29.11.11

Educación y calidad (II parte)

Al final todas las esperanzas de un movimiento estudiantil se han transformado en una lucha presupuestaria.
Las consignas, educación gratuita y de excelencia, han quedado en manos de la política, como siempre ocurre en cualquier democracia. En la calle no se hacen las leyes, tan solo se pueden promover como un acto emocional.


Hoy, senadores y diputados, gobierno y oposición, han decidido el destino de la educación chilena, esa es la verdad.
La realidad es cruel. ¿Calidad en la educación?, solo una consigna, un grito solitario en la calle, una muralla pintarrajeada en la conciencia de nuestro país. Un pretexto, una palabra llena de hipocresía.
Educación de calidad, nadie ha propuesto una respuesta lógica y coherente. Creen que con dinero, automáticamente los malos profesores se transformaran en buenos. Creen que las materias que se deben enseñar son las que harán más capaces a los estudiantes. ¿Estiman, acaso, que los que deben aprender son los que deben decir que se les tiene que enseñar?
Cada país debe construir su propio destino, heredero de todas las realidades y utopías que se han construido a través de su historia. Hemos tenido gobiernos de todos los signos y tendencias, y con ellos la educación chilena ha ido zigzagueando a través de los años, merced a las influencias extranjeras y diferentes modelos. Somos buenos para copiar lo que en otras naciones ha resultado exitoso, sin considerar la idiosincrasia que cada país tiene, desestimando la cultura y costumbres propias.
Ya lo hemos señalado, la calidad se construye con programas que toman más tiempo de lo que duran los cuatro años de un gobierno. Con políticas públicas que deben superar la limitante de visiones sesgadas y transformarse en tareas nacionales de largo aliento.
Me atrevería a afirmar que hay tres momentos importantes en la educación chilena, ligado a tres gobiernos, el primero del radical Pedro Aguirre Cerda, en que se producen transformaciones innovadoras, que no puedo reseñar en detalle, fueron un cambio notable que favoreció a los sectores de menos recursos.
Hay otra gran reforma muy importante en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, y la década de los 80 se amplía la oferta educacional universitaria a universidades privadas, algunas de un buen nivel formativo y otras que se transforman en un verdadero fiasco, como el bullado caso de la Universidad La República, levantada por algunos integrantes de la masonería. Allí alumnos y profesores fueron defraudados vergonzosamente.
Hemos ido, de un extremo a otro, siguiendo las ideologías en educación y desechando las mejores prácticas. Hemos dejado de lado la oportunidad de formar, como en el pasado, buenos pedagogos. Errores como terminar con las escuelas normales, formadores de maestras y maestros con auténtica vocación, integrales, que influyeron positivamente en generaciones de estudiantes primarios, capaces de seguir adquiriendo conocimientos con una base de excelencia auténtica.
La calidad educacional se construye por etapas que se conjugan con las metas de un país, en lo económico, social y político.
Mariana Aylwin, ex ministra de educación, escribió un excelente artículo esta semana en el diario la Segunda, señalaba que los niños pequeños no salen a marchar, nos hemos olvidado de ellos en la búsqueda de una excelencia, prima la ley del que más grita y mayor cantidad de gente junta en las calles.
Tenemos profesores que no quieren certificarse, políticos que no se atreven a marcar rumbos, solo sacan cuentas cuantos votos representa cada postura que adoptan.
La calidad no es solo dinero, sino dedicación y sacrificio. Seguiremos esperando una enseñanza superior que permita que nuevas generaciones de técnicos y profesionales den respuestas prácticas a las necesidades de desarrollo del país, que posee territorios y riquezas importantes, pero donde los talentos se desperdician ante la banalidad de propuestas que no van al fondo del problema y solo se quedan en la forma. Educación que no construye liderazgos, porque las propuestas y los cambios se originan desde la génesis de la violencia y no de la razón.
Con dinero, más o menos, no se compra calidad de excelencia, porque ella no está en un mostrador, se radica en la estrategia que debemos adoptar como nación, alejada de ideologismos ya fracasados.

