15.8.09

Semana de encuestas

Con muchos medios a su disposición, tradicionales y electrónicos, además de gran cantidad de redes sociales de comunicación, las encuestas en época política adquieren una gran importancia. Las campañas se comienzan a perfilar en rumbos ganadores o perdedores según lo que dicen las encuestas.

Esta semana que termina hemos conocido cuatro encuestas de diferentes empresas. Muchos las interpretan dependiendo quien es su dueño o la organización que las realiza. Casi unánimemente entre las más prestigiada se encuentra la encuesta CEP que luego verá la luz pública en una segunda muestra. Otras también apreciadas son la encuesta CERC y Adimark, que han ganado cierto prestigio y credibilidad.
Sin embargo, aunque queda mucha campaña por delante, puntos más o puntos menos existe una apreciación ciudadana que la carrera presidencial traerá sorpresas.
Todas las muestras señalan como ganador en primera y segunda vuelta al candidato de la oposición. No está estancado y aparece con una percepción triunfante de los encuestados.
La campaña Frei, a mi juicio, en sus orígenes muy bien estructurada, golpeó fuertemente en los primeros meses mostrando una imagen de cambio y apertura de nuevos temas, renovación de cuadros dirigentes, donde su figura emblemática fue Sebastián Bowen. De figura relevante, invitado a foros y entrevistas, su nombre y su imagen se ha ido desperfilando luego del episodio descalificatorio hacia la esposa de Marco Enríquez Ominami.
La Concertación potente, ganadora desde el inicio en el pasado, se ha desperfilado completamente en una lucha odiosa por los espacios de poder parlamentario y programático.
Pese a todo lo que se diga, hay fuertes sectores concertacionistas que no están trabajando por Frei. No me refiero a los que se fueron. No escribo sobre el antiguo y frondoso árbol que puso a Chile, qué duda cabe, en el camino del desarrollo y en el enlace económico mundial. Es esta otra concertación que al desgajarse sus ramas, no es capaz de poner en la mesa electoral un candidato oficial unitario, cuando cuatro corren por fuera y se llevan con ellos un trozo, más o menos importante, de sus adherentes electorales tradicionales.
Por primera vez, desde 1990, el candidato opositor, en todas las encuestas gana en primera y segunda vuelta.
Por primera vez da la impresión que la lucha del oficialismo no es ganar en primera vuelta, es tratar de pasar a segunda vuelta. Da la impresión que dan por descontado a Piñera primero en Diciembre. Su amenaza ya no es Piñera en esa pasada, es claramente Marco Enríquez Ominami.
Pese a todo Frei hace un genuino esfuerzo por satisfacer los diversos temas “progresistas”, algunos de los cuales da la impresión no forman parte de su manera de ver las cosas. No le están dejando la libertad para que trabaje cómodo y es evidente el desgaste político que sufre mediando en las peleas internas del oficialismo.
Hay dos fotos indicativas de divisiones muy profundas. Una cuando se le proclama como candidato y la más reciente al juntarse para celebrar el cierre de la plantilla, y los radicales reciben, ahora, los insultos de la diputada Saa.
Las dos fotos de familia, salieron borrosas y eso no escapa a la visión ciudadana.
Las encuestas no solo muestran la foto del momento, cumplen un objetivo no buscado, van formando conciencia ganadora y perdedora. El electorado independiente comienza a alinearse de acuerdo a las tendencias que observa y esas tendencias se afinan mientras menos meses resten para la verdadera encuesta, la que se expresa en la boleta electoral.
Esta ha sido una de las campañas más sucias de las últimas décadas solo superada por la del plebiscito. Todos los trapitos que se ha podido salen al sol frente a los chilenos que, en su gran mayoría, preferirían proposiciones, debates civilizados y no descalificaciones de uno y otro lado.
El tema presidencial está profundamente ligado con la lucha por la influencia política de los partidos. Queda la impresión que les preocupa el tema principal, ganar el gobierno pero, casi en el mismo plano, sacar la mayor cantidad de parlamentarios posibles. No importa si en el fragor de esa batalla se pierde el objetivo principal.