3.3.07

En busca de la energía perdida


El debate se ha iniciado y en buena hora que así sea. ¿Cómo solucionamos la creciente necesidad de un país para contar con la energía que el desarrollo necesita?

Es un error creer, error que los políticos siempre alientan, que un país se desarrolla dependiendo solo de lo que un gobierno haga bien o mal. Sabido es que pueden elucubrarse las leyes más inteligentes, adoptarse las medidas más oportunas y contar con las riquezas naturales e industriales más poderosas pero, siempre se requerirá energía, ya sea en la forma de combustibles fósiles, atómicos, o naturales.

Chile, en general, luce una economía moderna y sana, pese a todos los cuestionamientos que se cruzan entre gobierno y oposición. Pero hay algo que hemos hecho muy mal, no preocuparnos de las fuentes energéticas que deben mover, la industria, la agricultura, la minería e incluso, el día a día de cada ciudadano.

El presidente del PPD, Sergio Bitar, ha puesto el dedo en la llaga y ha planteado un tema que para algunos, sin conocerlo y menos entenderlo a fondo, debe debatirse sin temores y con la mente abierta. Uso de la energía nuclear. De solo mencionar el tema hay gente que se siente impelida a no discutirlo.

Independiente de lo que cada cual piense, debemos dejar de lado esa suerte de “fundamentalismo” de rechazar que en el debate ciudadano se traten todos los temas. El uso de la energía atómica para mover centrales termonucleares debe ser analizado como una alternativa más, así como el aprovechamiento de otros recursos energéticos naturales.

¿Puede Chile convivir con el uso del material atómico y sus desechos? Por lo menos estudiémoslo. Si caemos en la discusión bizantina que si es bueno o malo y nos enredamos en una perdida de tiempo, que el país no puede afrontar, de pronto nos vamos a encontrar que no podemos seguir creciendo al ritmo esperado y no habrá ley que pueda solucionar ese problema.

Necesitamos una energía que cumpla varios requisitos, segura, en constante crecimiento, disponible a lo largo y ancho de la patria, y que sea económica y acorde con las estrategias productivas del país.

El tema está atrasado. Chile necesita miles de Mega Watts para la próxima década y no tenemos claro donde los conseguiremos.

Nuestra negociación con Argentina no lleva a ninguna parte. Nunca Argentina fue exportadora de gas natural. Creímos el cuento, que duró muy poco, que allí estaba la solución hasta darnos cuenta que no teníamos otras cartas que jugar, salvo aceptar el chantaje de Bolivia de gas por territorio.

En cuanto al consumo, históricamente las tasas de crecimiento de la demanda de energía eléctrica han superado a las tasas de crecimiento del PGB. Sin embargo, la tendencia, observada en los países más desarrollados, debe apuntar hacia un uso eficiente y racional de la energía. ¿Eso nos da espacio para encontrar formulas rápidas, alternativas y no contaminantes? Tenemos que verlo, pero ahora.

En algunos países europeos, que están en la búsqueda de reemplazar sus plantas nucleares o no construir nuevas La generación de energía eléctrica, a partir del viento, ha crecido el 40%, y a partir del sol, el 35% en los últimos años.

Lo que podemos hacer, entre tanto, es aprender a no consumir tanta energía y reservarla para las actividades productivas. Probablemente hoy derrochamos algo que, no solo pagamos en la cuenta mensual, lo restamos al crecimiento del país. Televisores encendidos que nadie ve, luces alumbrando recintos por los cuales nadie transita, o con nuestros equipos, tocando canciones que nadie escucha, etc.

En definitiva es un tema que se tiene que abordar en toda su crudeza. En nuestra Región ya existen estudios para el empleo de la energía Eólica. Hay pasos que se están dando frente a un problema que es más trascendente que el transantiago, y las luchas mediáticas de los políticos y, por lo menos, esa es una señal alentadora.