15.11.08

La carta de Rotterdam

No hay nada más complejo que escribir. Peor es escribir conscientemente algunos conceptos que admiten libre interpretación. Son una suerte de versículos bíblico políticos que requieren de profetas para entenderlos correctamente. Eso ha pasado con la “Carta de Rotterdam”.
Rotterdam es el puerto más grande en el mundo, la segunda ciudad y el corazón industrial de los Países Bajos y el centro económico, social y cultural de la región de Rijnmond (Holanda). Desde ese lugar parte de su gira europea, Ricardo Lagos ha enviado una críptica carta, que si bien es cierto contiene su punto de vista de cómo debe abordarse la futura candidatura presidencial del oficialismo, no devela el principal de los misterio que insiste en mantener, ¿será, si o no, candidato presidencial? ¿Aceptará participar en primarias abiertas, como ya ha consensuado la concertación?
El peor error en política es ser poco claro, aunque ese es un sistema que busca alargar una decisión y provocar nuevas reacciones. Los comentarios e interpretaciones de esta “carta de Rotterdam” han sido variadas y, los intérpretes, de qué quiso decir Lagos, discrepan unos de otros.
Ricardo Lagos Weber su hijo, destacó que Lagos Escobar ha sido históricamente partidario del mecanismo de primarias. "Si hay alguien que debe haber tenido más primarias que nunca en Chile, ha sido Ricardo Lagos Escobar; ha estado en todas las primarias", fueron sus palabras.
Las opiniones siguieron al aproximarse el fin de semana. El Presidente del Partido Radical, Senador José Antonio Gómez señaló: "Cualquier candidato o precandidato de la Concertación que quiera participar en la designación como presidenciable, debe hacerlo a través de los mecanismos que la Concertación establezca y esto es primarias abiertas y el que no está dispuesto a esto no puede ser candidato", pero también matizó sus declaraciones agregando, "yo comparto la opinión del Presidente Lagos de que es necesario un pacto de gobernabilidad. Para el próximo gobierno no pueden existir parlamentarios que hagan lo que se les ocurra, aquí tiene que haber gobernabilidad y ese pacto debe asumirse con anterioridad a la elección del candidato a la presidencia".
Lo que rechazaron, tajantemente, varios dirigentes oficialistas, como Escalona, Solari y otros, es que el candidato presidencial intervenga, o como expresa Lagos, tenga una palabra que decir cuando se conformen las plantillas parlamentarias.
Para unos la misiva del ex presidente no aclara dos puntos básicos; ¿Será candidato? y segundo, ¿de serlo aceptará ser uno más de primarias abiertas? Se trata de un moderno oráculo difícil de descifrar, más en el mundo político que tiene códigos tan variados que van desde decir sí cuando expresan que no, o manifestar un no rotundo para decir, después, que fueron sacados de contexto o mal interpretados.
¿Cuántos candidatos tenemos ya en la grilla presidencial? Proclamados dos, Alejandro Navarro por el MAS y José Antonio Gómez, por la bancada de diputados de su partido. Se prepara Insulza, que ayer envió “la carta de Washington” donde su candidatura queda en suspenso a la espera que se aclaren las intenciones no declaradas en la epístola de Rotterdam de Lagos. También en etapa de preparación Frei que necesita despejar la pista de abrojos, procurando abuenarse con el sector Alvearista, haciendo también algunos guiños, sobre la barda, a los integrantes del PRI. En un hipódromo político diferente el favorito en las apuestas, Sebastián Piñera, que aparte de enfrentarse a un candidato de la concertación ve que hay dos interesados en competirle, directamente en primera vuelta, que se han auto presentado desde la UDI.
Como se puede apreciar, mientras el gobierno hace sus mejores esfuerzos para hacer cumplir su programa, hasta el último día, la “Carta de Rotterdam” agitó desde ese lejano puerto, las procelosas aguas concertacionistas.
Los estudiosos de este tipo de cartas no se ponen de acuerdo qué quiso decir Lagos, entre líneas que admiten muchas interpretaciones, como lo señaló el ex ministro Ricardo Solari.
Puede que la iluminación, desde la altura internacional, de los círculos en que se mueve el presunto salvador de la concertación, no sea algo fácil de entender para electores tan sencillos como la Señora Juanita.
Probablemente un rayo flameante baje de las altas cúpulas partidarias y abra nuestro entendimiento o, quizás, si no sabemos elegir bien, nos parta medio a medio.