21.11.11

Educación y calidad (I parte)

Cuando se inicia el movimiento estudiantil este año, se menciona en la agenda, entre otros temas, la mejoría de la calidad de la educación, con la peregrina idea que eso se consigue con solo mencionar la palabra.
La calidad en educación no se obtiene por un decreto, una ley, o una simple negociación parlamentaria, requiere de tiempo, cambio de planes de formación en las pedagogías, así como transformaciones profundas en la enseñanza pre básica, básica, media y universitaria.


Grita la calle queremos una educación de calidad, más recursos basales para las universidades, no a la municipalización, no al lucro, enseñanza gratuita para todos. A voz en cuello la grita callejera termina en la violencia que ya hemos conocido, en la tomas de colegios y universidades, además de la pérdida de un año de escolaridad.
Los secundarios, en esta pasada, han sido pura comparsa, lamentable, porque ellos dieron la primera voz de alerta el año 2006. Fueron pioneros en señalar con claridad que la agenda educacional de la Concertación estaba estancada.
El problema planteado por los pingüinos le rebotó, al ingenuo gobierno de Piñera, que pese a todos los grupos “Tantauco”, que preparaban los programas para un futuro gobierno de la centro derecha chilena, no supo visualizar que el tema educacional no se había cerrado con el levantar de brazos, en torno a Bachelet, por todos los sectores políticos en La Moneda, luego del pingüinazo.
A poco más de un año de gobierno, se levantan los universitarios, las banderas son las mismas. Los que las agitan tienen más años y experiencia además de contar, desde las sombras, con el apoyo del Partido Comunista, que de batallas callejeras tiene doctorado.
El discurso está bien construido y apunta a temas duros en la educación, potentes en cuanto al sentir ciudadano. Créditos universitarios más razonables que los que implementó, con aval del Estado, Ricardo Lagos. Fin a la municipalización, educación gratuita para todos, mejor calidad etc.
El gobierno y la oposición quedan descolocados, sienten y saben que están fuera del tema, que ya no pueden intervenir la agenda levantada por los estudiantes. Extraviados en este marasmo, los políticos pierden el aliento. En la Casa Central de la emblemática Universidad de Chile, sendos lienzos exhiben los rostros de Lagos y Bachelet, colgando con ellos, una pregunta ¿dónde están?
Los secundarios quedaron dentro de los colegios tomados, pero sin agenda propia, acompañando cada protesta y manifestación. El tema universitario es prioritario y son sus dirigentes los que conversan con los políticos que se esfuerzan, cambiando el añejo discurso del pasado, por propuestas que huelen mucho a demagogia.
La pregunta es, ¿cuál es el lugar que cumple la “calidad”, tan gritada en la calle y tan poco analizada en el parlamento y en las propias mesas estudiantiles?
Hay algunos aspectos olvidados. Hace muchos años, en el gobierno de don Pedro Aguirre Cerda, el tema educacional fue foco de su gobierno. Don Tinto, como se le llamaba cariñosamente, acuñó la famosa divisa de su gobierno “Gobernar es educar”.
A partir de la década del 60, se constituye una comisión de planeamiento integral de la educación chilena que elaboró, entre 1962 y 1964, un informe que verificaba que la deserción escolar en la enseñanza primaria era de un 68%. Más del 30% de los licenciados de primer ciclo no accedía a la enseñanza media y la deserción en esta era aproximadamente de un 75%. El nivel educativo de la población chilena era de 4,2 años de estudio, siendo en los sectores rurales solo de 2,4 años.
Sobre ese diagnóstico se construye la reforma educacional de 1965, cuyo objetivo central es abrir el acceso igualitario al sistema educacional en todos los niveles, y que la permanencia no estuviera supeditada a las condiciones sociales y económicas del alumno, ponderando, como un segundo objetivo importante, la integración del alumnado a la comunidad y a las necesidades del desarrollo nacional.
En 1970 la educación cubría el 95% de los niños en edad escolar.
La calidad, pasa por profundos cambios a los programas de formación de los profesores, una legislación que certifique la capacidad del docente para enseñar, cursos de perfeccionamiento que garanticen que los conocimientos se mantienen actualizados.
(Continuara)

12.11.11

Esperando a Michelle

“Ya tendría que estar aquí. No aseguro que viniera. ¿Y si no viene? Volveremos mañana. Y, después pasado mañana. Quizá. Y así sucesivamente. Es decir. Hasta que venga. Eres inhumano. Ya vinimos ayer.”
Dialogo de Vladimiro con Estragón. (De la obra de Samuel Beckett, “Esperando a Godot”).

