27.8.11

Hipocresía y protestas

Cuando se tiene la paciencia de investigar detalles de las peticiones que hoy mueven, a estudiantes y trabajadores a salir a la calle, cuesta entender la hipocresía de la clase política.
Quien fuera Ministro del Trabajo de la Concertación, hoy diputado, toma el lienzo que encabeza una de las marchas y protesta, pidiendo solución a las mismas demandas que el enfrentó en el pasado.


Osvaldo Andrade, diputado y Presidente del P.S., en vez de estar cumpliendo sus tareas parlamentarias, para la cual los chilenos le pagan un sueldo nada de despreciable, marcha adhiriendo a las peticiones de los trabajadores, que él, cuando fue ministro no pudo satisfacer.
Hipocresía pura, más aún cuando reconoce su responsabilidad, hay que alabarlo por eso, y señala al periodismo; “Vengo a participar en este acto con mucha humildad, porque en los 20 años de Concertación también en muchas ocasiones fuimos parte de esos abusos, y creo que es el momento de hacernos cargo del problema de fondo. Y si la única manera de que este gobierno entienda es teniendo a la gente en la calle, no hay otra alternativa”.
La pregunta es: ¿parece justo que le exijan a un gobierno que no lleva dos años, que ha debido enfrentar una gravosa reconstrucción, que haga en ese lapso, lo que la Concertación no pudo hacer en 20 años?
En la marcha del jueves, Andrade no duró mucho tiempo sujetando el lienzo de los manifestantes, debido a las imprecaciones que debió soportar. A las pocas cuadras desapareció del lugar.
Los políticos son increíbles (poco creíbles) y por ello la ciudadanía les rechaza masivamente.
Ignacio Walker, Senador de la República, Presidente de la DC., por su parte declara. “. "Para nosotros no es cuánto paro hubo y si fue de un dígito o dos dígitos. Del gobierno no hay ningún interés de entender lo que hay detrás de esto". ¿Y en 20 años de gobierno ellos lo entendieron?
Todo el mundo se golpea el pecho, se auto critica, pero de alguna manera toma palco endosando todos los males a quienes gobiernan.
La ex Ministra de Educación, Mariana Aylwin, es más clara y mucho más honesta en el enfoque que ofrece ante las actuales circunstancias y declara: “Encontré muy mala la decisión de adherir al paro, más todavía cuando ha sido un fracaso. Pero aún si hubiera sido un éxito, no lo comparto, porque los partidos no son sindicatos. Ser oposición en democracia es distinto a ser oposición en dictadura. Y la Concertación, y también la DC, no sabe ser oposición en democracia".
"Yo puedo entender -agregó- que el PS, que tiene una tradición obrera, vaya a la marcha, pero no puedo entender que la DC renuncie a su identidad ni que se sume a estas marchas haciendo un mea culpa de todo lo que hicimos antes".
Las encuestas revelan el sentir de los chilenos, muestran con claridad la potencia del movimiento estudiantil. Los políticos deberían leer e interpretar bien el mensaje. Hoy se sale a la calle, se polemiza en las redes sociales, porque la democracia representativa no está funcionando.
Los políticos ya no son intermediarios válidos ni confiables. Curiosamente los que en el pasado guiaban y dictaban las políticas públicas, ya no son seguidos, no muestran ningún camino no proponen alguna solución coherente.
Los políticos ahora toman los lienzos de las marchas, se suben a carros ajenos, dejaron de ser protagonistas. Peor aún, como Andrade, deberían marchar azotándose con alguna vara para castigarse por todo lo que no hicieron cuando fueron gobierno, como modernos penitentes.
¿Quién da la cara para explicarle a los modestos comerciantes de la Alameda cuyos locales fueron asolados, no por los marchantes, pero si por los protestantes informales, que se aprovechan para destruir y robar?
¿La Concertación ganará un voto más con su adhesión, cuando gobernaron 20 años sin solucionar los mismos problemas que hoy muestran en la pancartas? ¿Desmunicipalizaron la educación? ¿Bajaron los intereses a los créditos con aval del Estado? ¿Hicieron algo por terminar con el lucro? ¿Hicieron algo por una educación gratuita para todos?
Si vuelven a gobernar, ¿darán solución a las inquietudes por la cuales Andrade y compañía marcharon, o sus intenciones duraran las pocas cuadras en que mostró su adhesión?
Marchar para protestar por lo que, cuando fueron gobierno no hicierón, es una burla, una sola y gran hipocresía.