27.5.11

¿Y dónde quedó el 21 de Mayo?

Lejos quedó la costumbre cuando los chilenos nos uníamos más que nunca, férreamente, en torno al acto heroico de Arturo Prat y sus hombres. Lejano el tiempo en que los estudiantes desfilábamos en las plazas y en donde se cantaba a coro “sol de 21 de mayo”.
Hoy, esa fecha divide cuando las minorías políticas que tienen la concesión de la ciudadana para ser representada, los que gobiernan y los que se oponen a los que gobiernan, olvidan los valores que deben unir a una Patria.


Un parlamentario, ha propuesto cambiar la fecha de la cuenta presidencial a la nación, desde el 21 de mayo al 4 de julio, aniversario del Congreso Nacional. Buena idea. Creo que el Congreso Nacional se merece celebrar su aniversario en medio de protestas públicas, lanzamiento de piedras, gases lacrimógenos, destrucción del mobiliario público, rompimiento de vidrios, robo de cajeros automáticos, destrucción de locales privados, asaltos a farmacias, gritos, histéricos y estentóreos, de honorables senadores, levantamiento de carteles, arrebatamiento de carteles, empujones, ofrecimiento de salir a la calle a batirse a puñetazos. Extraordinaria iniciativa, adhiero a ella con entusiasmo. Ese tipo de actos muestra el estado de la política chilena y hay que celebrarlo como se merece, incluso podrían reunirse para el “rodeo de los Andes”, no faltará un guatón Loyola.
No es justo que el triste espectáculo del Congreso Nacional, crispado ante la cuenta del Presidente de todos los chilenos, guste o no, a unos y otros, se mezcle con el recuerdo de una gesta donde marinos chilenos no vacilaron en derramar su sangre generosa para asentar los límites definitivos del norte de nuestro país.
Prat, marino y abogado, y sus hombres, fieles a la consigna de no entregar ni arriar la bandera, se hunden con ella izada al tope en la rada de Iquique, no pueden verse, el mismo día en que recordamos su muerte, enredados en la chimuchina política.
Prat salta a la cubierta del Huáscar a cara descubierta, con su espada en la diestra, y la decisión de hombre valiente en su rostro y en su gesto. Qué diferencia con los que atacan cubiertos con gorros pasamontañas, por la espalda, huyendo como lo hacen los cobardes, los que gritan desde el anonimato y que incitan al desorden, sin enfrentar las consecuencias.
Que cambien la fecha y que velen los muertos de sus propias convicciones, odios y contubernios, es una idea “brillante”.
Este es un país donde las minorías políticas, por delegación del electorado, nos mal representan en el parlamento, reconociendo que hay, senadores y diputados, que merecen todo respeto y honra. Definitivamente o renovamos el parlamento y aquellos que allí permanecen, por décadas, se marchan, o volveremos a vivir los tiempos en que toda idea se debatía a piedrazos, o en verdaderas asonadas callejeras.
Lo que más indigna, son las vueltas en el aire que algunos dan en menos de 24 hrs., con todo desparpajo. Siempre me he preguntado ¿nos creen tontos?
La proverbial mala memoria ayuda a que se mienta a la sociedad chilena, sin la mínima vergüenza. Se nos lleve, tras de marchas y cantinelas, escondiendo bajo la alfombra de nuestra tierra, los errores que se han cometido, al autorizar decenas de centrales térmicas contaminantes, sobre las cuales nadie dijo nada.
La fuerza de la razón ha sido reemplazada por la fuerza de la imposición, por los argumentos de la violencia callejera, por las declaraciones a medias y los reconocimientos de actitudes torcidos, donde la mentira, el acomodo de los argumentos, prima sobre la verdad.
Algo bueno hay en relación con el pasado, ya no se toman los locales, ahora se asaltan mientras se aprovecha de protestar, es más rentable.
Para el 21 de mayo nuestros marinos no desfilan orgullosos en Valparaíso, son perseguidos por hordas encapuchadas.
Nuestros carabineros son acusados, por los que generan la violencia, de ser violentos. Con el rostro de la hipocresía, luego, los políticos y los agitadores, dicen que es tarea del gobierno reprimir al violentista, cuando ello ocurre, reclaman mostrando ojos morados o golpes en el cuerpo.
Ojalá el 21 de mayo sea para unirnos y recordar a nuestros héroes y el día de la violencia y descalificación se cambie de fecha.
Vale la pena.