29.7.06

El valor de las encuestas


Una nueva encuesta dada a conocer la semana pasada pone en discusión, cuál es el valor que ellas tienen y de que manera, aunque provienen, los resultados, de la opinión pública, influyen en esa misma opinión pública creando algunas percepciones duras, vale decir que, pese a las circunstancias se mantienen en el tiempo.

Se dice que las encuestas son fotos del momento apreciación más que razonable, curiosamente sin embargo, estas fotos van quedando grabadas en la conciencia de las personas y tenuemente forman un tejido de opinión social que va sustentando ideas más fijas y permanentes.

El flash de esta foto probablemente sea influenciado, en su luminosidad, por situaciones pasajeras de alto impacto como fue la huelga estudiantil, sin embargo, atribuirle a un solo hecho los resultados que muestra puede ser un gran equívoco a la hora de evaluar lo que viene.

Los gobiernos siempre afirman, cuando las cosas no se les marcan bien en este tipo de mediciones, que no gobiernan guiándose por las encuestas, lo que parece lógico, pero igual las estudian, analizan y revisan el comportamiento general para determinar que hay que mejorar.

Pero si observamos, objetivamente, los resultados de la última medición CEP veremos que la agenda política no siempre interpreta correctamente a la opinión pública.

En la pregunta ¿Cuáles son los tres problemas a los que debería dedicar mayor esfuerzo en solucionar el gobierno? Las tres principales preocupaciones ciudadanas captadas entre junio y julio son, en el mismo orden: Seguridad ciudadana, que aumenta en cuanto a interés sobre lo medido el año anterior en octubre y diciembre; Salud, que mantiene igual interés que en 2005; Educación, que aumenta en relación a la medición del año pasado, por razones más que obvias.

Aunque claramente la delincuencia, este año, ha tomado mayor prioridad, debe recordarse que la clase política le restaba importancia, al señalar que las cifras estaban descendiendo y, especialmente, cuando se aprobaron leyes en extremo protectoras de las garantías individuales, que fueron muy bien aprovechadas por los delincuentes, sus defensores con la complicidad, no voluntaria, de fiscales y jueces demasiados permisivos, creando la famosa puerta giratoria, termino acuñado por la oposición y que hoy es un concepto ampliamente aceptado por todos los sectores.

Muchas veces la foto que le sacan a la ciudadanía en esta postal de la opinión pública, contrasta que la de aquellos políticos que ocupan parte importante de su tiempo debatiendo sobre reformas políticas, como el sistema bi nominal o derechos humanos, que para los chilenos ocupan, en ambos casos, 3 %. No decimos que no sean temas importantes, pero tienen una prioridad diferente a la delincuencia, salud y educación.

Que la figura del Presidente Ricardo Lagos tenga una valorización de 71 % comparado con el 46 % de la actual mandataria no permite hacer ninguna comparación válida. Distinto es medir lo que un ex gobernante representa como un recuerdo, que estar enfrentado al conflicto del día a día. De manera especial se debe señalar que los problemas de alto impacto como la educación y la vivienda son heredados de la administración Lagos. La movilización estudiantil se produce, a dos meses de gobierno de Michelle Bachelet, sobre situaciones que se arrastran de muchos años. Las culpas presentes se radican en manejar muy mal el conflicto.

Las calificaciones como “sensación térmica”, para referirse a la seguridad ciudadana, son castigadas por una opinión pública que pone el tema en el primer lugar de sus preocupaciones.

Las encuestas, como en este caso, no solo han mostrado las carencias del gobierno, también de una oposición falta de ideas constructivas, de caminos alternativos que demuestren la posibilidad de ser gobierno en el futuro.

Finalmente toda la clase política debería entender las prioridades ciudadanas e interpretarlas correctamente.

22.7.06

No por mucho madrugar amanece más temprano.


La peor oposición al gobierno de la concertación, es la propia concertación.
Parece que los políticos han perdido el foco hacia el cual tienen que apuntar sus acciones y críticas.

Ni el oficialismo, ni la oposición, muestran algún grado de consenso interno que envíe, a los ciudadanos de a pie, una señal que se están preocupando de los problemas reales que le gente siente como propios.

Una parte significativa del desorden que pareciera existir nace, a mi juicio, de las urgencias y premuras que el propio gobierno se fijó al señalar las primeras tareas. Cien días y 36 medidas crearon expectativas, en la opinión pública, superiores al cumplimiento de las mismas. Para unos se cumplió la promesa para otros no.

El sentido de urgencia marcado por la propia gobernante, con la mejores intenciones, ante un gobierno de cuatro años a impuesto una presión sobre ministros, subsecretarios, Intendentes, directores de servicios, y los propios partidos de la concertación que les obliga a auto imponerse obligaciones y responsabilidades que siempre requieren más tiempo y en mucho casos largas negociaciones.

