen de las preocupaciones fundamentales del país real, aquel del ciudadano común que tiene que vivir el día a día, contar con un trabajo seguro y dinero para llegar al final de cada mes.

A poco más de seis meses del gobierno de la Presidenta Bachelet y ya los partidos políticos, directa o indirectamente, comenzaron a pensar en una nueva presidencia.

Las encuestas contribuyeron a generar expectativas en uno y otro bando con la cual la agenda de tareas del oficialismo se ha visto dificultada, más que nada, desde un punto de vista comunicacional.

Otros factores como el escándalo de Chile Deportes, los fondos del PGE utilizados, en algunos casos con fines electorales, y la cantidad de millones de dólares que se inyectado al Transantiago y a EFE, generado nuevas encuestas de percepción ciudadana. El gobierno teniendo varios éxitos en el área social y en la inversión pública, no logra que esos esfuerzos sean reconocidos y valorados por la ciudadanía.

A la fecha el oficialismo tiene en la cancha, aunque no se quiera reconocer, cinco candidatos “virtuales”, en tanto que la oposición levanta mínimo tres. Aunque niegan estar en campaña la maquinaria interna está caminando, Lagos, Insulza, Trivelli y Soledad Alvear. La alianza, en medio todas su peleas, políticamente fratricidas, cuenta con Piñera, Lavín, que solapadamente se instala con su esquema “bacheletista – aliancista” y Longueira quien juega todavía a las escondidas con sus pretensiones políticas.

Las encuestas suben y bajan candidatos y en la conversación del ciudadano común la futura presidencia, los candidatos a Concejales y Alcaldes y las posibilidades parlamentarias son parte del tema diario.

En el gobierno el asunto preocupa. Los asesores oficialistas se inquietan cuando las encuestas hablan de falta de liderazgo presidencial. En lo personal pienso que no es comparable el estilo de liderazgo masculino con el que muestra una mujer. Son estilos diferentes a los cuales no estamos acostumbrados, en el machismo genético que solo permitió el derecho a voto femenino en la década del cincuenta

En los últimos días la Presidenta Bachelet se enojó cuando fue interrumpida en una actividad pública, habló de ella en tercera persona, a mi juicio un craso error, dejó de ser ella misma, perdió el encanto y el estilo que le permitió ser elegida, fue por minutos una fotocopia del ex presidente Lagos.

Aunque lo nieguen, la clase política reacciona a las encuestas de opinión y olvida su hoja de ruta, al incluir o cambiar su actitud frente a la presión de eventuales minoría que tienen la capacidad de gritar más fuerte y encontrar, en los medios de comunicación, un eco a sus demandas.

El diario “El Mercurio”, en su edición de ayer, publica los resultados de una encuesta reservada realizada por la empresa Subjetiva, entregada a Soledad Alvear en los primeros días de septiembre, donde su eventual candidatura no queda bien parada, al igual que la DC. No cabe duda que esa información fue filtrada desde la propia falange.

En la medición que citamos, se confirma que Soledad Alvear es la figura que mejor puede competir con Piñera, en una eventual confrontación por la primera magistratura, pero igual pierde, aunque por menor margen, que si el candidato fuera Lagos.

Ante una pregunta de respuesta espontánea sobre quien quiere que sea el próximo presidente de la República, Piñera es mencionado con un 29,9 % y Alvear con tan solo un 13,9%.

En el ítem “imagen de partidos políticos”, ante la frase “es un partido honesto”, la DC ocupa el penúltimo lugar superando solo al PRSD.

Las encuestas son fotos del momento y probablemente a la DC le ha hecho mucho daño, en su imagen ante el electorado, los escándalos de mala gestión en EFE, donde los principales ejecutivos han salido de su militancia.

Piñera aparece en una muy buena posición, pero Lavín y Longueira ya encontraran la manera de bajarlo de ese pedestal, como dignos discípulos de Richelieu.

