10.6.06

Prudencia

El domingo 12 de febrero del presente año, el título de nuestra columna habitual era “¿Educación en la Uti? No era primera vez que el tema estaba en boca de muchos chilenos y de los propios políticos.

Desde hace más de dos años se venían dando voces de alerta ante los problemas, cada vez más críticos, que enfrentaba la educación.

Pero la soberbia de los gobernantes de esa época, no admitía errores, ni menos falencias. Todo estaba bien hecho, y los dineros invertidos en el área eran bien aprovechados y, aparentemente, tenían a educadores y estudiantes con una sonrisa de oreja a oreja.

Los males, como las enfermedades, se van incubando silenciosamente. Cuando menos se espera aparecen con resultados devastadores. Eso es lo que ha ocurrido en las últimas dos semanas.

El Gobierno no supo enfrentar la crisis de una manera pragmática, su manejo ha sido vacilante, minimizando en su origen la gravedad del problema y las consecuencias de las cuales todos hemos sido testigos.

Mal manejo político, mal manejo comunicacional, y poco espacio de negociación por una nula apreciación de los escenarios que se irían presentando.

El tema educacional no es nuevo ni ajeno a los intereses de desarrollo del país. La crisis se venía anunciando desde hace mucho tiempo, sin que la clase política y gobernante se enterara.

No hay que culpar de todo al actual gobierno, que recién asumió en marzo. Este es un problema que viene de décadas, incluso antes del retorno de la democracia. Pero sí el actual gobierno es responsable de no actuar con oportunidad.

Se dejó pasar el 21 de mayo, sin un anuncio que pudiera moderar o encausar las expectativas estudiantiles. Solo un tirón de orejas a los escolares díscolos por parte de la Presidenta Bachelet.

Y el manejo fue vacilante, casi de personas sin ninguna experiencia en el manejo político de conflictos o crisis. Negocia la subsecretaria. Cuando el tema se agrava, negocia el Ministro. Cuando crece la presión interviene la Presidenta en cadena nacional de radio y televisión.

El 21 de Mayo se anunciaron inversiones adicionales, para programas sociales de salud y vivienda, por 132 millones de dólares. Con un problema en educación en plena incubación, ni una sola mención en el mensaje presidencial.
El jueves en cadena nacional, con mayor audiencia, que duda cabe, que el mensaje del día 21 ante el congreso pleno, la Presidenta le encuentra la razón a los estudiantes, y otorga soluciones por decenas de millones de dólares más que lo que señaló para inversiones sociales.

La pregunta es ¿porqué esas soluciones y propuestas no se hicieron ante el congreso nacional el 21 de mayo? ¿Por qué los estudiantes a los que se les recriminaba que pateaban la mesa, ahora, en huelga y toma, se les encuentra la razón?

Hoy todos están arriba del carro. Diputados y senadores de todas las tendencias políticas, avivan la cueca y hablan de la educación, improvisando todo tipo de soluciones.

¿Qué resta ahora? Solo prudencia. No sigamos buscando culpables porque en materia educacional la sociedad entera es responsable.

Prudencia a los gobernantes que no vacilan en descabezar altos mandos de carabineros, y no condenan abiertamente a los delincuentes que, asaltaron, robaron, destruyeron y agredieron y causaron daños por cientos de millones de dólares en la propiedad pública y privada..

Prudencia, para encontrar el equilibrio, en el uso de la fuerza, cuando se trata de reprimir los desordenes y las manifestaciones ilegales.

Prudencia, de los que piden, para no exceder las demandas más allá de lo necesario y de lo que un gobierno legítimamente puede conceder.

Prudencia, a los políticos de todos los colores, a los que quisieran sacar ventajas porque son oposición y a los que apoyan al gobierno, para evitar que los ánimos se sigan caldeando.

Las soluciones de fondo requieren de mucho tiempo y de mentes despejadas de toda pasión política, y de mucha prudencia.

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