25.3.11

El juego de ajedrez

Los que éramos jóvenes, en la década del cincuenta, alucinábamos reconstruyendo las posiciones del gran maestro de ajedrez Capablanca. Sus jugadas inteligentes nos parecían cosa de otro mundo. Estrategia a ratos en extremo agresiva, en otras pasiva y acechante.
La política actual necesita un émulo del gran maestro. Alguien que enseñe a los parlamentarios cómo mover las piezas en el tablero partidario.
En el parlamento chileno, el ajedrez político comienza a mover piezas, de un lado y de otro. No se juega con el estilo de los grandes maestros. En muchos casos todo se mueve casi solapadamente. Cargos parlamentarios, senadores y diputados, son las piezas que comienzan a alinearse, cada cual con distinta estrategia pero donde, lo que menos se emplea, es el juego noble e inteligente del ajedrez.
Ejemplos sobran, la Municipalidad de La Florida, demostración clara del desorden de la oposición y del desconocimiento, porque no conviene, de las reglas del juego que la ley señala para resolver los conflictos que se producen cuando un Alcalde deja de ejercer el cargo.
¿Qué piezas se mueven en el tablero Municipal?, fundamentalmente las pretensiones de un diputado que quiere ser Senador y que toma como base para sus movidas a un Municipio pretendiendo, probablemente, que el Alcalde que fue electo sea afín a sus propósitos.
Un senador que se salió del Partido Socialista, formando su propia y personal corriente, sabe que la Intendenta Van Rysselberghe, le puede hacer sombra en sus afanes de ser reelecto. Es como el ajedrez, jaque a la reina. La amenazada, que tiene su carácter, se da cuenta, ahora, que sus alfiles, caballos y peones, no hacen una defensa cerrada de su causa.
La porfía por mantenerse en el cargo puede ser dañina en este juego, de ajedrez político. Si hay algo que tiene el ajedrez es que cada jugada se medita, se estudia y estratégicamente se procura establecer, frente a cada alternativa cual será el siguiente movimiento del adversario. ¿Se ha meditado qué pasará, si la acusación constitucional es aprobada en el parlamento incluyendo votos de la propia Alianza?
Me imagino que los actores políticos lo han estudiado y la permanencia de la reina en su posición estará bien custodiada, por torres, caballos, alfiles y peones políticos. Si lo señalado no ocurriera quedaría cuestionada la actitud presidencial de, pese a todo brindarle respaldo y apoyo, mientras el parlamento consigue destronar a una figura que es de exclusiva confianza presidencial. Derrota para la Intendenta, derrota para el Presidente, derrota para la coalición política que aparecerá, si ello ocurre, desunida ante una oposición, a la cual, esa acción, representaría una buena victoria en el crisol de su endémica desunión.
La situación es delicada para el gobierno y no resulta fácil explicar a sus partidarios la insistencia en defender a una Intendenta que, efectivamente, inventó una historia. ¿Lo que ella hizo da para una acusación constitucional? claro que no, pero ¿alguna vez la política ha sido racional y apegada a la ley? No siempre.
Aquí una figura de la Alianza, en su tozudez, en un país que olvida con facilidad los errores, mentiras y engaños, apuesta todo su futuro político, pero de paso arriesga dividir a la coalición gobernante y provocar un golpe duro al gobierno del Presidente Piñera.
Si logran, en la oposición, destituir a la Intendenta de Bío Bío, será una victoria política que probablemente logre recomponer en algo los destrozos que causaron las renuncias partidarias, en su tiempo, de Henríquez Ominami, Alinco y el propio senador acusador, Navarro.
Sería impresentable, para el oficialismo, que la derrota en la Cámara de Diputados se produjera con votos propios. El tema Van Rysselberghe ya le ha provocado en el verano un daño grande al gobierno
En el ajedrez se arriesga. Hay jugadas que muchos no harían y de pronto resultan. En el escenario que la acusación no prospere, estaremos aplaudiendo y reconociendo a un nuevo “Capablanca” de la política criolla. Sería un duro golpe para una oposición que se está jugando el todo por el todo, jugando con “las negras”, para pasar a la ofensiva.
Pero la pregunta es, ¿vale la pena?
La historia es sabia. Bachelet y Provoste se jugaron la misma opción que apuestan, en el tablero de la política criolla, Piñera y Van Rysselberghe, el desenlace, por el momento parece predecible.
¿Era Capablanca un jugador predecible?