En la Concertación se anuncian primarias, algunos levantan su propia candidatura, como el ex ministro Velasco, independiente políticamente y concertacionista por doctrina, mientras los restantes partidos proclaman el legítimo derecho a sus propios candidatos.
Pese a todas las declaraciones y al diseño cómo serán las primarias presidenciales, siguen esperando a Michelle, una “hada madrina” de la política que, con su varita mágica, puede resucitar a una Concertación ya fenecida.
Todos miran hacia Naciones Unidas, esperando el momento milagroso en que Michelle Bachelet anuncie su retorno a Santiago, y la esperan, como en la obra de teatro de Beckett, Vladimiro y Estragón esperaban a Godot, no teniendo muy claro para qué lo hacían.
Hay algunos aspectos que considerar, la manera en que han plantado cara, como oposición ha sido equivocada. Las encuestas señalan unánimemente que tienen menos apoyo que quienes gobiernan, que tampoco lo están pasando bien.
Ninguno de los dos sectores, oficialismo y oposición, han encontrado la fórmula adecuada para interpretar a la ciudadanía. Siguen en los esquemas políticos del pasado y en estrategias de enfrentamiento que una sociedad, más participante e informada, requiere.
La Concertación cree que una persona puede devolverles el poder a un esquema político, que hizo modernizaciones innegables en sus 20 años de gobierno, pero la costumbre de intercambiar la banda presidencial, en cuatro oportunidades, les hizo perder fuerzas y también ideas. La corrupción entró de lleno con una serie de escándalos que conmovieron a la sociedad.
Esperando a Michelle para recuperar el poder es un profundo error. Lo que hace ganar las elecciones son las ideas y un liderazgo en torno a las mismas. Mediten, si Michelle Bachelet deja el gobierno con los más altos niveles de popularidad y cariño de la gente, diría yo, en la historia política chilena y sin embargo no puede traspasar el poder a su propia coalición, ¿podría ahora recuperar el poder solo por el carisma de su persona?
En el conflicto educacional los temas que se pusieron sobre la mesa, en mucho, son los mismos, con mayores argumentaciones, de la revolución “pingüina”.
Los chilenos tenemos mala memoria, pero es imposible olvidar la foto de la presidenta alzando sus brazos, con las manos tomadas del oficialismo , y la oposición, la misma que hoy gobierna.
Piñera ha tenido un gobierno con mala suerte. Se recibe de un país que tiene un 30% de su territorio destrozado, con un problema educacional que 20 años de concertación no solucionó.
Marchas y violencia en la calles nos hacen perder la perspectiva de otras cosas, que si se han hecho, donde en el pasado no existió voluntad para materializarlas.
Veamos, en el tema universitario se están destinando mayores recursos. Se está corrigiendo los altos intereses y endeudamiento que provoca el 6% la tasa de los préstamos, sistema implementado en el Gobierno del socialista Ricardo Lagos. Hoy Piñera la disminuye a un tercio. Más de 600 mil chilenos han vuelto a tener trabajo. Amplios sectores de jubilados no se les descuenta del 7% de aporte a la salud. Las listas de espera del AUGE. en la mayoría de las patologías. están llegando a cero. Ese programa prometió solucionar los temas de salud en cinco semanas, en muchos casos las demoras llegaron hasta dos años. Las madres pueden estar más tiempo con sus hijos recién nacidos con el aumento del post natal.
Pocos se acuerdan, ahora, del “jarrón de la Corfo”. Los mil millones de dólares que perdió la Enap, los cientos de millones de dólares que cuesta el Transantiago, los despilfarros de Ferrocarriles o de Cenabast, los sobresueldos, sin pago de impuestos, los escándalos en el Mop y la triangulación con una universidad del Estado etc.
Esperar a Michelle, como una figura milagrosa, revela que más interesa recuperar el poder que servir a la ciudadanía.
Vladimir y Estragón nunca supieron quién era el “Godot” que esperaban.
Terminan diciendo: “El no vendrá. ¡Qué!, ¿nos vamos? Sí, vámonos.