Al no poder alcanzar con agilidad las metas de corto plazo, auto impuestas, nacen las críticas, desconfianzas, e insatisfacciones que hoy tienen enfrentados, en una suerte de guerra fría, al Partido Socialista y a la Democracia Cristiana.

En una entrevista al diario de gobierno “La Nación”, el senador Jorge Pizarro señala, al referirse a los dichos del Senador Camilo Escalona presidente del PS relativos a la salida del gabinete de Andrés Zaldívar “.el juicio político que emitió el presidente del PS es inaceptable, porque él mejor que nadie sabe que los errores son compartidos, que las descoordinaciones existen, que las indefiniciones en los papeles de cada cual también existen, que hubo poco espacio para el desarrollo de una jefatura de gabinete por parte de Andrés en términos más activos y más amplios, y también hemos tenido problemas de definición de contenidos y mucha indisciplina a nivel de los partidos y de los parlamentarios. Hacer como los cojos, echándole la culpa al empedrado, a mí no me parece”

El tema no es menor porque se cree que más ministros debieron ser reemplazados.

El gobierno juró en marzo, pero su propia base política le está exigiendo más de lo que normalmente otros han hecho en el mismo período. ¿No será mucho el apuro?, o ya la clases política están perfilándose para la próxima competencia electoral.

En nuestra Región también la pugna entre el socialismo y la DC, aplica presión y críticas a la gestión del Intendente Cifuentes, sin reconocer que ha manejado bien la estrategia regional de desarrollo, especialmente cuando la unanimidad del Core, aprueba los proyectos y planes de inversión. No hay polémicas tras un estudio serio y un accionar maduro de los integrantes del Gobierno Regional y del propio Intendente Cifuentes. Sin embargo igual recibe ataques desde la propia concertación.

Esta suerte de carrera corta, entre un gobierno de cuatro años y uno de seis, está siendo injusta para la presidencia de Michelle Bachelet. Son demasiados apuros y exigencias que no dejan visualizar con oportunidad cuales son las prioridades.

El gobierno ha debido heredar errores de la anterior administración, enmendarlos y fijar plazos prudentes para hacer las correcciones, como el transantiago, los programas de viviendas, Obras Públicas, la crisis educacional.

Esta revisión y las consecuencias del paro estudiantil, más las inundaciones de este último mes en el sur, aplican una presión mayor que, da la sensación, unidas a las críticas del propio oficialismo, que el país no marcha a la velocidad correcta.

En la oposición las cosas no están mejor. Aún no se pone a la altura de las circunstancias. Lavín con sus declaraciones más apuntadas a lo real, de alguna manera se desmarca de su propio partido. La posibilidad de un tercer referente sigue siendo una alternativa válida si se quiere cumplir un rol político serio y de propuestas, y no limitarse a la crítica liviana que abunda en boca de la alianza.

En definitiva se aplicó el acelerador a fondo, pero el motor no estaba preparado para responder, y en los “pits” de la política, mecánicos y preparadores se desesperan.

15.7.06

Cuando el río suena...


Cuando el río suena, es que piedras trae. Así dice uno de los refranes más populares que aprendemos todos a temprana edad. Es como decir que cada hecho tiene una consecuencia, que emite señales tempranas que, luego de un tiempo, se transforman en un curso de acción determinado.

Las trágicas y lamentables consecuencias de los últimos temporales, de las cuales nadie puede culpar al gobierno, parecieron apresurar la toma de decisiones en la Presidenta Bachelet para hacer los cambios que desde el mes de mayo se comenzaron a vaticinar.

Interior, educación y economía tienen ahora, luego de solo 125 días de gobierno, otros nombres con un perfil diferente pero con un rango de experiencia directa en los asuntos de gobierno, como ocurre en los casos de Belisario Velasco, Yasna Provoste y Alejandro Ferreiro.

El ex ministro Zilic de educación era algo seguro que, más temprano que tarde, debería dejar la cartera, luego de la huelga estudiantil que se manejó solo en base a improvisaciones y fuertes golpes de timón siempre a último minuto.

Al ex ministro del interior, político del cual nadie puede poner en duda su notable preparación y sabiduría le ha quedado, probablemente, un sabor amargo con este cambio.

Algunos en el gobierno señalan que le faltó liderazgo en la conducción del gabinete, otros dicen que no lo pudo ejercer por un control demasiado directo de la propia presidenta.

El tema de si los ministros cuentan con la suficiente autonomía o no, se ha instalado hace un tiempo en los análisis políticos y, probablemente, en el curso de la semana que se inicia se debatirá más intensamente a nivel de los partidos que integran la coalición gobernante.

