4.6.11

¿Refundar la política?

La última encuesta de Adimark no dejó a nadie contento. No se descalificaron los resultados como a veces se hace. Cada cual, oficialismo y oposición reconoce que se encuentran en dificultades, graves dificultades.
No hay duda que se está mal de cara a la mayoría ciudadana. Los diagnósticos son diferentes, sin embargo, nadie se atreve a enfrentar la verdad, la política chilena viene en caída libre.


La política chilena, en general, necesita urgente una renovación de códigos, de caras y de discursos. Viene en caída libre cuando observamos los fenómenos ciudadanos y los esfuerzos patéticos, que adoptan algunos, para sintonizarse con los planteamientos que en el pasado desecharon.
Ridículos levantamiento de carteles en pleno congreso nacional, interrupciones al discursos presidencial, todo buscando sintonía fina, que resultó forzada e hipócrita, para subirse a un carro que está corriendo por una vía diferente.
Las redes ciudadanas son hoy, con la velocidad y tecnología que ofrecen, el verdadero parlamento. Ya nadie hace caso de las grandilocuentes pontificaciones, (Exponer opiniones con tono dogmático y suficiente), de algunos senadores que hablan de todo, se enfrentan con todos. De dirigentes partidarios, oficialistas y opositores, dando recetas caducas que nada aportan, salvo descalificaciones, en un lenguaje simplista, construido para la cuña de la radio o televisión.
El parlamento ya no está en Valparaíso, cambió de domicilio, también de representantes. El nuevo congreso nacional sesiona en twiter, en face book, a través de blogs. Aunque siguen recibiendo sus sueldos, la ciudadanía les ha expulsado, simbólicamente, de sus cargos.
Fenómeno importante, la sociedad se auto representa, construye en el ciber espacio sus propios neurotransmisores que no pasan ni por la Moneda, ni por el Congreso Nacional. Lo señalado no es bueno para una democracia representativa.
El Presidente recibe una desaprobación del 56%, igual porcentaje desaprueba al gobierno en su conjunto.
La oposición canta victoria y, siguiendo los códigos políticos tradicionales, ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. La oposición, incluye a la Concertación, a los disidentes de la Concertación y al Partido comunista, aliado electoral de la Concertación, tiene un 65% que les reprueba. Un lado, o el otro, ¿pueden declararse victoriosos? ¿Pueden decir que interpretan y representan a la ciudadanía?, ¡no, no, absolutamente no!
El oficialismo, obtiene una desaprobación de 57%, menos que el grupo opositor pero, igual, no es un resultado para cantar victoria.
Hablemos del Congreso Nacional: La Cámara de diputados muestra una desaprobación de un 59%, el Senado de la República, un 55% de rechazo ciudadano.
La encuesta viene señalando hace un tiempo que los políticos no nos interpretan. Nos dicen las manifestaciones que habitantes de nuestros país se auto organizan para hacer saber cuáles son sus inquietudes, para demostrar que sus demandas no tienen representación, ni en los partidos políticos, minoritarios y enredados en competencias y luchas internas, menos en el parlamento desordenado, con figuras caducas que, período a período, se repiten en las listas que se nos ofrecen como alternativas para que sean nuestros representantes.
Las redes sociales, internet en general y todos los accesorios que permiten acceder, a este sistema de comunicación global, están mostrando que el Congreso Nacional, y la cohorte que rodea al sistema político, se está descomponiendo.
Este no solo es un fenómeno en nuestro país, lo es en todo el mundo.
Los políticos deben descubrir rápido, que el solo hecho de “twitear” no sirve, ya que siguen empleando el lenguaje anticuado de creerse absolutos dueños de la verdad. Hablen menos, declaren menos, den menos entrevistas y, por un momento, escuchen en silencio la voz de los que votamos, los que les elegimos, de aquellos que les han depositado su confianza y representación. Los electores están defraudados.
¿Seguirán sumidos en sus querellas diarias quienes reciben rechazos?, Oposición 65%, Cámara de Diputados 59%, oficialismo 57%, Presidente de la República 56%, Senado de la República 55%.
Puede, acaso, lanzar alguno la primera piedra.
Pronto vienen elecciones, es momento de escuchar, de verdad, lo que Chile piensa y desea.