29.3.12

SER O NO SER MINISTRO



Esta semana que termina, renunció el Ministro de Energía, Rodrigo Álvarez. Fue con mucho escándalo, distinto a otra renuncia que fue tormentosa pero que en palabras de su protagonista, Belisario Velasco, terminó honrosamente y sin polémica, más allá de molestias partidarias de costumbre.

"Quiero aprovechar la oportunidad de agradecer a la Presidenta el cargo con que me honrara durante un año y medio, la verdad es que traté de hacerlo lo más eficiente posible, y de entregar mi experiencia y buen sentido en la causa que ella tan dignamente preside". La gracia de Belisario que se fue como un caballero, cosa que no ocurrió con el ex ministro Álvarez.

Velasco renuncia, nunca fue tema post renuncia, por su clara oposición a que se pusiera en marcha el Transantiago, que tanto dinero le ha costado al erario nacional y dolores de cabeza a los usuarios, pero se va sin la escandalera que ha desatado la del ex de energía.

Se habla de lucha de egos en el gabinete del Presidente Piñera. Se dicen muchas cosas, que no fue tratado con respeto, que lo enviaron al sacrificio etc. Mala cosa es ser Ministro en un esquema político, tanto de oficialismo como de oposición, que no puede arribar a puerto. Aysén, una vez más, mostró con sus justas demandas que el gobierno embiste hacia los problemas sin mirar consecuencias y sin estudiar soluciones.

Le ocurrió en Magallanes y repite nuevamente en la Patagonia.

Aún así, si todo se arregla como se sigue observando, logrará un acuerdo histórico y el fin de postergaciones de varias décadas, incluyendo los 20 de la Concertación, pero la actitud inicial, le quitará una parte importante del indudable efecto político que podría haber logrado.

El berrinche de Álvarez y las discrepancias al interior de la Udi, Coloma, calificó la renuncia de “apresurada y errada y falta de mirada de equipo”, muestran que las tormentas se causan en la bañera propia.

Los ministros cubren todos los errores de un gobierno. Los gobiernos no se equivocan, son los ministros quienes lo hacen, de acuerdo al particular sentido de interpretar la política chilena.

Justo o injusto, pero así son las cosas, esto sin llorar.

Un gobierno así casi no necesita oposición.

23.3.12

Un poco de cordura

Los movimientos sociales nacieron con un importante grado de espontaneidad. Ha sido una respuesta a la clase política que sigue moviéndose de acuerdo a códigos oportunistas, sin ver la realidad de un país que anuda profundas diferencias. La política va detrás de las marchas, pero nada aporta, salvo el oportunismo de siempre.


