20.11.09

La metamorfosis

Cuando Gregorio Samsa, vendedor viajero, despierta en su cama una mañana, se da cuenta que se ha transformado en un insecto. Se pregunta ¿Qué me ha ocurrido?
La novela de Kafka es una realidad en la política chilena. ¿Quiénes son en realidad los candidatos?


Nada me ha recordado tanto a Kafka que la actual elección presidencial. ¿Qué se esconde detrás de cada candidato?
Unos despiertan descubriendo que son la presidenta Bachelet. Otros que han perdido su fortuna y son pobres. Otros sencillamente han vuelto a la década del 70 y otros pensando que son parte del reality ¿Quién quiere ser presidente?
En definitiva la mayoría habla no pensando en el bien común. No compiten defendiendo sus verdaderas ideas, lo hacen midiendo cuántos votos obtienen con una determinada propuesta.
Cada cual quiere ser más progresista que el otro. No se habla de voto, se habla de aparecer en la papeleta. No se habla de primera vuelta, todos trabajan para la segunda y discuten, por lo menos dos, quien pasa a los comicios de Enero.
La concertación la tiene difícil. Cuando se piensa en cambio, su mejor candidato ya fue presidente y aunque tenga un discurso diferente es claro que no es su discurso, está construido para las demandas de electores que, en una amplia mayoría, están desencantados de la política.
Altos próceres del oficialismo, en su momento, no se atrevieron a enfrentar al electorado Frei, hay que reconocerlo ha sido perseverante, estratégicamente supo posicionarse y sabiendo que lo que se le venía no era fácil se atrevió.
Ha perdido, sin embargo, algunos atributos que le eran propios como la seriedad y la moderación. El discurso suena forzado y poco auténtico. Su caída con las notas presidenciales, cuatro para Allende, declarándose, previamente, heredero político es una demostración que no ha escapado a la metamorfosis que afecta a todas las candidaturas.
Ha faltado en el discurso de cada candidato, se lo están dando a todos en bandeja, el mayor acento en las políticas hacia el mundo del deporte. Chile clasificado al mundial. Dos figuras relevantes, una en natación y otra en gimnasia, tienen figuración internacional y parece que el deporte no fuera tema.
El deporte une a los chilenos, lo que no hace la política con su desgastado discurso que unos son buenos y otros malos. Con una caricatura de una izquierda que cayó junto con el muro de Berlín y una derecha tipo siglo XIX que tampoco existe.
La ciudadanía percibe una realidad diferente a esos gastados y añejos discursos.
Las visiones apocalípticas, antiguo testamentarias de lo que pasará si gana Piñera, ya no se creen y no provocan ningún efecto.
Tampoco se puede desconocer que la Concertación ha gobernado 20 años de manera positiva, provocando un desarrollo importante en el país. Su éxito se radicó en que nada de lo que fue el viejo discurso estatista de la izquierda marxista de la U.P. se ha aplicado.
Sin embargo se repitieron el plato muchos. Siguieron llegando a los altos cargos los que esquilmaron a ferrocarriles, que idearon un Transantiago con una porfía que le ha costado al país miles de millones de dólares, mientras la gente en regiones pide más posibilidades para seguir creciendo.
Hasta el momento actual donde los problemas no se solucionan si no hay un paro, una protesta, algún escándalo que afecte a una sociedad inocente, castigada por la burocracia y la falta de voluntad para lograr acuerdos sensatos, que favorezcan a la gente que dicen representar
El problema que tiene la candidatura del gobierno es que se quedaron en el pasado.
En el camino se perdieron las ideas y se apoderaron las cúpulas partidarias de los cargos más relevantes. Son figuras que ya cumplieron su papel, muchas de ellas brillantemente, pero que han permitido que se pierdan o desilusionen jóvenes generaciones que vieron que sus posibilidades eran ocupadas por personajes que solo se dedican, con honrosas excepciones, a medrar de los sueldos fiscales.
Hoy la Concertación y su candidato buscan lo imposible, parecerse a la Presidenta, que precisamente le ha dado a su gobierno un sello personal, diferente a la concertación, ese es su gran activo.
Mientras todo esto pasa, el votante espera.
La metamorfosis prosigue.