7.1.10

El ego en política

Esta ha sido una elección, como nunca, marcada por el ego de los personajes de la farándula y la opinología. Cada candidato procura mostrar adhesiones individuales que, según estiman, pueden atraer votos.
Dado lo señalado, informo que no estoy disponible para adherir a candidatura alguna.


Creo en el viejo sistema de tomar decisiones de acuerdo a mi personal criterio, ante lo cual tengo cuatro opciones votar Piñera, Frei, blanco o nulo.
Los políticos, asesores incluidos, siguen pensando que los electores, que no tenemos militancia o domicilio político, somos influenciables. Y aparecen figuras que se muestran de un lado y otro.
Arrate llama a votar por Frei. El pollo Veliz por Piñera.
Patricio Navia le envía un mail a Piñera anunciando que votará por él y pone algunas condiciones.
Peña, dice que está con el candidato del gobierno.
Tironi, asesor comunicacional de Frei, escribe una críptica columna llamada Piñerismo, donde no queda claro si ya vislumbra el triunfo del candidato opositor y toma colocación, o solamente lanza un volador sin destino.
Un grupo de evangélicos constituyen comando por Frei, representados por un Obispo. Otros evangélicos responden que ello no es posible, porque es tradicional el respeto a elegir libremente. Hay que recordar aquello de “dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Los evangélicos saben separar lo terrenal de lo espiritual, pero igual se atribuyen, la misma soberbia, llamar a seguirles en una dirección determinada.
Los cambios de figuras relevantes, de un lado al otro, causan toda suerte de comentarios.
Si leemos los blog, donde el anonimato esconde al cobarde que no tiene una opinión de cara a quien le lee, se han emitido los peores epítetos contra el escritor Raúl Ampuero, autor de “Mis años verde oliva”, prohibido en Cuba. Lo mismo le ha ocurrido a Jorge Edwards, autor de “Persona non grata”, por señalar su preferencia electoral hacia Piñera. Los dos escritores tienen en común haber votado siempre por la concertación.
En un país que se jacta de su democracia y libertad, no se vacila en descalificar a quien dice, con claridad y argumentos, por quien va a votar ya que corre el riesgo de ser vilipendiado especialmente si se cambia de casa política.
Pero el fichaje de figuras no se detendrá, ya se anuncia que Felipe Camiroaga, que con todo derecho ha declarado su adhesión a Frei, sería presentado oficialmente por el comando del candidato.
¿Todo lo señalado tiene alguna importancia? ¿Nos importa que Tironi alague a Piñera en una columna en el diario El Mercurio, siendo asesor comunicacional del candidato oficialista?
La política se ha puesto tan compleja que lo mejor es votar en solitario, sin influencias, con cuatro opciones a la vista, “Piñera, Frei, nulo y blanco”. Como lo hagan los demás no tiene importancia ni significado. Es nuestra conciencia la que manda.
La Presidenta Bachelet, con todos sus llamados a votar por el candidato del Gobierno, fracasó estruendosamente. Hipotecó su 80 % de popularidad y recibió, exactamente, el mismo 29% de Frei.
Lo mismo ocurriría con Marco Enríquez y su bullado 20%. No son de su propiedad. No son votos esclavos y personas que han perdido la capacidad intelectual de pensar.
Cada cual decide si quiere mejorar la ventilación y remueve el aire político que respiramos.
Usted decide si está aburrido de ver el mismo paisaje o gira su cuerpo para observar algo distinto, es cosa de expectativas.
Las figuras accesorias, que salen a la palestra para adornar el escenario electoral vigente, quieren una parte de la torta publicitaria que rodea a la decaída política chilena.
Muchos buscan figuración, una cuña de radio, fotografía en la prensa o la toma de TV.
Importa, parece, que el rito democrático se cumpla de acuerdo a los cánones establecidos, candidatos rodeados de adherentes, carteles y palomas.
El día después, el que pierda estará solitario. Las figuras rutilantes habrán desaparecido, cada cual con alguna explicación. No estarán los “numerosos adherentes”, tampoco las palomas, a lo más algunos jotes que planearan aprovechando las térmicas que ha dejado la lucha electoral, para precipitarse sobre los despojos del perdedor.
Solo les puedo asegurar que muchas cosas cambiaran cuando amanezca el 18 de Enero. Los egos quedaran escondidos y todos aprenderemos a ser más humildes.