29.1.10

¿Por qué no te callas?

La Concertación, acostumbrada a ganar durante 20 años, aún no sabe cómo se administra una derrota.
La Coalición por el cambio, deberá aprender cómo se trabaja cuando se gana y se carga el peso de gobernar un país.
Lo mejor es callar y ponerse a trabajar aplicando lo que se aprendió, para bien o para mal, el 17 de enero.


Con toda razón el pasado lunes se lamentaba el senador (DC), Mariano Ruiz Esquide, cuando declaraba, “El espectáculo que estamos dando justifica la derrota de la Concertación”, agregaba: “Me preocupa que estemos cometiendo exactamente los mismos errores que tres meses luego que Bachelet ganara. No ha pasado una semana y ya estamos viendo quienes son nuestros liderazgos, quienes hablan y quienes no hablan”.
Mala cosa no saber enfrentar una derrota especialmente cuando la Concertación que gobernó, más para satisfacción de los partidos que de la propia gente, ve que pierde poder.
Algunos, a la semana de la segunda vuelta, ya levantaban el nombre de Carolina Toha y otros piensan en Bachelet 2.0 con cierta nostalgia.
Piñera ha sido juzgado cientos de veces antes de asumir. Nada de política de acuerdos. Lo que pasó, dice desde la concertación, Fulvio Rossi, senador por la gracia del sistema binominal, fue por miedo a Pinochet, no para facilitar el gobierno de Aylwin que lo hizo bien con el apoyo de la coalición oficialista y de los opositores, representados por Piñera, Allamand, Espina y Mathei. En su momento, a Lagos, le ayudaría Longueira después de los escándalos en el MOP.
¿Por qué no se callan? Así, debe decir la mayoría no política de los chilenos. Dejen gobernar. Ya suponen toda clase de delitos, prebendas y uso de privilegios. ¿Lo sospechan porque saben muy bien lo que hicieron y aún lo siguen haciendo, los operadores políticos tan conocidos? Ya presuponen que todo el que gobierne actuará de la misma manera.
La Concertación debería reflexionar, profundamente, donde fallaron. ¿Más que la capacidad importó el protagonismo individual, forjarse una carrera política?
Cuando aún no se gobierna ya se desacredita a quienes asumirán. No habrá acuerdos. Ridículo. Una de las primeras cosas que un buen político debe aprender es a negociar, buscar los puntos de consenso que favorezcan a las mayorías y respeten a las minorías.
¿Solo el miedo produce acuerdos, no la inteligencia y el razonamiento? ¿No son capaces de debatir los grandes temas sin dejarse llevar por dogmatismo ideológicos?
Mejor se callan. No se le puede mentir a un ciudadano cada vez más informado, que se comunica en redes sociales que llegan a todos los rincones.
Hoy somos todos más exigentes con la verdad, incluso, aunque nos incomode.
Se debe aprender que ya no basta la popularidad de la persona singular que gobierna, como presidenta o presidente. La gente juzga a los políticos como un todo, si así no fuera, Piñera no sería, ahora, presidente electo y la Concertación habría recibido el gobierno, como herencia de una Presidenta con el 80% de popularidad.
Lo mejor es esperar que asuman las nuevas autoridades, sin este chaqueteo propio de la envidia más bastarda que asoma, muchas veces, en nuestros genes. Atacamos al exitoso y aplaudimos la mediocridad.
Abrazamos de frente, mientras clavamos puñales por la espalda.
El país ha cambiado, es más exigente.
Seamos razonables. Como está constituido el Congreso Nacional, si no hay acuerdos, mejor nos vamos todos para la casa y ponemos un letrero de norte a sur con la leyenda: “Se arrienda este país por no poder atender”.
Los chilenos no queremos parlamentarios ni sordos, ni mudos, menos tontos.
En cuanto a la forma en que se ha hecho política, el país habló el 17 de enero. Chile espera que está clase privilegiada, la política, oposición y gobierno, debatan, propongan y acuerden, pensando en los 17 millones de chilenos que estamos más unidos de lo que piensan algunos.
La Concertación está viviendo su duelo político, es justo que lo haga, ello no desmerece su obra. Tampoco las virtudes y los defectos o errores de los que, obviamente, no están exentos.
Nadie es inmortal ni perpetuo en política. Los que nos gobernaran hasta marzo ya lo saben, es importante que aquellos que toman el relevo no lo olviden.