4.11.11

El laberinto

La educación es un laberinto, nadie encuentra la salida.
Algunos creen que tendremos mejores estudiantes y excelentes profesionales inyectando recursos. Otros piensan que hay que cambiar los métodos de trabajo, eliminar universidades.
Las recetas para salir del laberinto son muchas sin embargo, hasta el momento, nadie encuentra la salida.

El tema educacional ha mantenido convulsionado, con un calendario de protestas que se renueva mes a mes, a todo el país. Ha sido un movimiento que se inició con una muy buena organización, con argumentos potentes y con un apoyo ciudadano mayoritario.
Por meses la discusión fue en aumento, captando mayores simpatías. Los políticos, en un principio desconcertados, oficialismo y oposición para que no me interpreten mal, trataron de subirse al carro de los estudiantes. Las críticas fueron terribles, las caras largas en el parlamento y en las sedes políticas abundaron. Los estudiantes sencillamente los rechazaron, pero cometieron un error, pedir que el tema no se tratara en el congreso y que se llamara a un plebiscito vinculante, materia no contemplada en la constitución política.
Alguien les hizo pisar el palito que, con razón o sin ella, descalificaran la función política, aunque no se puede desmentir que en este movimiento hay una clara injerencia del P.C. es definitivo que faltó habilidad y conocer, además de respetar, ciertos códigos donde lo único que puede unir a oposición y oficialismo es atacando sus fueros.
Hoy el tema está en el Congreso y la verdad, los estudiantes están acudiendo a los políticos para salir con cierto grado de dignidad de un movimiento, bien manejado en un principio, que sin embargo se está desmantelando solo. Persistir en la no asistencia a clases comienza a cansar a los que creen que estudiar es un capítulo importante en su vida. Dar señales de descontento y de poner un tema fuertemente en la mesa de la discusión ya es una tarea cumplida, pero perder un año completo, eso no se acepta.
En toda carrera universitaria hay un promedio, que no siempre es mayoritario de aquellos que ingresan y que la terminan, menos del 50%. Ese menos, que quiere salir con un título universitario, es el que hoy pide con mucha fuerza volver a clases.
¿Pierden los estudiantes si retornan a las aulas universitarias? A mi juicio ya ganaron, no necesitan seguir con ese tipo de presiones. El tema ya está instalado, hay 4 millones de dólares extras puestos sobre la mesa, eso no se negocia con bombas molotov o tomas de colegios, menos con marchas que dejan una señal de destrucción por donde pasan. Hay que sentarse a trabajar con la mente, no con gritos en las gargantas o piedras en la mochila, se tienen que tener ideas claras, argumentos y propuestas.
Las sillas de las salas de clases en las rejas de los liceos, el robo de computadores, la destrucción interior de los colegios son los argumentos de los que no quieren dar ideas constructivas, o sencillamente no las tienen. Los dirigentes principales fueron a Europa creyendo que Chile era el único país con crisis en la educación, en Francia se dieron cuenta que este es un problema globalizado.
Los jóvenes son parte del problema porque se enfrentan a un mundo, en exceso consumista, que tiene que adaptarse a realidades que no se radican en los límites de una nación. Para encontrar el camino de salida se debe entender que es un trabajo de muchas voluntades, padres y apoderados, gobierno, parlamento y políticos en general.
Se contamina un movimiento cuando los dirigentes reciben ofrecimientos, lo que aún no tienen militancia, para que firmen por un partido, algunos en la exageración ya se autonombran como futuros parlamentarios.
Las consignas, los gritos, los insultos, las protestas en las tribunas de la cámara o del senado, la violencia en general, es la antítesis, de los argumentos bien razonados.
Es el momento de ponerse a trabajar, no solo en el tema de financiamiento y costo de educar a nuestros futuros técnicos y profesionales, es el momento de pensar en serio cuál es el modelo de educación que Chile necesita. Quiénes requieren de una oportunidad para educarse que no dependa de cuánto dinero se tiene en el bolsillo, donde se valore su capacidad y deseos probados de surgir.
Estamos en un laberinto buscando la salida, pero ni Jackson es Teseo, ni Camila, Ariadna.

¿Dónde me gano?

Es un dicho sureño que lo he escuchado en otros lugares de Chile, ¿dónde me gano o bien, dónde nos ganamos? Equivale a decir donde me ubico, en qué lugar estaremos mejor, qué posición adopto, a quien apoyo, cuál es la idea que concuerda con lo que pienso.


