31.1.09

Espejitos y collares

Espejitos y collares
Nadie puede asegurarlo históricamente. Narraciones y mitos nos hablan que los primeros exploradores, aquellos que iban en busca de riquezas a lugares desconocidos, conquistaban y adquirían tierras y metales preciosos a los nativos, cambiándolas por espejitos y collares de ínfimo valor.
Uno de los auditores de mi programa de radio, me hizo esa observación para referirse a las compensaciones que se nos ofrece a los serenenses a cambio de no pelear por nuestro aeropuerto.
Uno no puede adjudicar a esa propuesta una mala intención pero cuando escuché es símil, no pude menos que sentirme como un nativo del pasado, asombrado por los grandes veleros, las relucientes corazas y los caballos que muchos, en su ignorancia, asimilaban a figuras mitológicas o dioses.
Se dice que en “compensación” por la pérdida del aeródromo se ejecutarían obras públicas, entre ellas mejorar el cruce de la ruta 5 que divide la ciudad con el entorno de sus playas, especialmente la avenida del mar. Incluso se nos ofrece en “compensación” hacer los arreglos que por tantos años espera el antiguo “Puente Fiscal”. No todo queda allí se nos promete una doble vía entre La Serena y Vallenar.
Las señaladas son obras públicas ya comprometidas hace años. La comuna de La Serena tiene los mismos derechos que, con justicia, obtuvo Coquimbo que cuenta con un expedito paso carretero por su ciudad. No se engañe la gente.
La política se ha transformado en “espejitos y collares”. Pregunten a los chilotes, cuantas “compensaciones” ofrecidas a destajo el 2007 se han ejecutado en su totalidad. El cambio de un puente, obra extraordinaria planteada en el gobierno del Presidente Lagos, que unía la isla con el continente, quedó solo en un sueño. Las obras prometidas a cambio se siguen ejecutando a paso de tortuga.
No hagamos de la lucha de los aeropuertos una cosa política, discutámosla en el terreno de lo práctico. Ya dos tempranos candidatos, uno de R.N. y otro de la UDI nos han notificado de su posición. ¿Existe en ellos un interés real o solo el egoísta propósito de obtener un voto fácil, tomando en consideración que el distrito por el que postularán, Dios nos libre, contará con un autocalificado “Aeropuerto internacional”?
Si quieren hacer un aeropuerto en Tongoy bien por una comunidad que esperemos, como se les ha prometido, se convertirá en comuna en un plazo relativamente breve, siempre y cuando no sean espejitos y collares.
Nuevamente repetimos la pregunta de la semana pasada en esta misma columna, ¿cuál es el flujo de pasajeros y carga estimado? ¿Cuántos vuelos internacionales se espera para que a quien tome la concesión convenga construir esa instalación? ¿Cuánto dinero se utilizará en subsidiar el negocio que ejecutará una empresa privada? ¿Quiénes son los que venden y cuanto se pagará por la superficie a utilizar?
¿En cuanto se venderá el terreno de La Serena cuyo destino, qué duda cabe, será para negocio inmobiliario?
¿Es consecuente que un terreno de uso público sea destinado al enriquecimiento de unos cuantos privados?
¿De dónde viene tanta presión y tanto interés?
Después del episodio de los 25 Mirage, donde hay mucho légamo que remover, es legítimo preguntarse quienes y qué ganan los que tanto luchan por cerrar La Florida. No se trata solo de un golpe artero a la ciudad, lo es también a la aviación civil que tantos y tan distinguidos servicios ha prestado a la Región desde hace casi 80 años.
En definitiva es el momento, antes que sea tarde, que la ciudadana se pronuncie y tome posiciones. Un día, como ocurrió con Cerrillos, llegaran las topadoras y arrasaran con la pista y con ella barrerán con el progreso que “La Florida” ha significado.
Sepultaran en la tierra removida, la historia del primer vuelo a la Isla de Pascua del Manutara y con el, las viejas historias de tantos pilotos, que en medio de tormentas y desastres naturales trasladaron por décadas, en su frágiles aviones, a personas aisladas, enfermas o heridas.
Mucho me han recomendado que no me meta en este tema, pero lo hago, no con el objetivo de no instalar un aeropuerto en Tongoy, al contrario, bien por ello, pero no cierren La Serena. El mercado decidirá cuál es más conveniente.
La pregunta es ¿Cuándo se pronunciarán los legítimos representantes de la comuna de manera corporativa? Las autoridades regionales ya tomaron su decisión, legítima, como también es legítima la posición de quienes nos negamos a ser comprados con espejitos y collares.