20.10.07

Palabras, palabras, palabras…


Era el estribillo de una canción que fue muy popular hace varios años en la música popular de nuestro país. Hago una reflexión sobre el particular dado que la política criolla parece estar plena de frases para el bronce, en tanto, cada cual busca nuevas y curiosas definiciones para el momento que vive el país.

Allamand lanza su libro sobre el desalojo de la concertación, el oficialismo se siente ofendido. El senador por la décima región describe una serie de escándalos y malgasto de los recursos públicos, para justificar una palabra que sacó roncha en la fina epidermis de la clase política gobernante. La palabra “desalojo” sonaba fuerte, dura, amenazante.

No de palabras vive el hombre pero gusta de analizarlas, buscar sus alcances objetivos o subjetivos y, nosotros, los periodistas entrenados para leer entre líneas, buscamos significados ocultos detrás de cada una de ellas.

Soy bacheletista aliancista, dijo Joaquín Lavín, palabras, solo palabras que bastaron para encender la polémica. La semana pasada comenzó a circular, no podía faltar, un chiste relativo a los dichos del ex candidato presidencial de la UDI. Si usted habla mal del transantiago, pero le gusta andar en micro, entonces es “bacheletista aliancista”.

En definitiva la clase política se nutre de la polémica y busca las palabras que la hagan detonar, sin embargo, después de ella no queda nada. Consecuencias de toda naturaleza se elucubran. Lavín será nuevamente candidato presidencial afirman algunos, incluyendo al presidente de la Udi, senador Hernán Larraín, que veía como sus dos cartas más importantes, el senador Longueira y el ex alcalde de Santiago se negaban absolutamente a prestar sus nombres como candidatos.

Todo lo que uno ve en el presente ha ocurrido antes. El uso de las palabras por parte de la clase política no tiene un significado mayor que referirse a un momento breve. Nada es definitivo, todo muta, transformándose permanentemente.

Se pueden recordar las palabras que se le atribuyeron en su momento, fines de la década del 60, a don Jorge Alessandri Rodríguez, cuando le ofrecieron postular a la presidencia por segunda vez. Don Jorge le habría dicho a sus más cercanos, “no puedo, no debo ni quiero”. Finalmente “el paleta” fue a la pelea y perdió de manera muy estrecha ante Salvador Allende.

De esa época quedan otras frases, conjunción de palabras que en esos años tenían un claro significado en términos de responsabilidad al gobernar. Seguramente recuerdan aquello de “Usted le entregaría una locomotora a un niño”. Como publicidad resultaba impactante. El ferrocarril era en esos años la columna vertebral del transporte de carga y pasajeros. Antiguo en cuanto a su material pero bastante eficiente en su operación. Hoy si esas palabras fueran utilizadas como slogan de publicidad causaría risa. Queda claro que la respuesta a la pregunta fue afirmativa. A juzgar por todo lo que ha pasado con EFE - Empresa de Ferrocarriles del Estado – sí le entregaron la locomotora a un niño, con el perdón de los niños por supuesto.

En el mundo tan intercomunicado como el que vivimos, las palabras pueden ser traicioneras o conducir a múltiples interpretaciones, donde cada cual le asigna la que más le conviene.

Entiendo a Lavín, claramente, cuando se declara “bacheletista aliancista”. La interpretación es correcta porque quiere expresar, soy opositor, pero si puedo colaborar con el gobierno, para evitar que se cometan errores, lo hago.

Pero en la política subdesarrollada que practicamos, el oficialismo quiere trabajar solo, no pedir ayuda a la parte contraria, y los opositores esperan cualquier error para representarlo, como tantos que se han cometido, Mop-Gate, Efe, Chiledeportes, Copeva, puente Loncomilla, Transantiago, etc. Finalmente, quienes son los perjudicados en esta lucha por el poder constante, jugando a ganar puntos cuando el rival se equivoca, es la ciudadanía, porque todos estamos en el mismo bote.