La sociedad se moviliza, ¿porqué lo hace?, solo por una razón, la democracia representativa, los políticos que gobiernan y los que se oponen a los que gobiernan no han cambiado. Hoy se suman a marchas y protestas, barricadas, cortes y apedreos y quemas de vehículos, si son de carabinero mejor, es época de caza, la temporada está abierta.
Los Alcaldes ahora descubren las necesidades de sus respectivas comunidades, pero no es porque se han sensibilizado, ellos solo ven votos, miran electores. ¡Qué patético! Cuando han dejado de liderar y corren detrás de los manifestantes, para sumarse a propuestas que nunca han conocido y menos compartido con los vecinos.
La actual Alcaldesa de Aysén (PS) cuando los habitantes de su comuna pidieron, exactamente, lo mismo, que con justicia reclaman, gobierno de Michel Bachelet, les descalificó y jamás adhirió a esas peticiones.
Los Alcaldes de las comunas mineras del norte, se paran con carteles y pancartas frente al palacio de la Moneda para pedir que parte del dinero que renta la minería se invierta en las comunas. En realidad. A lo mejor lo ignoran pero hasta 1973 una ley otorgaba recursos a las provincias nortinas en concordancia con su aporte basado en los recursos que se obtenían del cobre. El gobierno militar derogó esa ley y, durante los 20 años de la Concertación, nunca se repuso y no creo que los alcaldes de ese conglomerado fueran con pancartas a pararse en la Moneda a pedirle a alguno de sus cuatro presidentes lo mismo que ahora en época electoral solicitan con tanto entusiasmo. Ahora la administración Piñera anuncia el envío para abril del llamado FONDENOR (Según explicó el jefe de gabinete, Rodrigo Hinzpeter, la iniciativa consiste en la creación de un fondo de recursos que irá directamente a financiar el desarrollo y progreso de las comunas mineras. Los montos serán recaudados a través de un porcentaje de la tributación de las cupríferas.)
Las banderas de Aysén, de Punta Arenas, de Calama y otras tantas estuvieron ocultas durante 20 años, salvo la valiente comuna de Illapel, en la IV Región, donde su Alcalde Socialista embanderó con emblemas negros, en pleno Gobierno de la Concertación, la ciudad entera como protesta del abandono de su comuna..
En el tema de la Patagonia el gobierno ha perdido el norte, aunque del sur se trate, faltó inteligencia emocional para buscar soluciones. Mas se gasta al año en mantener el Transantiago, otro invento de dos gobiernos pasados, que en satisfacer las demandas de la XI región.
Se necesita un poco de cordura y algo de sentido común. Se necesita comprensión para entender que la paciencia tiene un límite. No cabe duda que en medio de tanto enfrentamiento, los que dos décadas nada hicieron en estas materias en debate, ahora baten palmas en el alegre desmadre del que no tiene la responsabilidad de gobernar.
A poco de cerrar este comentario, las cosas parecen marchar mejor en la Moneda. Los aiseninos debieron venir a Santiago, pero lo hicieron en buena hora y en buena onda. Esperemos que cuando usted lea estas líneas las cosas sigan por el bueno camino, lo importante es recobrar la confianza de los unos y de los otros.
En todos los temas importantes los políticos son más comparsa que actores principales y eso no es bueno en una democracia. Discuten por la ley de aborto terapéutico, el binominal, el alza de los impuestos, mientras que nos da la firme impresión que la ciudadanía está en otra. Hay que escuchar al pueblo gritan algunos y envían, como la figura más representativa, a la vicepresidenta de la Fech, quien habla de lo humano y lo divino, una suerte de icono devocional, que recorre con la hoz y el martillo, bendiciendo a las masas y entregando el nuevo mensaje del comunismo, ahora democrático.
Obviamente nuestro país eligió la democracia representativa, que se pone añeja cuando las mismas caras se repiten, debería ser además “renovativa”.
Es igual que los pañales de las guaguas, cada cierto tiempo hay que cambiarlos.

15.3.12

Quo Vadis Política Chilena

Esta ha sido una semana políticamente muy difícil para el gobierno. A las inundaciones en el norte y en el sur, las protestas de Aysén, y las vacilaciones de los negociadores oficiales, queda claro que la política ya no tiene respuestas ni protagonismo para los chilenos.

