18.2.11

Los errores políticos se pagan

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En estas dos semanas que falté a mi columna estuve recorriendo Europa. La política, especialmente en España está que arde, no menor a lo que ocurre en Chile. El PSOE, de España, sabe que perderá el gobierno pero no se rinde.

Lo que ocurre allá no es diferente a lo que nos pasa a nosotros. Lo que queda claro es que los errores en política no son gratis.

Desde el continente europeo nunca fue posible desconectarse de Chile, como siempre ha sido mi propósito y justificación para emprender un largo peregrinaje, por viejas catedrales donde fueron coronados Reyes y Emperadores, cruzar puentes romanos, que todavía sirven, con más de dos mil años sobre su arcos, y recorrer palacios donde en cada rincón acecha una intriga y desde cada ventana se podía ver a multitudes que reclamaban alimento y trabajo.

Durante una parte importante del viaje, la polémica por los dichos de la Intendenta de la VIII Región nos persiguió, en la medida que la noticia escalaba en polémicas. Eran las cruzadas de la política chilena que nuevamente marchaban tras la conquista de la tierra Santa de los partidos, La Moneda, símbolo del poder.

Con un océano de por medio, el frío del invierno y cruzando la nieve de la “sierra de Guadarrama”, se puede analizar la política con mayor serenidad. ¿Qué estaba en discusión, solo un problema de promesas, palabras más empleadas, y mucha picardía para favorecer electores?

Da la impresión que estamos frente a una lucha senatorial anticipada. El senador Navarro sabe que su reelección se encuentra fuertemente amenazada por la presencia de Jacqueline van Rysselberghe, por el mismo caso de la Intendenta, el senador Jovino Novoa atacó, fuertemente, esta semana al ministro del Interior (RN) Rodrigo Hinzpeter quien se perfila como una posible competencia para su circunscripción.

Llama la atención, en las declaraciones del Senador Novoa al vespertino “La Segunda”, la curiosa diferencia que establece ante una situación cuestionable y dudosa que ello se puede arreglar “políticamente”. Si hay algún tipo de dolo, dice, para ello está la Contraloría, avalando de esa manera lo que tanto se criticó a la Concertación cuando fue gobierno, falta de trasparencia y aprovechamiento de los recursos del Estado con fines políticos.

Este episodio ha sido desfavorable para el gobierno. Muestra una lucha soterrada al interior de los dos partidos oficialistas, UDI y RN, que nunca han tenido una buena convivencia, quedando claro que las agendas personales, las ambiciones por un cargo de representación ciudadana solo significan intereses singulares, no el bien público.

Atrapado entre las dos fuerzas políticas, el gobierno ha hipotecado un grado importante de independencia, de hacer lo que se debe hacer, sin tanta demora ni consulta. Si se estimó que la Intendenta actuó correctamente, pese a la opinión discrepante de la Ministra de la Vivienda Magdalena Matte, no se podía seguir alargando una decisión, confirmarle en el cargo, de lo contrario, si el análisis indicaba alguna incorrección, solicitarle la renuncia.

La demora en adoptar una posición solo acrecentó el problema, prolongó la polémica y generó rumores y suspicacias. Las razones, sin embargo, también son atendibles no condenar, o exculpar, sin estudiar previamente los antecedentes.

La acusación constitucional la mantendrán como una amenaza cierta. Así es el juego en política. Se practica de espaldas al país y teniendo como único norte liquidar al adversario a como dé lugar.

Una acusación constitucional no tiene asidero. Si se conoce la Constitución Política, los argumentos esgrimidos por Rossi, Navarro y Toha son absolutamente errados y revelan lo poco que manejan las leyes quienes son representantes ciudadanos en el parlamento.

La polémica, en lo que al gobierno corresponde, se cerró el miércoles cuando el Ministro del Interior declaró: “cuando se plantearon las denuncias que el país conoce nosotros optamos por el camino de la seriedad, por no apresurarnos a hacer defensas rápidas, ni tampoco efectuar condenas aceleradas”.

En definitiva, el daño que la Intendenta de la VIII Región ha causado al gobierno en su cándida inocencia, lo podremos apreciar en las futuras encuestas y esa es la cuenta de un grueso error político de una autoridad regional.

Los errores en política se pagan con votos, no con disculpas.