13.9.08

El computador de Raúl

Acontecimientos políticos internacionales, en el ámbito latino americano, han golpeado la política interna de nuestro país. El computador del Jefe Guerrillero Raúl Reyes, muerto en un ataque de las Fuerzas Armadas de Colombia, sigue arrojando información que agita las aguas de la política interna de Chile.

Como si la reñida competencia electoral que se avizora en el horizonte de las municipales fuera poco ahora irrumpe, sorpresivamente, el computador de Raíl Reyes que, después de muerto, sigue hablando en forma de mail que cuidadosamente guardaba en su disco duro.
Entre los que más impacto interno ha causado es uno que, dependiendo del color del cristal con que ser mire, resulta grave ya que delataba la supuesta vinculación de la Farc con movimientos radicalizados mapuches de la IX Región de la Araucanía. De paso el mail nombrada como elemento de apoyo a un Jefe de Departamento del Área de comunicaciones de la Presidencia de la República. El periodista renunció, por decisión personal, aludiendo que en su trabajo periodístico en el extranjero, cubrió las conversaciones de paz de las FARC con el gobierno de Colombia que se desarrollaron en México. Eso no es pecado, tampoco ser mencionado en un mail, con buena o mala intención. El periodista recibió el apoyo cerrado del gobierno pero su decisión de retirarse fue irrevocable.
La documentación que desata todo el escándalo fue entregada por un senador de la República directamente a la Fiscalía Nacional. Aún no se sabe quién la filtró a la prensa provocando, de paso, un escándalo comunicacional que desató agresivas declaraciones oficialistas, incluyendo los reproches presidenciales al senador Alberto Espina representante de la IX Región.
Ha quedado la impresión que el gobierno se molestó mucho porque esa situación la conocía desde el mes de mayo, con lo cual quedaba al descubierto que la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia) no había entregado los antecedentes, como sí lo hizo el Senador Espina, ni siquiera a la Comisión que ve estos temas en la Cámara de Diputados y que preside el diputado Renán Fuentealba (DC), quien expresó el Jueves pasado su molestia por este ocultamiento de la información.
Queda la impresión que algo huele mal y que la ANI sabe más de lo que dice. Aunque esta semana bajará el tono, por las fiestas patrias, no hay que olvidar que mañana están citada la Jefatura de la “inteligencia” nacional para explicar la Cámara estos silencios tan extraños.
No hablamos de complicidad pero, probablemente, de no contaminar la política contingente con el resurgimiento de grupos extremistas que podrían rearticularse en el país.
Para complicar aún más las cosas estuvimos al borde de un conflicto diplomático con Colombia ante la incontinencia verbal que sufre, cada cierto tiempo, el Ministro Secretario General de Gobierno Francisco Vidal. Debió intervenir la cancillería para poner cada cosa en su lugar, junto a ello el Embajador de Colombia desmintió que fuera el Gobierno de ese país, como lo insinuó Vidal, el que entregara la documentación al Senador Espina, antecedentes que eran similares a los que, desde el mes de mayo, tenía en su poder la ANI y recibidos de fuentes oficiales de Colombia.
Como la situación no se han planteado fácil, el oficialismo acusa al senador RN de filtrar la noticia a la prensa, me imagino que no se le acusará de entregarla a la justicia, especialmente si es similar a lo que gobierno ya conocía, con una diferencia, la ANI se atribuyó el derecho, que no le corresponde, de decidir si hay o no delito, cosa que corresponde a la Fiscalía. La discrepancia jurídica se radica en que, existiendo varios procesos contra grupos radicalizados que operan en la Araucanía, baleos, incendios, secuestros, robo de mercadería y otros delitos incluidos, cualquier antecedente debe entregarse a los tribunales ya que pueden ayudar a la causa de la justicia. ¿Por qué la ANI no lo hizo?
La polémica se ha centrado, como siempre, en cómo llegan estas noticias a la prensa, quién se las entrega a un Senador de la República o que el computador de Reyes estaba intervenido. El tema se radica que los acontecimientos que se mencionan, los nombres que allí figuran no son imaginarios si no que fácilmente comprobables.
La prensa cumple su tarea, revelar aquello que quienes detentan el poder no quisieran que fuera conocido.
Las cosas se tendrán que aclarar y, probablemente esta olla destapada, en algún momento, olerá muy mal.

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