La guinda de la torta la colocó el jueves la dirigenta, de pasarela, del partido comunista Camila Vallejos, acompañada de un grupo de militantes del P.C., ávida de robar cámara y publicidad, no encontró nada mejor que tomarse la sede de la UDI. ¿Es eso la democracia que predica el partido comunista? ¿Es con ese partido, cuyos militantes no vacilan en tomarse la sede de una colectividad, solo por que discrepan de sus ideas, con el cuál la Concertación hace alianzas electorales? ¿Tendremos todos que pensar como lo hace un partido totalitario que ha prohijado dictaduras, especialmente en lo que fue Europa del Este?
Teiller justifica a su juventud, señalando que la UDI es el partido que mejor representa al gobierno del Presidente Sebastián Piñera, disculpa torpe para validar una acción que es totalmente anti democrática. Cuba les pesa en la conciencia, en la memoria, en los usos y en las costumbres.
Lo más complejo se encuentra en los movimientos sociales, sencillamente ya no pescan a los políticos que, desesperadamente, se dan cuenta que pierden protagonismo. Mal negocio que su cotización esté a la baja, cuando estamos ad portas de elecciones municipales, a poco más de un año de parlamentarias y a menos de dos, presidenciales.
¿Para dónde nos conduce la política?, probablemente a la “Tierra de nunca jamás”, una fantasía que no terminará mientras se sigan repitiendo los mismos nombres de siempre.
En el caso de la Patagonia, el gobierno ha tenido un muy mal momento. Una cosa es hacer respetar la autoridad, defender el orden público y cautelar el cumplimiento de las leyes, otra cosa, sin embargo, es no tener una estrategia clara para enfrentar una crisis que la ha provocado el paso de los años. El silencio frente al aislamiento, la desconsideración con chilenos que hacen patria en tierras lejanas, frente a una actitud limítrofe pacata, donde ya entregamos una parte importante de “Campos de Hielo”, debimos defender Laguna del desierto y Palena, contra un país que, independiente del gobierno que tenga, quiere salida al Pacífico.
En Aysén lo que menos hemos visto es que se aplique la buena política, la que tenía en el pasado la sabiduría de interpretar correctamente las necesidades ciudadanas. El cambio, hasta tres veces de las reglas del juego por parte del gobierno, afirmación de un Senador oficialista, para negociar una solución, termina bruscamente el miércoles por la noche porque nuevamente se levantan barricadas y se cierran caminos.
Finalmente habrá entendimiento, no cabe duda, pero que muy claro que políticamente las soluciones demoran más. ¿Dónde está el mínimo de “inteligencia emocional”, que permita que las partes en disputa logren un acuerdo?
El parlamento ya no parlamenta, solo van de un lado a otro las descalificaciones. Tema no falta, el aborto terapéutico, la reforma tributaria, las reformas políticas, la educación, el Transantiago etc.
Somos un país largo y complejo. Tenemos mala suerte, hace dos años un terremoto, ahora nos ahogamos con agua en el norte, donde casi nunca llueve, en el desierto más seco del mundo.
Nos inundamos en Punta Arenas donde no siempre llueve mucho, solo cae bastante nieve, pero esta vez se desborda un río, sobrepasa los escuálidos puentes, algunos con más de noventa años y ahí estamos, con una Onemi que no dio pie en bola en el extremo Austral y lo hace muy bien en el norte.
Y en el medio nosotros, soportando temperaturas de hasta 36º en Santiago, y sin asomo de lluvia. Es casi balsámico, quisiera imaginar las protestas como nubes cargadas, que el “Guanaco” nos sorprenda en una esquina con un chorro de agua helada, grata, sorpresiva y reconfortante.
Entretanto, la Concertación sigue esperando el término del sistema binominal pero con un inmenso “pilatos” amarrado, para que tal reforma nunca vea la luz.
A los viejos senadores no les conviene que funcione el sistema proporcional. Este sería otro país si no se tuvieran que soportar los que ya no se pueden ver, y que no tuvieran que pactar los que nunca se han querido.
¿A dónde vas política chilena?

7.3.12

Mirando hacia el norte

Aunque faltan dos años para las elecciones presidenciales, con una campaña municipal ad portas, y el 2013 otra parlamentaria, la Concertación mira hacia el norte. Por allí puede salir el sol político que necesitan para convocar a sus alicaídas fuerzas políticas.


El rostro de una coalición que gobernó, exitosamente, durante veinte años el país se ve desfigurado. Falta que el oráculo diga por dónde está el camino.
El Oráculo no se pronuncia y permanece silencioso en el norte.
Una entrevista publicada en la revista Cosas causó polémica durante la semana de las reuniones del Presidente Piñera, con los ex presidentes de la Concertación, uno de los convocados Ricardo Lagos Escobar, ventilador verbal mediante, lanzo a su estilo severos juicios hacia el gobierno, el oficialismo y la propia Concertación.
Una de las preguntas que sacó ronchas en la oposición y, lógicamente, más que nada la respuesta, fue: Es paradójico, sin embargo, ver a la Concertación en el suelo y a Michelle Bachelet en las nubes. ¿Será sano tanto desfase?
–Bueno, la posibilidad de volver a La Moneda es importante. En consecuencia, muchos le van a decir que eso es sumamente sano. Yo creo que la Concertación ha dejado pasar algunas oportunidades. Cuando los muchachos decidieron sentarse a conversar con el ministro de Educación, me permití llamar a los jefes de la Concertación y les dije que me parecía que ese era el momento para que la coalición retomara el cambio al binominal. Era una forma de señalar con claridad ante la opinión pública que este tema lo llevamos pidiendo hace 23 años. Pero dejaron pasar esa oportunidad... Aquí falta convicción, pasión. Todo el mundo está esperando que la solución llegue de Nueva York.
Ricardo Lagos muestra una posición muy firme en cuanto a terminar con el binominal, tiene razón. No estoy de acuerdo con lo que algunos parlamentarios oficialistas afirman, que ese sistema electoral le ha dado estabilidad al país. Como señala el ex Presidente se ha impedido la renovación parlamentaria. Hoy los electores ya no creen en la política, rechazan la eternización, reelección tras reelección, de las mismas caras de siempre.
Como el partido comunista tiene el 5% del electorado, para que tenga tres parlamentarios, la Concertación llegó a un acuerdo de abstenerse de presentar candidaturas a diputado en determinados distritos y, ahora, el PC va por más.
Una manera pactada de procurar romper el sistema binominal, es artificial y falsa, no representa al electorado, es solo cupular.

