3.4.10

Política y Semana Santa

Resulta difícil escribir de política en Semana Santa.
Cuando creyentes y no creyentes, algunos recogen con sinceridad lo que significa esta fecha, y otros lo asumen como un feriado más, los políticos siguen con sus mutuas descalificaciones. El misterio de la redención para esa clase no tiene significado.


No quisiera ver la política bajo el signo de las creencias religiosas, opción que cada cual elige según su fe, o prácticamente, en la manera de entender la vida.
Los políticos, sin embargo, son de una actitud diferente. Nunca como en estas últimas semanas las descalificaciones han cruzado de un lado y otro.
La Concertación aún no se repone de su derrota de enero. Se encuentra en la búsqueda de su identidad perdida. Como dijo el senador Ignacio Walker (DC), aún no encuentra el tono ni la música. Oposición y Gobierno tienen algo en común, no se acostumbran a los roles que, ahora, se han cambiado.
Como si fuera poco, al desconcierto que afecta a los que hasta este mes eran oficialistas, se suma un terremoto que ha cambiado todas las prioridades. Los nombramientos de los altos cargos se postergaron, frente a la necesidad de ocuparse de miles de chilenos sin cobijo, otros sin alimentos, y muchos con el duelo de familiares muertos o desaparecidos.
La recién estrenada oposición dispara a diestra y siniestra, para ellos el nuevo gobierno debiera poner en pie el país e iniciar su gestión de inmediato, como si nada hubiera ocurrido.
Por su parte los partidos, ahora oficialistas, también disparan sin afinar la puntería produciendo bajas, con fuego amigo, en el propio palacio de la Moneda.
Al igual con las réplicas que parecen no terminar, en política ocurre lo mismo. ¿Podrá el espíritu de Semana Santa hacer reflexionar a los políticos que los ciudadanos, que no somos militantes, la inmensa mayoría de los chilenos, queremos escuchar propuestas, sentir que la unidad nacional es una verdad frente a un tragedia como la vivida el 27 de febrero?
En esta semana se siguen escuchando las críticas al Presidente Piñera, todas relacionadas con su fortuna, como si fuera ese tema más importante que reconstruir el país. Las acusaciones hacen recordar lo dicho por el senador Jaime Guzmán, cuya muerte hace 19 años se recordó esta semana: “Si lo mejor de nuestra gente se aleja del servicio público y solo se dedica a ganar plata, nuestras ideas, nuestros principios, nuestros valores, se van a perder, y no se quejen después del Chile que van a vivir nuestros hijos, con los bolsillos llenos pero el alma vacía”.
A Piñera se le ataca porque decide dedicarse al servicio público. Con su posición económica no tendría necesidad de hacerlo, y recibir ataques que mas huelen a malsana envidia, pero ha decidido poner su talento al servicio del país. Se le pide de todo en cuanto a su dinero, incluso lo que la ley no contempla.
Por eso política y Semana Santa no se llevan, ni se dan tregua. Los que dicen ser representantes del espíritu cristiano olvidan lo que representa la palabra consecuencia.
Muchos concertacionistas de militancia partidista activa, como Daniel Fernández (PPD) Director Ejecutivo de TVN, ha renunciado a su cargo para asumir desde el 1ª de Mayo la vicepresidencia ejecutiva de HidroAysén, proyecto que el partido en que milita, nunca a mirado con buenos ojos, están migrando hacia la empresa privada a la que tanto han denostado en el pasado.
Hay que confiar que esta semana que hoy finaliza, con todos los momentos de reflexión espiritual que representa, permita recuperar valores más superiores que den tregua a tanta guerrilla inconsistente.
Hay millones de chilenos que necesitan casa, trabajo, educación y atención de salud.
Hay millones de chilenos que piden más solidaridad, menos egoísmo. Más efectividad y menos demagogia.
Hay millones de chilenos ven como personajes, que quieren postular a cargos partidarios, hacen esfuerzos por aparecer en primera plana, solo para posicionarse frente a sus electores, para ello lo mejor es criticar.
Un solo voluntario de un techo para Chile, de la Cruz Roja, Defensa civil, militar, marino, carabinero, aviador o detective ha hecho más de lo que hace un político dedicado a encontrar todo malo.
Es el momento de ponerse a trabajar para que otra catástrofe, que parece ser parte del destino de nuestra tierra, no nos sorprenda desprevenidos