22.5.10

El discurso


Para los políticos el discurso del 21 de Mayo es casi un rito.
Es el momento para descargar tensiones y marcar territorio.
Con toda la pompa, las promesas, esperanzas y recriminaciones toman cuerpo mientras los chilenos solo tragamos saliva.


Los discursos del 21 de Mayo de los presidentes en Chile son una tradición y un acertijo sobre las cosas que el primer mandatario de turno dirá. Cada chileno, que aún cree en una ceremonia bastante rutinaria, tiene esperanzas que desde el Olimpo, ejecutivo y legislativo, algo caerá a los bolsillos de la ciudadanía.
El rito se completa, posteriormente, con las declaraciones de figuras “preclaras” que emiten sus opiniones, el oficialismo alabando todo lo dicho y la oposición criticando lo señalado en este “mensaje a la Nación”.
Pero la democracia chilena está construida de esta manera. Discursos, declaraciones, conferencias de prensa, “puntos de prensa”, son parte de los aparatos comunicacionales que la política construye para impresionarnos a quienes somos parte de la ciudadanía o, los chilenos y chilenas como se identifica a quienes somos los presuntos destinarios de los buenos o malos gobiernos.
El discurso del pasado viernes ha tenido, sin embargo, algunas diferencias, fue ejecutivo, con muchas promesas, algunas que, para concretarse, exceden el período presidencial del actual mandatario.
Todo lo que se presenta como un proyecto es una promesa, una buena intención. Todo en la vida del ser humano se inicia con un deseo, anhelo, propósito. Podría agregar muchos adjetivos, sin embargo, cuando se entrega con una explicación para obtener el logro y un plazo para que este se materialice, podemos creer o no creer, dependiendo de nuestras personales experiencias en materia de tales promesas.
Piñera, creo que golpeó la cátedra de la política tradicional cuando rindió un homenaje a los ex presidentes de la Concertación. Creo, que descolocó a quienes durante 20 años nos quisieron convencer que en este país había dos clases de personas, los buenos, ellos y los malos, los otros.
No se esperaba un gesto de esa naturaleza. Es más, un parlamentario había amenazado con retirarse si se criticaba a la ex Presidenta Bachelet, (Marco Antonio Núñez PPD). Para gente que le cuesta entender que en política también existe la nobleza, aún deben estar tratando de entender lo que este tipo de gesto representa.
El Presidente Piñera criticó, sin exageración, aquellos aspectos donde ocurrieron fracasos económicos, como bajo crecimiento del país, la disminución del emprendimiento ante la crítica permanente de la Concertación hacia el sector privado.
Puso el acento en la eficiencia que se debe tener al momento de administrar los recursos públicos. Como ejemplo muy claro mencionó el Transantiago donde se han perdido miles de millones de dólares. La enorme deuda hospitalaria y el fracaso de una inmensa inversión en educación.
Señaló con claridad que “la mano ha cambiado” para combatir la delincuencia, especialmente los asaltos y el tráfico de drogas.
Habló de los jubilados y la disminución gradual del 7% de salud para ese importante sector de nuestra población, así como de los deudores habitacionales, soluciones y promesas incumplidas por la anterior administración. Fijó plazos, metas concretas, desplazando la vieja costumbre de hacer anuncios sin compromisos claros que todos en el futuro podemos controlar y exigir en cuanto a su materialización.
Recalcó, en lo antes señalado, que su gobierno tiene la urgencia de cumplir y no dejar todo "en los discursos y palabras, sino en las metas y logros”
Hacer crecer el número de deportistas en el país, duplicar las subvenciones escolares, la sanción a las malas prácticas empresariales, especialmente de aquellas empresas que emplean diferentes Rut para evadir las obligaciones laborales.
De alguna manera, Piñera se esforzó en demostrar que, un gobierno de centro derecha, no es una expresión política de privilegios, por el contrario, de una búsqueda de crecimiento como país y de mayor justicia social.
Finalmente, uno se queda, para medir el efecto del discurso, con lo señalado por el senador del “MAS” Alejandro Navarro: “El discurso de Piñera debió pronunciarlo Bachelet el 21 de mayo de 2009”.