5.11.10

Chile, un país entretenido.

Escribo este comentario desde Arica; la puerta norte de Chile, mucho de norte poco de puerta. La ciudad se nos ha envejecido. Muchas promesas en cada elección, pero un lento desarrollo posterior.
Ahora los ariqueños viven mirando hacia Tacna, no porque ellos lo quieran, el centralismo los ha dejado sin mucho en que pensar.
Mirando Chile, desde las orillas del morro glorioso, sin embargo, vemos un país entretenido.

Es este país nuestro, un trozo de tierra que lo tiene todo, una caja de sorpresas donde se entrecruzan los sentimientos más dispares y las actitudes más inconsecuentes.
Contemplo como languidece este puerto, de tantas gestas gloriosas, mientras en Santiago se discute si Chile 21 debe recibir los fondos para mantenerse como un centro de estudios, o deben entregarse al instituto Igualdad, porque los Ominami ya no son de la Concertación que acusa tener la patente de lo que se llama “Progresismo”. El platillo se pasa en Europa donde concurrirán, diputados y senadores, olvidándose los temas importantes, los nuestros, los de todos los chilenos, que requieren que alguien, los legisladores, le echen una mano.
El que da las platas para el progresismo, el representante en Chile de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, Albrecht Koschützko, pidió “más criterio y solidaridad” en la discusión por la ayuda internacional. “Los partidos progresistas deben tratarse con más solidaridad, sobre todo ahora que están en la oposición”, dijo Koschützko.
País entretenido es aquel donde Aguiló, PS, y Estévez, PS, se reprochan por los votos que dio en la ANFP, por parte de la Universidad Católica.
Aguiló, que para hacer reproches no se complica, le reclama a Estévez, no solo su voto futbolero, le representa que siendo socialista no ha vacilado en ser director de una AFP, ¿será porque en algo se parece la sigla a ANFP? O puede significar disléxicamente hablando, no a la AFP.
Mientras Arica espera un progreso, que no llegó en los 20 años de la Concertación, pinta para lo mismo, con la Alianza por Chile, Aguiló, critica al Presidente Piñera, porque pilotea un helicóptero de la Fuerza Aérea, y amenaza con pedir un informe sobre el particular.
Aunque Piñera sea piloto de helicóptero, Aguiló cree que es una de sus funciones de parlamentario, hacer esas fiscalizaciones. Para la próxima elección que no elija la Cámara de Diputados, podría presentar sus papeles en la Dirección de Aeronáutica Civil ya que pareciera estar allí su vocación.

Chile es un país divertido, también, cuando la clase política discute si interpela o no a la Ministra de Vivienda Magdalena Matte. Interpelar o no interpelar, emulando a Hamlet, solo falta la espada envenenada de Laertes, o el vino igualmente envenado, por si falla la espada.
No puedo dejar de pensar en el drama de 2Hamlet, Príncipe de Dinamarca”, cuando se teje tanta trama en la política chilena. De país entretenido nos transformamos en país dramático.
La discusión sigue, en un bando, se toma la interpelación como una venganza de ofensas pasadas, y en el otro, como una afrenta que se hace gratuitamente. Todos olvidan que la interpelación seria, documentada y observada con altura de miras, contribuye a la claridad en temas que pudieran suponerse oscuros.
No estamos políticamente maduros, para entender, como otras democracias lo hacen desde mucho tiempo, que los grandes temas requieren de preguntas inteligentes y respuestas del mismo tenor cuando ambos atributos son escasos, todo se transforma en un largo preámbulo de “que te interpelo o que no te interpelo”. Entre esas amenazas se nos ha ido la semana.
Fuera de mi habitación el mar mantiene su rumor cadencioso de olas de orillas. Un poco más allá, las luces de la ex isla del alacrán, parpadean en una tenue neblina de anochecer.
Estoy en Arica, donde a sus habitantes le importa poco si Estévez votó, en nombre de los cruzados caballeros, por la lista de Segovia, y si ha cometido algún pecado capital, en los mandamientos socialistas. Al ser parte del directorio, jugosa dieta incluida, de una AFP. Podría esta ser la Asociación de Futbol Particular y Aguiló le está mal juzgando.
Les importa poco que digan, ahora, que se va a impugnar a Segovia. O que se va Bielsa y llega el “Bichi”.
A los ariqueños lo que les “agobia” ver pasar el progreso, más allá de la frontera, y aquí nada.
Entretenido, nuestro país.