4.10.08

¿Elecciones Municipales o Presidenciales?

Nunca, como antes, tendremos una elección municipal tan extraña y confusa como la del próximo 26 de Octubre. Nadie usa el signo político del partido que les ha nominado. En los medios públicos de comunicación los nombres se mezclan y confunden con aquellos que otean el horizonte del 2009, observando las elecciones presidenciales. ¿Baile de disfraces o juego de la “gallinita ciega”? así está la política.
Reina la confusión en el país, vivimos una campaña orientada a las elecciones municipales o, en el camino, una nueva ley desconocida nos dice que se ha iniciado la campaña presidencial. El fenómeno político que estamos viviendo es digno de un estudio o, por lo menos, de la interpretación a una serie de confusiones que nacen de una clase política totalmente desordenada, que en medio de una enfermiza ambición por el poder sencillamente ha perdido la brújula.
Veamos algunas cosas casi inéditas; trate de encontrar en palomas, pasacalles, folletos, rayados murales, el signo o identificación del partido político del candidato, ninguno, existirá por allí alguien que lo ostente con orgullo, seguramente una persona honesta que no tiene miedo de mostrar su ideología.
En ninguna parte encontramos los símbolos como la flecha falangista, la estrella tricolor de R.N., la hoz y el martillo, el símbolo socialista que, últimamente, al estilo europeo se había transmutado en una flor roja. En definitiva pareciera que los partidos políticos, mandatarios y designadores de los candidatos, han quedado completamente excluidos ante el rechazo mayoritario que reciben de la ciudadanía.
Por lo señalado, este anonimato partidista de candidatas y candidatos concebidos políticamente por la gracia de algún espíritu no muy santo, y no por la corriente política que les nominó, confunde a la ciudadanía.
Aquellos más instruidos no pueden menos que sonreír, cuando políticos que se suponen están dotados de una inteligencia, por lo menos, normal, justifican un pacto por omisión con el partido comunista basándose en el sistema binominal. ¿Engaño premeditado, ignorancia absoluta? ¿Puede justificarse el pacto entre el oficialismo y un partido opositor mintiéndole al elector? La elección municipal no se rige por el sistema binominal, ya que se trata de una elección a la antigua con voto proporcional y cifra repartidora de acuerdo a los pactos o sub pactos. Esta alianza es una forma elegante de espantar, por ejemplo, al electorado de la Democracia Cristiana a quienes les costaría entender este tipo de arreglos.
La clase política, lo he señalado más de una vez, no está interesada en hacer muchos esfuerzos por eliminar el sistema binominal, no le conviene a los conglomerados, oficialismo y oposición. En el peor de los casos les atrae más hacer alguna cosmetología electoral. La Concertación, ante la tozudez de la Alianza, encuentra la mejor justificación para decir que no es posible ningún cambio.
La honradez cívica es lo que más escasea. ¡No mientan en cuanto a justificar el pacto con el partido comunista, es una estrategia política, legítima, pero no la oculten bajo el manto del sistema binominal, cuando se trata de una elección proporcional!
El desorden ha primado en una confusión que recomienda que los votantes mediten muy bien. El voto es el arma pacífica y ciudadana para decirle a la clase política en general que no somos corderos. Es el momento de no aceptar engaños ni disfraces, donde se dice que nadie es candidato presidencial pero la lista es larga y variada. No creamos que las grandes figuras que recorren el país estan solo colaborando con los aspirantes a Alcaldes y Concejales.
Piñera, Lagos, Frei, Zaldívar, Trivelli, Insulza, Longueira, Alvear, Bitar, están tanteando el terreno para asegurar sus posibilidades. Mucho dicen no desvelarse por ser candidatos, que no están en la carrera al sillón de O’Higgins, aunque no esté entre los más grandes chilenos, como se le llamaba en el pasado.
No solo votaremos en una cámara secreta, también lo haremos por candidatos que han preferido el anonimato político. Ni su cara será familiar ya que, muchas veces, aparece junto a ellos el rostro de un acompañante pre presidencial.
En definitiva ya no se puede votar por la tendencia política de los candidatos, cuidadosamente oculta. Entre tanta confusión algunos votarán en blanco porque en la cédula única no aparece el nombre de Lagos, el de Piñera o Frei, así de confuso se encuentra el panorama por obra y gracia de la práctica política de “la gallinita ciega”.