14.12.12

La codiciada política

Luego que finalice el tema de la Haya, por lo menos en lo mediático de estos días y, cuando el mundo siga girando después del 21 de este mes, ya salvamos con éxito el 12 del 12 a las 12, volveremos a las preocupaciones terrenales.
Los agoreros políticos saldrán a la palestra esperando que el calendario Maya, al cerrar su ciclo dé señales sobre una nueva profecía, la vuelta de una ex presidenta que, siendo candidata virtual, ya se le considera electa.
Mientras la política en Chile sigue sobreviviendo en el marco de sus prácticas habituales, y nos encontramos entrampados en las prácticas corruptas de acreditación universitaria, que luego mostraran que son absolutamente transversales en términos políticos, han aparecido dos candidatos, no convencionales, Velasco y Golborne, están moviendo el ambiente, no acostumbrados a códigos de trabajo y propuestas que se apartan de los usos y costumbres de la desgastada y desprestigiada política chilena.
Velasco y Golborne son independientes. No tienen carné político. No usan el lenguaje tradicional del pucho y la componenda. Del café cortado a media mañana para arreglar el mundo.
Me parece que ambos, pese a tener algunas ideas contrapuestas, más que nada del mundo que provienen, uno ex ministro de la que hoy es oposición y el otro ex ministro del oficialismo, tienen sin embargo un lenguaje común, hablan el idioma ciudadano y no utilizan la criptografía de la política actual absolutamente intraducible para el ciudadano común.
Los políticos tradicionales, unos esperando que “ella” decida retornar, se levante y hable, y otros buscando un segundo gobierno, están descolocados por el lenguaje técnico y directo.
Los que vienen de partidos tradicionales estiman que el ciudadano común, sigue creyendo en las promesas, en un mundo ideal donde el Estado es el gran dispensador de prebendas soluciones y progreso, solo hay que sentarse y esperar.
Por la dura, hemos tenido que aprender que solo necesitamos un gobierno creador de oportunidades y leyes justas que regulen los abusos sobre los cuales crecen los arribistas y aprovechadores.
Velasco por un lado y Golborne por el otro, son la otra cara de la medalla, gente como usted que no cree en milagros, solo en la dignidad que entrega el trabajo dedicado, el tesón y la constancia para surgir en la vida.