5.1.08

La encrucijada


La semana que termina el gobierno y la coalición que le apoya han vivido horas cruciales. Justo a mitad del período presidencial se encuentran en una encrucijada. Lo hemos señalado antes y lo reiteramos hoy. Entre sumas y restas la concertación ha hecho progresar a este país en niveles históricos, lamentablemente la política paga mal, ya que nos ha enseñado, desde la vida independiente en el siglo XIX a no reconocer lo bueno y a magnificar lo malo.

Lo bueno se reconoce cuando pasados los años otras generaciones juzgan lo realizado. La perspectiva del tiempo, la maduración de cada acontecimiento que marcó una época, solo se puede apreciar, en sus luces y sombras, cuando la objetividad derriba las pasiones de quienes son actores directos en cada época.

O’Higgins partió al exilio y nunca volvió a la Patria. Carrera fue fusilado en tierra extranjera, ambos son considerados hoy “padres de la patria”. Portales muere asesinado arteramente, Balmaceda se suicida, Alessandri y la constitución del 25, Ibáñez, Allende, Pinochet. Cada cual con su propia historia, cada uno protagonista de su personal drama.

Por ello hoy el gobierno de Michelle Bachelet, que afortunadamente no vive las turbulencias políticas que marcaron a los gobernantes ya nombrados, sin embargo se encuentra en una encrucijada en donde cada decisión, y la intervención de nuevos actores, sumaran o restaran en el futuro político de la concertación.

La semana pasada no trajo buena noticias para el oficialismo. Malas encuestas, problemas para cohesionar mayorías en el congreso, un transantiago que no puede resucitar, aunque se le aplique ventilación mecánica con millones de dólares, de los cuales los chilenos se preguntan si no podrían tener un mejor destino. Un ministro del interior que renuncia desatando olas de rumores y finalmente con un candidato presidencial de oposición, que sigue creciendo en las encuestas, el conflicto de los mapuches etc.

La presidenta ha actuado y lo ha hecho rápido. Creo que aquí el gobierno debe traer nuevos rostros, que generen confianza y que no respondan a cuotas políticas, a figuras que se nombran a la fuerza. El tema de los Intendentes sorprendió, fue una decisión política correcta, inició cambios por donde no se esperaba, al menos por el momento, y entre el anuncio de petición de renuncia y los nombramientos definitivos transcurrió muy poco tiempo.

En la materia antes señalada, nos alegramos la confirmación del Intendente Ricardo Cifuentes, un hombre sereno en su accionar, quitado de bulla en términos de sobriedad personal, y una muñeca política serena pero eficiente. Conoce bien la Región y tiene claras sus ideas en cuanto al desarrollo de toda la zona. Ha resistido con singular paciencia los golpes, a veces arteros que da la política, oficialista u opositora.

La presidenta Bachelet, en estas últimas 48 horas, ha actuado con singular carácter y energía “se harán todos los cambios que se requieran y buscaré a las personas idóneas para liderar esta segunda etapa. Y cumpliré mi itinerario, sin dejarme pautear ni por la prensa, ni por los opinólogos que siempre están tratando de decirle a la Presidenta de la República lo que tiene que hacer”.

Lo lamentable de su gobierno es que el transantiago, falla no forzada de su antecesor, opaca otras obras importantes donde ha logrado acuerdos con la oposición, aunque no todos, los acuerdos, han contado con un ordenamiento de las bancadas oficialistas.

El sino de Chile, sin embargo, es que nos gusta más poner el acento en lo malo, destacar los errores y no ver aquello que será trascendente. Viene una reforma previsional, hay importantes consensos en materia educacional y de seguridad ciudadana, pero que no lucen por conflictos políticos o por escándalos que algunos se esfuerzan en protagonizar, como en EFE.

Se requiere un cambio mayor en el gabinete, que debe producirse rápido, se dice que el lunes es la fecha tope. Lo importante es que los partidos políticos oficialistas no interfieran en las designaciones. Ellos deben entender, más temprano que tarde, que su suerte está ligada a la del Gobierno, en cuanto a la apreciación ciudadana. Es más, los partidos oficialistas, deben comprender que la Presidenta tiene mejor imagen ante la ciudadanía, especialmente con la encuesta dada a conocer el viernes de la empresa Adimark y en otras conocidas en las últimas semanas.

Creo que en el lance, generado a partir de la renuncia del ministro Velasco, la Presidenta se movió con mucha presteza para demostrar que tiene firme la mano en el timón de gobierno, las próximas horas confirmaran o desmentirán la afirmación que hacemos.