17.9.08

La historia se escribe con letras torcidas.

El mes de septiembre, mes de la patria, nos ha mostrado cómo se manipula la historia, se tergiversan los hechos, y se esconden las realidades, no solo en nuestro país, también en el conocimiento de las situaciones de toda América. Son los intereses personales y de quienes gobiernan los que marcan la diferencia entre una historia real y otra ficticia en el continente.
El lunes, de la semana que hoy finaliza, puso de moda una sigla “Unasur”, organización creada hace pocos años y que agrupa a los gobernantes de América del Sur. El presidente de Bolivia, Evo Morales, ratificó este mes la adhesión de su país a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), aprobado el 23 de mayo pasado en la capital brasileña.
Ha sido también Bolivia la primera nación en ser objeto de la preocupación de esta organización, dada la conflictiva situación política que vive ese país.
En una decisión rápida, pero igualmente sorpresiva, Michelle Bachelet, presidenta “pro tempore”, llamó a comienzos de semana a reunirse en Santiago a nueve gobernantes sudamericanos, algunos con fuertes roces diplomáticos con los Estados Unidos, Venezuela y Bolivia con embajadores norteamericanos expulsados, y otros con serias discrepancias internas como Ecuador con Colombia, Perú con Bolivia y sin el presidente Alan García, que envió a su canciller. Desde el Atlántico un reticente Lula Da Silva, de Brasil, se preguntaba si era necesario una reunión tan urgente.
La decisión de la Presidenta Bachelet pareció adecuada, aunque ha recibido fuertes críticas de la oposición interna. Los resultados de la declaración de la Moneda se verán con el tiempo.
Hay una pregunta que debemos hacernos, ¿vale la pena involucrarse en este tipo de situaciones, especialmente en Bolivia?. La denuncia de Evo Morales era que se estaba frente a un golpe de estado. ¿Pero que ha hecho Bolivia desde su existencia como nación si no es un cultura del caudillismo y el derrocamiento de sus gobernantes?. Al examinar su historia, las revueltas han sido una constante, desde los orígenes como nación el 6 de Agosto de 1825, después de la victoria del Mariscal venezolano Sucre en Ayacucho.
Su primera constitución fue redactada por Simón Bolívar. Su primer gobernante, el propio Antonio José de Sucre, fue expulsado del cargo cuando tan solo habían transcurrido dos años de gobierno.
Ahora, Evo Morales enfrenta las tormentas, cuyos vientos el mismo sembró. El lunes llegó a Chile país al cual, en su momento, ha vilipendiado negando toda posibilidad de trabajar unidos en el tema energético. Nadie duda que Morales es un Presidente elegido por la vía democrática, pero pocos recuerdan que el fue el instigador de constantes levantamientos y protestas que terminaron con la renuncia del Presidente constitucional de Bolivia, Carlos Mesa. quien debía entregar su cargo el año 2007, precipitando una crisis política que llevó a un gobierno provisional al Presidente de la Corte Suprema de Justicia Eduardo Rodríguez Veltzé.
Qué hizo Morales, cortar caminos, dirigir asonadas en las ciudades más importantes, y mantener un discurso agresivo hacia Chile por el tema del gas boliviano. Hoy le hacen lo mismo y acude a las naciones sudamericanas. Como concepto está bien, defender la democracia, la misma a la cual, en su momento como dirigente cocalero contribuyó a desestabilizar, oponiéndose a cualquier acuerdo con Chile en materia de gas natural . Su otro discurso es el tradicional “mar para Bolivia”.

En esa materia hay que recordar que cuando se inicia el desembarco en Antofagasta, 1879, de 6.000 habitantes que tenía ese puerto, 5.000 eran chilenos, 400 de otras nacionalidades y sólo 600 bolivianos. En Caracoles, segunda población en importancia del litoral boliviano, el 95 por ciento eran chilenos, 1 por ciento de otros países extranjeros y apenas 4 por ciento bolivianos.

Hoy Morales y Chávez se quejan de presuntos golpes de estado. Chávez fue golpista en su momento contra un gobierno democrático. Morales cosecha los resultados de los vientos que el sembró.
Solo bastaría recordar lo que el gran Simón Bolívar escribiera, meses antes de su muerte, a un amigo cuando se preparaba a dejar su querida patria venezolana. “: "Sabes que he tenido el poder durante veinte años y no he sacado más que algunas conclusiones seguras. Primero, América es ingobernable para nosotros. Segundo, aquel que hace una revolución labra la mar. Tercero, la única cosa que se podría hacer en América es emigrar. Cuarto, este país caerá infaliblemente en las manos de pequeños tiranos..."