2.9.06

Lo político y lo técnico


Los Municipios de muchas regiones del país han estado en la primera línea del periodismo y en las conversaciones o críticas de la ciudadanía.

Lo ocurrido con el fallido puente sobre el canal de Chacao, el cierre, también fallido, del barrio El Golf, la educación municipalizada y una mayoría que pide que vuelva al ministerio de Educación, el corte de luz por falta de pago en algunas ciudades, incluida la nuestra, indica que tenemos problemas.

Las opiniones están divididas en que hay mala gestión, un exceso de politización en los municipios, o un divorcio absoluto entre los funcionarios de planta, equipos técnicos que llevan muchos años en esas tareas, con los asesores o equipos de gestión que cada Alcalde trae consigo cuando son electos.

Lo que he señalado es un problema que afecta a la mayoría de las municipalidades. Creo tener alguna autoridad para analizar el tema ya que desde hace un par de años, invitado primero por el Alcalde de Andacollo, me he dedicado a ser “facilitador” de diferentes municipios del país en su orientación a una gestión de calidad, centrada en las personas y la ciudadanía.

Así, en muchas municipalidades, se han logrado unir los propósitos, distanciados por diferencias políticas o desavenencias funcionarias, facilitando la creación de equipos de trabajo que miran el servicio y el bien común como un propósito general.

Fue el directorio nacional de Asemuch, el que nos invitó a abordar esta tarea de manera más amplia. A poco andar se sumó la voluntad de muchos Alcaldes y concejales que se dieron cuenta como el consenso y los propósitos bien estructurados, son más constructivos para el desarrollo de la ciudadanía, que la disensión y el constante enfrentamiento.

En un municipio moderno deben coexistir dos líneas; una de conducción y la otra de ejecución, claras y definidas. Por una parte la conducción política que la genera el Alcalde y la completa, y fiscaliza, el Concejo Municipal. Por otro lado la línea técnica, que debe ejecutar las directivas que emanan de la autoridad superior, entendiéndose que ellas se ajustan a las disposiciones legales vigentes.

Quien genera la conducción política es el Alcalde elegido por la voluntad popular. El tiene el derecho legítimo que emana del sistema democrático para llevar adelante un programa de trabajo, que junto con su elección, fue asumido como parte de una gestión. Entretanto, quienes deben ejecutar, técnicamente, las tareas en los diferentes departamentos y áreas deben tener una actuación profesional, no permitiendo que sus visiones particulares alteren el trabajo que deben cumplir de acuerdos a las directivas que emanan del Edil y del Concejo Municipal.

Es también legítimo que los Alcaldes lleven a colaborar en su tarea, en cargos que no son de concurso público, a personas de su entera confianza. Ese equipo, el más cercano, sin embargo debe desarrollar una tarea muy importante de crear lazos de confianza con los más antiguos, los que llevan varios años y han trabajado con muchas administraciones. En esa zona y ante la falta de un enlace criterioso entre “los nuevos y los antiguos”, es n donde, con mayor frecuencia, se generan los problemas que son fundamentalmente de relaciones humanas.

Hoy los municipios son el centro gestor más importante de una sociedad, para ellos, como se lo hemos señalado en nuestros seminarios y talleres el problema no son: Los ricos, son los pobres; No son los sanos, son los enfermos; No son los que saben, son lo que no tienen acceso a la educación; No son los que tienen trabajo, son los que están cesantes; No son los que dominan la tecnología, son los que no tienen acceso a ella.

El Alcalde adquiere legitimidad en su gestión y en su derecho a proponer un programa porque, cada cuatro años, su trabajo es juzgado en las urnas. Merece contar con el apoyo de todo el equipo. Cuando no se puede pagar la luz a tiempo es porque los Municipios están financiando con recursos propios una parte importante de la educación y la salud, compromisos ineludibles. Porque deben mantener Escuelas, a veces, solo para dos o cuatro alumnos.

Al mirar el trabajo de los Ediles, de los Concejales hay mucho de Quijote, que embiste día a día molinos de problemas, mientras muchos creen que solo hacen fantasías. Y eso no es justo. (Continuará)

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