La ex ministra Antonijevic deja el cargo, en una cartera que no adquirió protagonismo y, más bien, pasó sin pena ni gloria. No cabe duda que el ministro Ferreiro, impulsor de varias iniciativas en los cargos que ocupara como Superintendente de Isapres, de AFP y de Valores y Seguros, le dará un carácter distinto al ministerio y entrará en los temas duros, que la ex ministra no abordó.

Belisario Velasco posee el capital de experiencia necesario al participar, anteriormente, en los gobiernos del Presidente Aylwin y Frei. En el primero le tocó abordar los ejercicios de enlace, boinazos y otros momentos tensos en las relaciones con el ejército, así como enfrentar a incipientes organizaciones terroristas que surgieron luego del retorno a la democracia.

Es probable que la opinión pública, que esperaba los cambios en el gabinete, resultara sorprendida por un anuncio que venía inmediatamente después de los temporales. Bueno o malo hacerlo en la misma semana en que la Presidenta Bachelet fue enfrentada por un grupo de ciudadanos en Chiguayante, solo el tiempo lo dirá, pero obviamente no tiene ningún significado mayor.

Yasna Provoste ex integrante del gabinete del Presidente Lagos, asume la cartera de educación, probablemente la menos deseada por los políticos. Pero ella viene de un estilo de conducción muy diferente y más ejecutivo. Probablemente su línea de acción esté más cerca de lo que avanzó el ex Ministro Bitar, a mi juicio un excelente ministro cuyo trabajo se entrabó por la falta de apoyo político, ante iniciativas que eran muy innovadoras.

Este cambio en las figuras ministeriales tiene, necesariamente, que ir acompañado de alguna reflexion en cuanto a la conducción de los ministerios, con mayor libertad de acción para los secretarios de estado, que sean proposititos, alertas a prever los cambios en el entorno.

Trabajar con cartas de navegación demasiado rígidas, sin las articulaciones que el día a día necesita, pasa por decisiones mayores de la presidenta.

Los próximos días decantaran lo que se movió tras estos cambios, incluyendo reacciones de los partidos políticos, que siempre son involucrados por los equilibrios partidarios que se busca existan en el gabinete.

Un vez más el ruido del río político traía piedras de cambio.

La Justicia es ciega, la política a veces también.


La figura de la justicia siempre se representa como una mujer, con la vista vendada y una balanza sostenida por uno de sus brazos. Con ello se quiere señalar, aunque no siempre es así, la imparcialidad y el peso de las pruebas, que inclinarán el fallo a favor de la verdad.

Pero la experiencia ha demostrado que ello no pasa de ser una figura simbólica. Muchas veces esa ceguera, para no ver privilegios o hacer excepciones, se vulnera, ya que del otro lado se encuentran quienes hacen, o proponen, las leyes que muchas veces, remedando a la dama de la justicia, también se colocan una venda en los ojos a la hora de legislar y apreciar el entorno en su respectivo contexto.

Iniciada la década de los 90 y reintegrado a la vida nacional el sistema democrático tradicional, luego de un gobierno autoritario, pesó en la conciencia de los gobernantes y de los legisladores, con justa razón, una preocupación mayor por los derechos de las personas. Sin embargo en la búsqueda, no dudamos que bien intencionada, se exageró en las garantías personales que terminaron favoreciendo a la delincuencia. Esta no tardó mucho en darse cuenta de todas las facilidades, a las cuales podían recurrir, para zafarse rápidamente de las manos de una justicia que, ahora, no solo era ciega si no que además caminaba a tientas del criterio particular de cada magistrado.

Y se desató la polémica. Los políticos por un lado culpando a los jueces. Los magistrados señalando que ellos no hacen las leyes y que se atienen a sus disposiciones. La polémica lleva poco más de un año, entre tanto los delincuentes roban en casa y calles y aunque sus andanzas sean grabadas en las cámaras de vigilancia, no siempre se aceptan como medio de prueba para condenarles.

Hace no más de 72 horas un asaltante fue puesto en libertad en la mañana, por no tener registro de condenas anteriores y por la tarde asaltó una casa, hiriendo a un carabinero. Posteriormente se demostró que tenía antecedentes que, por algún motivo, no se encontraban debidamente registrados. Hay un sumario contra un fiscal por esta razón.

Los periodistas somos los que más presión hemos puesto en este tema.

Han salido ha relucir toda clase de estadísticas para demostrar que la “victimización” ha disminuido. La respuesta la dan los propios delincuentes. En las últimas dos semanas, le robaron al Presidente de la Corte Suprema, a la presidenta del PDC, asaltaron un centro de pago, con toma de rehenes, a pocas cuadras del palacio de gobierno y siguieron todos estos días en la misma tarea, incluyendo otra estadística que señala que en Chile se roba un vehículo cada hora.