A cumplir la palabra


El conflicto de Aysén, que en honor a la verdad no solo es de esa Región, pone sobre la mesa, una vez más, el excesivo centralismo dejando en desventaja a las regiones, especialmente las más extremas.

El bloqueo de caminos, las protestas, apedreos y violencia en general, durante más de dos semanas, provocaron polémica en el país y especialmente, en la clase política a la cual los problemas siempre les pilla pensando en ellos y en sus elecciones, más que en los problemas del país.
Si hubo aprovechamiento político de la situación, claro que lo hubo, pero ello no ha restado sobradas razones para que la gente de la Patagonia, en general, esté cansada de mejoras menores y de arreglos de parche.
Las autoridades locales de gobierno no tuvieron la visión necesaria para plantear con fuerza situaciones que son históricas. No se dieron cuenta que la paciencia ciudadana tiene una límite y que no queda otra alternativa para llamar la atención que la violencia, algo que parece un argumento válido cuando no se ve, siente o escucha la voz de los que piensan que la democracia representativa, más se preocupa de sus propios problemas de subsistencia que de un país provinciano, que se siente excluido del progreso del cual disfruta la capital.
No es justo sin embargo, y menos ver a la Concertación avivando la cueca, que el Gobierno Piñera pueda solucionar en dos años temas que Aysén viene planteando, por lo menos, desde la década del 50 con la crisis de Palena y Laguna del desierto. 20 años de Concertación no trajeron mucho a las zonas extremas, dos años y un terremoto al iniciar el gobierno, tampoco ayudan a buscar salida a planteamientos históricos.
Pero, en definitiva, las promesas no se cumplen, especialmente en lo que compete a Regionalización, incluyendo reformas políticas que garanticen un desarrollo sostenido. Las campañas están plenas de buenas intenciones, terminadas estas, la clase política se apoltrona en el Congreso Nacional a seguir siempre en lo mismo.
En la IV Región se sigue chuteando la doble vía al norte, por una u otra razón. Todos los veranos tenemos los cuellos de botella en la carretera para cruzar hacia la avenida del mar porque el paso bajo o sobre nivel sigue esperando.
La administración Velásquez en Coquimbo y posteriormente del Alcalde Pereira, ha conseguido que Coquimbo destaque frente a una Serena que sigue marcando el paso, que hace algunas semanas estaba hundida en basura. Las razones son muchas, incluyendo la falta de financiamiento para los municipios del país, muchos de ellos al borde de la bancarrota por los gastos en la educación y la salud.
Hoy la administración Piñera tiene la oportunidad única que, en los últimos dos años de su gobierno, pueda dar un impulso al desarrollo Regional.
Superando el déficit que ha representado para el país el terremoto, tiempo y miles de millones de dólares, puede ahora levantar las banderas de la regionalización y hacer lo que otros no lograron en décadas.
Yo trabajo de lunes a viernes en Santiago y puedo comparar que esta macro ciudad solo engulle los recursos que generan las regiones. Vemos todos los días a los ministros preocupados de los problemas de está “metrópoli”, que gasta dinero a manos llenas en una sistema de transporte, herencia de los últimos dos gobiernos de la Concertación, que sigue siendo malo.
Aquí resuena el tambor de todas las rebeliones ciudadanas, pero al momento de hacer la raya para la suma, nadie solidariza con las regiones, es obviamente una cuestión de votos. Y claro, desde Santiago salen la mayoría de los representantes parlamentarios, desde la capital los partidos deciden quién nos representará. ¿No hay gente nativa en la IV Región, en la X, en la XI, en la III y otras, que conocen mejor que nadie dónde aprieta el zapato?
Lo de Aysén se veía venir pero nadie se dio cuenta y hemos tenido tres semanas donde la ciudadanía conculcó su propio derecho a transitar libremente, alimentarse, obtener combustible, en su desesperación por llamar la atención.
Lo primero que hicieron los políticos fue culparse los unos a los otros, sin darse cuentan que estaban siendo sobrepasados por sus propios electores.
Ojalá que esta oportunidad única, de enmendar rumbos y de actuar con agilidad, no se deje pasar. Es de esperar que prime el interés de los chilenos que el aprovechar una situación para sacar bastardas ventajas políticas.