Pero las palabras, finalmente, traicionan a las buenas intenciones.

13.10.07

Temporada de circos

Temporada de circos

A contar del mes de septiembre es tradicional en nuestro país que los circos, aprovechando el buen tiempo, inicien sus giras recorriendo hasta los últimos rincones de Chile. Hay de todo, circos grandes y pequeños, con malabaristas, mujeres barbudas, trapecistas, tragafuegos, otros que engullen espadas y hasta algunos que salen disparados desde el interior de un cañón.

En el circo los más aplaudidos, causan risa e incontenibles aplausos, son los payasos. Cachetadas van y vienen acompañadas de aparatosas caídas al suelo, carreras y patadas, gestos burlescos y pintorescos diálogos.

¿A que vienen estas reflexiones preliminares? Si se me permite ellas se originan en un fenómeno que hoy tiene a la política sumida en una profunda autocrítica, de todos los sectores, en cuanto a su comportamiento frente a la ciudadanía.

La semana que termina nos trajo una función triple en la Cámara de Diputados. Circo de dos pistas, en una el oficialismo, en la otra la oposición. La seriedad de los parlamentarios fue cambiada por una falta de respeto increíble al país.

En cartelera se anunciaba una función especial para analizar el Gobierno de don Ricardo Lagos Escobar. Tres horas de divagaciones diversas, alegatos inconsistentes, retiro de escena de algunos actores, levantamiento de carteles, intento de agresiones, reverencias a la galería, y proclamaciones presidenciales "Se siente, se siente, Moreira Presidente", de algunos de los payasos de este gran circo de la política, que cada cierto tiempo debuta en el Congreso Nacional.

La ciudadanía contribuye, con sus impuestos, a pagarles sueldo a quienes se autodenominan nuestros representantes para que pierdan el tiempo de una manera tan lamentable.

La moda de los carteles que levantan los “honorables”, se impuso hace algunos años cuando en el senado, el oficialismo, los mostró para repudiar la incorporación, como senador vitalicio, del ex – general Augusto Pinochet. En esa época la oposición criticó esa actitud. Esta semana fueron los opositores los que llevaron carteles, demostrando que “cuando yo lo hago es bueno, cuando tu lo haces es malo”.

La inconsecuencia es uno de los aspectos que han rebajado el dialogo político. Para ser oficialista hay que apoyar lo bueno y lo malo incondicionalmente, gran error. Para ser opositor hay que repudiar todo lo que haga quien gobierna, otro grave error.

Si Lavín demuestra su disposición a colaborar con el gobierno y dice que es Bacheletista – Aliancista, se le critica y se acusa al gobierno de querer dividir a la Alianza.

Cuesta entender a los políticos, que dicen una cosa y luego hacen otra diferente. Cuesta entender a un Senador que protesta contra su propio gobierno, y en una entrevista de televisión dice que no hay que obedecer algunas leyes, siendo, por mandato constitucional, legislador.

Temporada de circo, que hace que el 54% de los chilenos estemos por declararnos absolutamente independientes, con la libertad de no ser ovejas de algún rebaño en particular, sino que personas con derecho a criticar lo que no nos parece bien y aplaudir lo que nos beneficia como ciudadanos.

El Circo se ha instalados en algunas sesiones del congreso nacional, con pocas excepciones en cuanto a sus protagonistas, y en su interior, las payasadas, los golpes, y las volteretas, ya no llaman la atención.

Cuando llegue el momento de las elecciones, es de esperar, que se entienda que hay muchos electores que no apoyaran a quienes han perdido todo atisbo de seriedad en su accionar parlamentario, transformándose en profesionales de la política y dejando el concepto de “servidor público” como una mera justificación de intereses personales.

Si no tiene dinero para ir a un circo esta temporada, vaya a las galerias de la Cámara, la entrada es gratis y la función comienza cuando usted llega.

