2.8.12

Renovación en política

Cerradas las inscripciones de candidatos a Concejales y Alcaldes seguramente muchos ciudadanos se preguntaran, ¿Qué novedades hay? Ninguna. Es claro que la política en Chile no se renueva. Las caras distintas no aparecen. Ese es el problema, la política se nos ha puesto vieja.

En el íntimo y cerrado círculo del poder en Chile, desde hace más de 20 años, los que nos gobiernan en la Moneda y en el Parlamento, mayoritariamente son los mismos.

Senadores que pretenden aprovecharse de las leyes, como el rey del copiar y pegar, y diputados que lanzan furiosos manotazos a la fuerza pública como única manera de hacerse notar.

Hemos sido enterados, ante la propuesta de otro diputado, que quiere que el período presidencial se alargue a cinco años porque los chilenos no están de acuerdo con cuatro años. Ese es el problema, ejecutivo y legislativo, usan siempre la frase que, los chilenos, queremos esto o lo otro, nunca nos preguntan.

El plebiscito, “en la medida de lo posible”, es bueno para situaciones definitivas donde queda claro que el parlamento es poco apreciado y no representa “al pueblo de Chile”, si tomamos como referencia las encuestas y lo que dicen las redes sociales.

No hay renovación si el 77.6% de los Alcaldes va a la reelección. No consideran que en la última elección solo el 56,7 logró reelegirse.

¿Ha llegado el momento de privilegiar las candidaturas independientes?, probablemente sí. Hoy los chilenos ya no se expresan a través de la clase política que, salvos excepciones, mira solo por sus prebendas. La ciudadanía reúne neumáticos, interrumpe el transito, y levanta sus pancartas. Los políticos ante cada fogata que atisban corren presurosos para levantar las banderas de los movimientos ciudadanos que nunca se han esforzado en representar.

En las elecciones de octubre, debuta el nuevo padrón electoral, si la política sigue en las discusiones bizantinas, en alianzas anti natura, es probable que entremos en una nueva era, la de los chilenos que hablen de verdad y no sean interpretados por aquellos que, se declaran interpretes de nuestros deseos, se repiten período tras período..

Nadie se expresa mejor que con su propia voz. Es tiempo que ahora, los chilenos hablemos y lo hagamos fuerte y claro.