7.9.12

Las razones de Baranda

"Gobierno y oposición estuvieron muy mal, y la Cepal también, porque debió haber salido inmediatamente a validar lo que se había hecho públicamente. Su director o secretario general, se retrasó mucho, habló tarde y al hablar tarde se generaron mayores sospechas" (Benito Baranda ex Director del Hogar de Cristo)
La clase política, con honrosas excepciones, una vez más nos sometieron a sus desvaríos y escogieron el peor argumento, la pobreza.  Gobierno y oposición se dieron con todo. La Concertación en su despiadada oposición solo embiste a todo lo que sea oficialismo. Pero ambos sectores, en su disputa por la Casen, le han perdido el respeto a los pobres de nuestro país.
Ni el comunismo, con sus tres diputados que disfrutan de una jugosa dieta parlamentaria, ni la gente de gobierno, pueden hablar con propiedad de un tema que en Chile, pese a lo largo y angosto, tiene más kilómetros cuadrados que naciones desarrolladas, con apenas 17 millones de habitantes, tiene políticas públicas débiles donde derrotar la pobreza es solo un eslogan, campo de batalla para desacreditarse mutuamente.
En declaraciones a Radio Cooperativa, Benito Baranda se lamenta con razón “El gobierno debió haber dicho desde un principio que en las regiones más grandes de Chile no disminuyó la pobreza... y debió haber dicho que era una gran dificultad y que había que revisar las políticas públicas para saber cómo revertirlo”.
Era más tentadora la publicidad que la verdad, luego declara “La Concertación tomó esto como una bandera de lucha y de descalificación, dañando la confiabilidad que puede tener un ministerio o ministros con un equipo de técnicos y a un organismo internacional, lo que es muy fuerte”.
No me imagino a Teiller, Andrade o Girardi, con sus autos, sus dietas, auscultando la pobreza de cerca, comiendo lo que los pobres comen, o viviendo en blocks marginales, donde campea la droga y el delito.
A pocas cuadras de la Moneda hay gente que duerme en las veredas. En la calle Portugal frente a la Posta Central colchones y cartones son toda vivienda para muchos, incluyendo la única compañía de unos cuantos perros.
De eso la política no habla. Con el dinero que reciben se emplea más tiempo en agredirse que en legislar con inteligencia.
Nadie marcha por los pobres de Chile.