31.12.10

La última encuesta

Cuando cierra el año, difícil, lleno de dolores y preocupaciones, la encuesta CEP, la más creíble y prestigiada por sus aciertos, deja en el oficialismo y la oposición una sensación de insatisfacción.
Cada cual mira la paja en el ojo ajeno, pero la viga política en el propio se pasa por alto.


Con un ojo se gobierna y con el otro se vigila lo que pueda pasar en los próximos tres años, cuando una nueva elección presidencial nos ponga en la órbita de las campañas política que, conforme a la tradición, se inician al tercer año de gobierno.
Las encuestas adquieren gran relevancia y, a veces, los programas de trabajo, las actitudes políticas, los acciones previstas, incluyendo el rumbo político, cambia con fuertes golpes de timón según lo que el pulso ciudadano recomienda.
La encuesta Cep, dada a conocer el jueves, no dejó contento a nadie. En la Moneda como en las sedes partidarias de la Concertación las caras se vieron muy largas. Aunque cada cual endosó al adversario las perdidas, no se pudo ocultar que nadie puede llevar el agua de los votos ciudadanos a su propio molino.
El Presidente Piñera aumenta el rechazo, especialmente en la Región Metropolitana, 40% aprueba su trabajo y el 41% lo rechaza. En regiones le fue mejor, 47% lo apoya y el 28% desaprueba su gestión.
En la oposición, de los cuatro presidentes de partidos de la Concertación tres descendieron en la aprobación ciudadana, si tomamos como referencia la encuesta de Junio – julio. Carolina Toha (PPD) bajo de 50% a 45%; Ignacio Walker (DC) de 36% bajó a 31%, José Antonio Gómez (PRSD) de 35% a 24%. El único presidente de partido opositor que sube levemente es Osvaldo Andrade, de 25% a 26%.
Las cuentas como se puede apreciar no resultan alegres ni para unos ni otros.
Lo que más preocupa a la oposición es que su labor recibe un amplio rechazo. No ha podido encontrar la dirección correcta o la forma de hacer una gestión moderna desde su rol de estar fuera del gobierno. Da la impresión que los 20 años de poder adormecieron el sentido de creatividad, impulsar ideas novedosas que hicieran el contrapunto a las iniciativas del gobierno.
Los resultados son francamente malos para la Concertación. En la medición de su desempeño como oposición el nivel de aprobación solo llega a un magro 24%. En la medición anterior registraron 29% que ya era poco convincente en cuanto a su gestión. En Cuanto a la Coalición por el cambio – gobernante – el resultado fue de un 41% de aprobación.
Cuando una agrupación de partidos, que ha perdido el gobierno, quiere reconquistar el poder le resulta difícil avizorar un buen futuro con esas cifras. Las encuestas revelan que sus principales liderazgos comienzan a ser odiosos para los electores, como le ocurre a Camilo Escalona Girardi o Pizarro, este último Presidente del Senado.
La única figura importante sigue siendo, en la oposición, Michelle Bachelet, quien recibe un apoyo transversal. Es alta valoración no garantiza volver a la Moneda, dado que pese a su alta popularidad debió entregar el gobierno a la coalición de derecha.
En el oficialismo tampoco la tienen fácil, con una política comunicacional extremadamente débil, y con personajes que, con sus frases o declaraciones, se prestan para alimentar las críticas, como el “reguleque” de la ex directora de la Junji, debe potenciar urgentemente una figura presidencial. Por el momento tiene dos, el ministro Golborne y el ministro Lavín.
La tarea está en convencer a un 58% de Chilenos que “no pesca” a los políticos. Un porcentaje importante que está desilusionado de cómo trabajan los políticos, como gobiernan y como se oponen a los que gobiernan.
Para este año 2011 un 56% de los encuestados confía que será bueno o muy bueno. Mirando para atrás el 2010 solo fue regular, razón para afirmarlo se tiene, si solo hacemos el balance de las repercusiones del terremoto del 27 de febrero.
Revertir lo que nos ha desagradado y mostrar signos más positivos es lo que los chilenos juzgaran en las próxima encuestas.
Buena tarea para los propósitos que se deben abordar el año que se inicia.