Colusión en la política

Gran impacto ha causado en la opinión pública las multas aplicadas a dos cadenas de farmacias, tienen la opción de apelar ante la Corte Suprema de Justicia, que suman en total 38 millones de dólares. Deben responder por una supuesta colusión, ponerse de acuerdo para subir los precios, defraudando con ello a sus compradores y atentando contra la libre competencia.


La clase política, sin excepciones ha celebrado que se apliquen multas tan elevadas, ¡hay que defender al consumidor! exclaman y hacen pomposas declaraciones sobre el particular, pero, hay un pregunta que hacer a los políticos que nada dicen de sus propios programas de colusión partidaria.


No se trata de inventar argumentos novedosos y escribir conceptos que sean ocurrentes. La colusión en política existe, desde el punto de vista del engaño que sufre el electorado, no asume la forma corrupta de obtener dinero ilegítimamente mediante acuerdos corporativos, pero si existe cuando se firman pactos, ya se ha experimentado al respecto, para obligar al electorado a votar por determinados candidatos, sin otra alternativa posible.


¿Cuándo se produce “colusión política”?, cuando se pactan alternativas de listas por omisión. Significa que los partidos políticos no presentan candidatos en determinados distritos o circunscripciones electorales, para que no quede otra alternativa que emitir el voto a favor de un candidato. Lo podríamos llamar con propiedad “Colusión por omisión”.


Esos acuerdos que en la empresa privada, en algunos casos, permite subir precios sin otra alternativa para el consumidor, en política obligan a dirigir el voto a candidatos que de otra manera no podrían ser electos. Es lo que permitió en la última elección parlamentaria que el P.C. pudiera obtener tres escaños de diputados.


Como en la colusión comercial se tiene una alternativa, no comprar el producto, siempre y cuando se esté advertido del arreglo, de lo contrario se cae en la trampa, también en la colusión política se puede no votar, pero aquí intervienen las maquinas electorales.


Los partidos coludidos no presentan candidatos, en beneficio de otro que no elegiría a nadie de no existir este acuerdo, pero si llaman a su “clientela electoral” para que voten por un ciudadano que no les representa. La moneda de cambio radica en que el partido político favorecido por este acto, se omite de presentar candidatos en otro distrito haciendo también un llamado a sus partidarios para que apoyen a un personaje que puede estar en las antípodas ideológicas.


El sistema binominal permite y hasta obliga a esos “arreglines”, la ciudadanía acude desprevenida y forma parte de “errores no forzados” cuando marca su preferencia en el secreto de la urna. Cuando la colusión ocurre entre empresas del mundo privado, se habla de un delito de “cuello y corbata”, pero cuando ocurre en política, que se manifiesta de variadas maneras, aún no se le pone nombres peyorativos, solo se les llama “acuerdos políticos” aun cuando sea pactar con el diablo – en sentido figurativo lógicamente -.


Hay varias reformas para terminar con estas malas políticas, el ideal sería tener un “Sernac” político, pero eso es mucho pedir, la ley de primarias es un buen paso que permite al ciudadano común, aprobar del total de una lista que se les presente, a quien quiere que compita electoralmente.


Las primarias amplían la base electoral. Permiten al ciudadano ser parte de una verdadera democracia representativa. Hoy lo que mal llamamos “democracia representativa”, es la dictadura de una minoría partidaria que se colusiona, pacta y actúa impunemente, para elegir los candidatos por los cuales, antes, estábamos obligados a votar bajo pena de pagar multas e ir a los tribunales.


El que la gente salga a manifestarse por demandas no satisfechas, a las calles es una muestra clara del fracaso de ese tipo de democracia que, afortunadamente, empieza a enmendar rumbos para que quienes actúan en el parlamento dejen de operar en la impunidad de reuniones de pasillo, colusión para ganen quienes no tienen votos y en general para tener secuestrada la democracia en su propio juego.


Fin del sistema binominal donde los votos representen a minorías y mayorías proporcionalmente, igualdad de oportunidades para competir desde candidaturas independientes, inscripción automática, voto voluntario y fin a la colusión política enmascarada, son pasos efectivos para una democracia efectiva.