Los períodos de elecciones políticas parece que contribuyen a mostrar lo peor de nosotros. De chilenos nos transformamos en políticos, que hoy significa una suerte de insulto.
La política puede hacer hoy una afirmación y mañana, suelta de cuerpo, desmentirla, transformarla o sencillamente desdecirse con entera simpleza. Muestra lo peor de nosotros.
Parece que los chilenos, más que elecciones y debates en el parlamento, acusaciones constitucionales, donde todos alaban al acusado pero igual lo condenan, necesitamos de mayor cantidad de terremotos, eventos dramáticos, inundaciones. En esas circunstancias nos cobijamos bajo una misma bandera, seres humanos consecuentes, solidarios, dispuestos a todo sacrificio.
Cada cierto tiempo la naturaleza nos zamarrea, de norte a sur y de cordillera a mar, y somos un solo pueblo, pero, cuando llega el circo pobre de la política nacional y levanta su carpa, vieja y aportillada, nuestro país se transforma en un sitio eriazo. Los enjuagues de qué payaso estará en la pista principal y quienes serán la bandita, nos sumerge en denuestos, anatemas y befas.
Tendremos varias primarias, equivalen a ensayar el número final que se presentará al “respetable público”. Pese primarias la Concertación tiene ya candidata, lo demás, como todo en política, es música.
La inconsecuencia en política circense depende de quien diga las cosas. El Presidente Piñera anunció un “bono marzo” y de inmediato, Andrade (PS) y Quintana (PPD), hablaron de maniobra electoral. Esta semana la candidata de la Concertación anuncia lo mismo y agrega, que será permanente, los mismos dirigentes, ahora, lo encuentran maravilloso y consistente.
Cuando examinamos en detalle el actuar de los políticos, podemos entender su constante desprestigio y la búsqueda de una figura milagrosa, que pueda mostrar un camino serio. No siempre se encuentra, quien dijo que “nadie se repite el plato”, ahora lo hace en vivo y en directo.
Las promesas electorales sobran, los arreglines también. En la D.C. tienen una tremenda pelotera, el Diputado Burgos ya reaccionó, porque se han omitido en La Florida y Maipú, de populosa dotación electoral en beneficio del PC.
En definitiva, los electores, buscamos caras nuevas, voces diferentes, estilos distintos de quienes llevan treinta años repitiéndose el plato, haciéndonos creer que son diferentes.
Nos falta un terremoto para volver ser chilenos, solidarios, amigos y buenas personas.