6.10.07

Uso correcto de los recursos (Actualizado)

Uso correcto de los recursos

El 30 de noviembre debe quedar despachada la ley de presupuesto de la nación con una notable expansión del gasto fiscal. Los recursos están, la voluntad de mantener un control sobre los mismos ha sido reiterada por la autoridad económica, solo queda esperar que las cosas se cumplan correctamente.

Cuando se habla de presupuestos expansivos, los gobiernos de la Concertación no siempre pueden exhibir, ante la ciudadanía, una conducta pulcra en el manejo de las inversiones del estado. Por alguna razón los buenos administradores del oficialismo han ido, paulatinamente, abandonando el buque insertándose en la actividad privada. Los relevos no siempre han reunido las competencias necesarias, en cuanto a conocimiento y a ética pública.

No se puede generalizar. En la raya para la suma el resultado del manejo macro económico ha sido extraordinariamente responsable, con el aliento de precios de intercambio favorables, y el extraordinario éxito en la apertura de tratados comerciales con las economías más desarrolladas del mundo. Nunca antes Chile había obtenido, en su historia, logros tan significativos en esta materia.

Pese a todo lo señalado siempre hay malas noticias. La manera de hacer política en el país, el chanchullo, el amiguismo, la componenda, el uso de resquicios legales, los cálculos políticos que valora o discrimina iniciativas sobre la base de cuantos votos puede representar una iniciativa determinada, constituye el factor desequilibrante al momento de emplear los recursos.

El oficialismo se ufana, muchas veces, del aumento del gasto en salud, en seguridad ciudadana, en infraestructura etc. Una ley económica básica es que el monto del gasto, o de la inversión no es lo fundamental, no constituye un único argumento, es tan solo una base. Lo que importa es como se invierten los recursos y que efecto producen.

El reciente paro médico ha demostrado que pese a todas las inversiones hay graves falencias en la salud. Que en importantes patologías del AUGE, un logro que duda cabe como programa, no se cumplen los plazos legales de atención.

En el caso de la implementación deficitaria de los tribunales de Familia la corte suprema ha tomado el toro por las astas y ha decretado medidas para que en el recursos de violencia intrafamiliar se actúe con `prontitud y esmero, sin embargo, siguen faltando jueces.

Hay leyes que en su concepción son buenas, pero al igual que el transantiago, los ferrocarriles, los puentes que se caen y otros, nos muestran dineros malgastados. La implementación de los proyectos no hace honor a un empleo eficiente.

Pero esta semana, en cuanto a uso de recursos públicos, trajo el procesamiento y sometimiento a arresto de la familia del ex presidente ya fallecido Augusto Pinochet y de sus más cercanos colaboradores. Se les acusa de presunto fraude al fisco por 21 millones de dólares. La justicia deberá decir su última palabra y a ello todos los chilenos debemos atenernos, sin embargo en la UDI, como partido político, tienen una duda que plantean en declaración pública el viernes "Se les ha sometido a proceso porque, supuestamente, habrían sustraído dineros de gastos reservados del erario nacional. Nos preguntamos: ¿Ha sido esta la doctrina de los tribunales cada vez que se han sustraído gastos reservados de los fondos del gobierno? No necesitamos recordar otros episodios para comprobar que no siempre se aplica esta doctrina por igual", consigna la declaración que lleva la firma del presidente del partido, Hernán Larraín.

Por otro lado a todos los chilenos nos preocupa, me imagino, que la empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), acumule pérdidas, declaración del Dr Patricio Rojas (DC), de mil millones de dólares, irrecuperables según el personero, presidente del sistema de administración de empresas públicas.

¿Cuál es la diferencia entre la presunción de fraude al fisco por 21 millones de dólares, y una perdida de la cual nadie responde, solo en EFE, por mil millones de dólares?

La justicia es ciega, pero en algunos casos parece estar tuerta.