La política y sus representantes en el Gobierno y el Parlamento se han dado cuenta que hay un clamor ciudadano, una percepción, que no se puede seguir ignorando y rápidamente se han puesto todos muy creativos, en buena hora que así sea.

A veces la política está tan ciega que se niega a ver situaciones que para la gente, resultan verdades que les afectan directamente. La más importantes que, los electores saben separar el grano de la paja. Distinguen a los buenos parlamentarios, aquellos que plantean soluciones por sobre ideas partidarias o polémicas personales. Son los que tienen la sensibilidad suficiente para sentir y empatizar con el habitante urbano o rural de este país.

La delincuencia es un tema de todos, donde no hay que buscar responsables, hay que reformar las leyes que la propia política, en su momento, dictó. Eso es la simple rectificación que una sociedad política inteligente debe hacer.

Más trabajo en el país, y menos viajes al exterior. Quince misiones de diputados han viajado al extranjero, con un total de 32 parlamentarios, el presente año. En doce de estos viajes, la corporación costeó el pasaje aéreo y entregó un viático a los diputados.

En las otras tres, invitaciones oficiales, el pasaje lo pagó quien invitaba, pero el viático la cámara. Los 176 días de viáticos pagados a la fecha, ascienden a 52.234 dólares.

La justicia es ciega, la política no tiene porque serlo.

1.7.06

Una concertación desconcertada, y una oposición dividida


La última semana nos ha dejado desconcertados frente al escenario político, donde todos discrepan y parece alejado el espíritu de dialogo.

Luego de su periplo político deportivo, Sebastián Piñera, supuesto líder de la oposición, hace unas declaraciones, del todo lógicas, llamando a una mesa de conversación con el gobierno para analizar las reformas que se pueden introducir al actual sistema electoral, como una manera que este permita elecciones que sean más representativas, especialmente de aquellas minorías que hoy no pueden acceder al parlamento.

Piñera ha sido consecuente con sus promesas de campaña que se radicaron en revisar el actual sistema electoral binominal. Hecho el anuncio, en conferencia de prensa, rápidamente el gobierno le dio un portazo con intervenciones del vocero oficial Ricardo Lagos y del Ministro del Interior Andrés Zaldívar.

Algunas voces surgieron, también en contra de la posición de Piñera desde RN. y de la UDI, estas últimas con mayor fuerza y con cierto dejo de ironía, especialmente de la Vicepresidente la senadora Evelyn Matthei.

Las reacciones no tardaron. Los presidentes de partidos de la concertación discreparon de la actitud del gobierno que los descolocó absolutamente, luego que anunciaran una invitación para este lunes a los directivos de RN para conocer su posición frente al sistema binominal.

Los presidentes del PPD, PRSD, PS y DC, no estuvieron de acuerdo con el portazo del gobierno, y no dejan de tener la razón ya que ante la opinión pública, una vez más, se muestra una absoluta falta de coordinación entre el palacio de la Moneda y los partidos políticos que apoyan a Michelle Bachelet.

Tenemos la impresión que una mayoría de ciudadanos desea un perfeccionamiento del sistema electoral vigente, pero es necesario dialogar entre las fuerzas políticas, con altura de miras y anteponiendo el bien nacional y la adecuada representación ciudadana.

Para algunos analistas al gobierno le falta realismo político cuando pretende que todas sus propuestas sean aceptadas “si o si”, tal como las genera. En ese caso no necesitaríamos congreso, debates parlamentarios, y reuniones entre las diferentes fuerzas políticas.

La falta de realismo es más manifiesta cuando se sabe que, sin el concurso de la oposición, no hay cambios en el sistema electoral. El portazo del palacio de la Moneda en nada ayuda al objetivo propio de una democracia seria y bien constituida, especialmente cuando se le cierra la puerta a la única fuerza política dispuesta a conversar el tema, que ocupa en la opinión ciudadana una baja prioridad.

En la oposición las cosas no están mejor. Vuelven a las andadas. Dan la impresión de vagar por la política sin ser capaces de ver donde están sus objetivos, con casi nulas propuestas que le revelen como una eficiente alternativa de gobierno.

Las ironías y los ataques entre dirigentes y parlamentarios, casi forman parte de una anti cultura política que provoca distanciamientos y desazón entre sus militantes y quienes simpatizan con los partidos de la alianza.

Nunca había visto un nombre de conglomerado, “alianza” tan mal puesto.

En definitiva de seguir por el mismo camino de años anteriores, donde los personalismos, la falta de respeto entre ellos, e ideas de gobierno innovadoras que no aparecen, la concertación solo se ve enfrentada a sus propios obstáculos, y carencias.

Entretanto este país, que reacciona mejor a los acuerdos, mira a esta trilogía, gobierno, concertación y alianza, con un dejo inevitable de estupor.