9.8.08

Lo que queda del año


Solo queda un poco más de cuatro meses para que termine el año. No terminará como los anteriores, lo hará en medio de las mayores especulaciones que desatará, para los futuros eventos electorales, parlamentarios y presidenciales, los resultados de la elección Municipal. ¿Cuán desgastada está la política tradicional? ¿Podrá obtener la Concertación un quinto gobierno? Lo que viene está por escribirse.
Ningún decreto puede parar lo inevitable. La campaña municipal ya está con nosotros, mostrando una cara de la política que se ha instalado, en nombre de la democracia, con todas las debilidades de partidos políticos, aparentemente agotados y sin muchas propuestas.
El desorden es total si comparamos con el año 2004 donde, para la Concertación, todo parecía miel sobre hojuelas. En esa época la Alianza se aprontaba para bajar su votación, fruto de una mala convivencia política, marcada por constantes desencuentros entre sus líderes. Hoy el panorama es diferente.
Las encuestas muestran que ambas coaliciones políticas casi empatan en materia de desencanto de los electores. Como se dice en el tenis errores forzados y otros no tanto, han permitido que un 52 % de los chilenos no coticen las simpatías por quienes nos gobiernan y aquellos que se oponen a los que nos gobiernan.
Ya se esbozan algunos arrepentimientos como los expresados por el diputado (DC) Patricio Walker, “El Pacto con el PC fue un error, es cierto que no es un pacto político, es cierto que es un pacto por omisión, pero la gente no entiende mucho esto de la diferencia entre un pacto político y uno electoral”. “el fundamento es errado, porque se dice hay exclusión y hoy el Partido Comunista no está en el parlamento, entonces, hagamos un pacto por omisión para que entren”.
En la democracia cristiana se percibe que, sus fieles adherentes, no están contentos con esta “izquierdización” de un partido que por décadas representó a la clase media.
En el socialismo las cosas no están tranquilas, a los apoyos del senador Navarro a candidatos que corren por fuera, en contra de los candidatos oficiales, que les ha traído serios problemas con sus socios de la coalición gobernante, se agregan las listas separadas en municipales y los rumores de persistir en el error para las parlamentarias. El tema fue tratado en una reunión privada que sostuvo con el PPD y el PS, el ex presidente Ricardo Lagos, la única figura que podrían levantar ante Sebastián Piñera y salvar la posibilidad de un 5º gobierno, donde se conversó del error que esa posición significaba con una secuela de pérdida de varias alcaldías.
Toda la clase política sabe que en las “municipales”, se juega el destino futuro no solo de los partidos individualmente, que da derecho, del más fuerte, a levantar una candidatura presidencial unitaria, además, se perfilaran los alineamientos para las votaciones futuras.
Se sabe que el electorado chileno basa mucho su favoritismo en las expectativas. Si los resultados demuestra un crecimiento de la oposición, la marea de votos para ese sector podría ser incontenible en el futuro, por el contrario, si la Concertación mantiene una posición parecida al 2004, podría aspirar a recomponer su fuerzas y ordenarlas, pese a sus numerosas deserciones parlamentarias.
Hay en juego muchas lealtades y deslealtades, arrepentimientos varios, estrategias equivocadas y mea culpa. Ya la flecha ha salido del arco político, nada puede detenerla y menos cambiar su dirección. Hay una mayoría silenciosa que observa y juzga ¿cuál será su veredicto?
Un análisis, sereno y objetivo, hace pensar que solo un milagro electoral podría mantener a la concertación en una condición mayoritaria. Demasiadas deserciones y el reto de muchos descolgados, hacen que la política no tenga santos capaces de tales milagros. ¿Será la hora de preparar las maletas?
La oposición que solo es crítica, sin ofrecer ideas concretas y renovadoras, tampoco puede cantar victoria. Una UDI herida en el flanco de algunas de sus municipalidades, ha tenido algunas voces llamando a votar por candidatos del oficialismo. Toda una torre de Babel ideológica.
Esto es lo que queda del año