26.6.09

Los crudos diagnósticos

Nunca una campaña presidencial y parlamentaria se había presentado en condiciones tan complejas como la actual. Una Concertación desgastada y sin ideas fuerza que le permita mostrar una cara unitaria y una Alianza que pierde con el paso de los meses el capital acumulado.

Las dos grandes coaliciones, oficialismo y oposición, están en crisis. La política en general está en crisis. Parece llegar a su fin la época en que la disciplina partidaria y la unidad de propósitos marcaban un sello característico.
Hoy resulta más redituable, políticamente, ir por fuera que como candidato oficial de un partido político. La rebelión contra las decisiones cupulares está en su apogeo. La militancia en general siente que son utilizados por líderes más poderosos, que desde el centralismo de la capital pasan por alto los acuerdos regionales.
Un peso no menos importante lo representa el claro rechazo de la ciudadanía a una verdadera clase social, que tiene privilegios y garantías que, gente como la señora Juanita, saben están excluidas.
La mala prensa que obtienen los políticos oculta el trabajo eficiente que, probablemente, muchos de ellos realizan. No es mala voluntad de los medios de comunicación. Parlamentarios y dirigentes partidarios no se esfuerzan por mejorar su imagen. Las discusiones y descalificaciones, entre ellos y para ellos, no interesa a los chilenos.
Los candidatos a todo dicen que sí. Están de acuerdo con la distribución gratuita de la píldora del día después y posteriormente, por lo menos uno lo dijo en la semana, también de acuerdo con la Conferencia Episcopal que se opone.
¿Existe seriedad en lo que se ofrece o es que las campañas son parte de un “reality” de como engañar, más convincentemente, a la gente?
Nuestros candidatos presidenciales, nos sorprenden saludando en mapudungun, plantan canelos y buscan los votos entre las etnias originarias. Frei uno de los candidatos participantes en las ceremonias del año nuevo araucano recalcó “no vamos a ser el gobierno del 94. Sus palabras respondieron, de alguna manera a las críticas que recibió su gobierno en materias indígenas. Según José Aylwin, hijo de Patricio Aylwin, co-director del Observatorio ciudadano, “el gobierno de Frei estuvo marcado por la contradicción y la tensión en materia de políticas indígenas”
Ha entrado la fiebre por incorporar gente joven a los comandos. Quien marcó la pauta y tiene el merito de ser original en esa materia, es Eduardo Frei. Ahora todos a buscar gente menor de 35 para amalgamar los comandos. Sin embargo no basta con tener gente joven, que ya es un avance, hay que reclutar ideas nuevas.
Marco Enríquez Ominami ha lanzado varias que los viejos políticos han atacado de inmediato. “Privaticemos el 5% del cobre. Que inviertan allí la AFP que tienen el capital de retiro de la mayoría de los chilenos”. Propuesta original, razonable y absolutamente innovadora. La clase política gobernante se indigna y clama a voz en cuello “quiere privatizar el cobre” ignorando a sabiendas que el 95% seguirá en manos del Estado y el 5% ayudará financiar el desarrollo de esa minería estatal y devolverá utilidades a los millones de chilenos que tienen sus fondos en la AFP. “Quiere privatizar el cobre”, gritan los políticos que colocan a sus elegidos en los mejores puestos con grandes sueldos, curiosamente militantes de un mismo partido.
Faltan ideas nuevas y sobran rostros políticos, desgastados de cuerpo y mente.
La campaña sigue, las promesas abundan, candidatos por dentro y candidatos por fuera. Casi como para escribir una cueca. Y nosotros, los chilenos, solo observamos esta feria de las vanidades electorales. La pelea desatada por los cupos. ¿Es espíritu de servicio público? o simple ambición de poder y figuración.
Ya nuestras calles, plazas, campos y caminos, se llenaran de palomas en primavera. Palomas con caras de hombres y de mujeres que probablemente anticipen su migración ahora en invierno porque la causa y las encuestas apuran.
Muchas emprenderán el vuelo en Diciembre, algunas para su casa, otras al Congreso.
Y en enero, luego de un segundo vuelo, solo una entrará con sus promesas y en medio de un vocinglero acompañamiento, a palacio,
El resto, volveremos para seguir haciendo lo que mejor sabemos, trabajar.