Hoy muchos chilenos están buscando donde ganarse ante tanta discordia y descalificación.
Leo, como muchos chilenos en el extranjero, los diarios y publicaciones electrónicas que nos ponen al día, con los matices editoriales de costumbre, lo que ocurre en Chile. En China la única noticia que he visto en televisión o leído en algún diario local, no escrito en chino por supuesto, es la noticia del volcán Hudson en el sur austral, solo 10 segundos. Por lo tanto mis fuentes de información proceden de internet.
Leo que hay más de 3000 viviendas sociales desocupadas, entregadas entre el 2007 y el año 2010, de verdad son 3.778, el catastro fue dado a conocer por el ministro de la vivienda y se refieren a viviendas, casas y departamentos del Programa Fondo Solidario de Vivienda, que le significaron al Fisco un gasto de 50 mil millones de pesos. Fueron asignadas a familias que no las necesitaban, en un país con 150.000 familias que si precisan de esa ayuda.
Lamentablemente en concomitancia de la mala política, algunos, “se ganan” para el lado del pillaje al erario nacional.
Muchas familias postularon y obtuvieron viviendas para arrendarlas y otras sencillamente las abandonaron al saqueo y el pillaje.
Cuesta “ganarse” para el lado del país, de la solidaridad y la discusión racional de los problemas. Casi no llama la atención que nuestros problemas se ventilan en medio de fogatas y barricadas. Aún no podemos olvidar la imágenes de la rapiña que se produjo horas después del terremoto del año 2010.
No es lo único que nos avergüenza como país, leo que se han presentado antecedentes al Consejo de Defensa del Estado (CDE), con 224 casos de irregularidades en la entrega de la calidad de exonerados políticos, sujetos a beneficios del Estado. Personas que, con ayuda parlamentaria y dirigentes políticos de la concertación, obtuvieron un ingreso en dinero permanente.
Los datos corresponden a una revisión de 500 expedientes aprobados en los gobiernos anteriores por el Programa de Exonerados Políticos. Recordemos que el programa Contacto, de Canal 13, denunció las irregularidades en este proceso mostrando como ciertos parlamentarios de la Concertación entregaron cartas de recomendación a presuntos exonerados políticos.
Entre los antecedentes enviados al CDE, hay 81 personas que eran menores de edad cuando fueron, presuntamente despedidos, y ni siquiera acreditaron un vínculo laboral que les acreditara para ese beneficio.
Hay otros 30 “exonerados” que trabajaron en empresas que nunca fueron intervenidas por el Estado, y no acreditaron haber perdido su fuente laboral por razones políticas.
En los antecedentes conocidos, en la revisión de los expedientes, 91 de los supuestos exonerados políticos tienen certificados entregados por parlamentarios, gobernadores y seremis de los gobiernos de la Concertación, certificando que perdieron su trabajo por razones políticas. Aparecen mencionados la senadora PS Isabel Allende (con cinco certificados), su par del MAS Alejandro Navarro (nueve certificados), el diputado PPD Enrique Jaramillo (32) y el DC Sergio Ojeda (seis), además de los ex senadores PS Jaime Gazmuri y Jaime Naranjo y los ex diputados Edmundo Villouta (DC) y Jorge Insunza (PPD).
Está claro que, en concomitancia por algunos políticos, se ganaron por el lado del aprovechamiento, como ocurrió con los sobresueldos y las coimas variadas de escándalos que los chilenos olvidamos con facilidad.
Finalmente el mito que la educación no se mejoró porque la derecha no permitió, en 10 años que la Concertación aplicara su programa, “me gano”, para lo que opina Carlos Ominami Pascual, "no es aceptable que hoy se diga que desde la Concertación no pudimos hacer lo que se quiso porque la derecha no nos dejó".
"la derecha defendió la educación privada, sin lugar a dudas, pero la Concertación también".
"Simplemente protagonizó un acuerdo que fue un desastre para aprobar una Ley General de Educación que entregó la señal de que aquí estábamos de acuerdo, en consecuencia que no lo estábamos. Y hoy tenemos este conflicto que creo nos va a seguir acompañando en el próximo período"
Ahora usted tiene algunos argumentos para saber “donde ganarse”.