27.9.06

El voto de Chile


Chile, más bien la Presidenta Michelle Bachelet, deberá resolver un tema crucial en política internacional, dar o no dar el voto a Venezuela, esa es la cuestión.

Hugo Chávez busca para su país un lugar como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y para lograrlo necesita bastantes votos. Su pretensión es que toda América del Sur y las naciones del Caribe estén de su lado, una manera clara de adquirir el liderazgo que busca.

La decisión la toma la presidenta ya que, constitucionalmente, es ella quien dirige las relaciones internacionales. ¿Es Venezuela un buen candidato?, no es un tema de votar por el país, ya que al igual que Chile, es el Presidente Chávez quien dará las instrucciones a su eventual representante en el consejo.

El manejo diplomático del Presidente de Venezuela, su lenguaje a ratos insolente, amenazante y mal educado, ha provocado fuertes reacciones con algunos gobernantes, como Bush en los Estados Unidos, Ricardo Lagos en Chile, o Alan García en Perú.

Chávez bañándose en un mar boliviano, amenazando con romper relaciones si Alan García, a quien llamó ladrón de cuatro esquinas, era elegido presidente de Perú, tildando de borracho y burro al presidente norteamericano, más que un gobernante o un estadista, parece un matón con mucho dinero que quiere ver al mundo según su propio prisma.

Su embajador en Chile, Víctor Delgado, con el mejor lenguaje “chavista”, lanzó un duro ataque a la Democracia Cristiana, recordándole , entre otras cosas, su pasado opositor al gobierno de Salvador Allende al igual como se ha opuesto al gobierno de Hugo Chávez.

La clara intromisión en asuntos políticos internos del diplomático, no hace otra cosa que reafirmar el estilo de su jefe quien, en momentos muy delicados de nuestras relaciones diplomáticas con Bolivia, metió su cola donde no debía.

Lo peor es que las opiniones en la concertación están fuertemente divididas, incluyendo en el partido socialista, principal apoyo a la postura Venezolana, donde algunos diputados no les gusta ver a un representante de ese país sentado en el Consejo de Seguridad. Las declaraciones del ex – aviador e instructor, en el pasado, de Hugo Chávez, Víctor Delgado, agrega más leña a la hoguera de una discusión política interna en la coalición de gobierno, que también le ha traído dolores de cabeza al PPD.

Chile está en una encrucijada, su voto no es decisivo ni mucho menos, pero de no ser favorable a Venezuela se apartaría de la postura ya anunciada por Morales de Bolivia, Lula de Brasil, Kichnner de Argentina y el octogenario Fidel Castro de Cuba.

La posición más cómoda sería abstenerse, no es la más recomendable, ya que apareceríamos sacrificando nuestra independencia en materia diplomática, por no atrevernos a expresar una postura de manera meridianamente clara.

La declaraciones del embajador Delgado, aparte de las replicas de la D.C., también trajeron las del Vicepresidente del Senado el socialista Jaime Naranjo quien opinó, a título personal, “el embajador no sólo se ha inmiscuido en asuntos internos del país, lo cual como diplomático le está expresamente vedado, sino que también ha caído en una conducta a que nos tienen acostumbrados algunos personeros venezolanos, que es descalificar a todos aquellos que no comparten sus puntos de vista”.

El Viernes Delgado echó pie atrás, diciendo que no dijo lo que todos escuchamos y leímos, acudiendo a la disculpa que los periodistas ya conocemos de sobra, “me sacaron de contexto y me mal interpretaron”, agregando, “Hubo una confusión. No fue mi intención mencionar, discriminar o señalar ningún partido político. Quise hacer una comparación con la DC en Venezuela, que es oposición al gobierno del presidente (Hugo) Chávez y la DC que fue aquí oposición al Presidente (Salvador) Allende”.

Después de los 20 minutos de Chávez en la ONU, del olor a azufre y el santiguarse, su embajador le dio una manito en Chile.

¿Y nuestro voto, para quién será?

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