13.7.13

Tiempo de reformas

Tiempo de reformas
Explotó como una bomba, especialmente en la sede UDI. La DC y RN materializaban un acuerdo que venían discutiendo desde hace más de un año. El objetivo cambiar el sistema binominal.
No se había conversado primero con su aliado, tampoco con el gobierno, incluso algunos senadores del oficialismo se mostraron escandalizados ya que no fueron consultados. Después de las primarias y sus resultados, es tiempo de materializar reformas pendientes.
Ahora, el gobierno enviará su propio proyecto de reforma del sistema electoral binominal, con el apoyo de la UDI. La situación requiere urgencia frente al acuerdo RN - DC. La Moneda había perdido la iniciativa esperando que los partidos de la Alianza lograran un  acuerdo. El senador UDI Hernán Larraín dijo el jueves, que su partido cometió muchos errores en una iniciativa que no podía esperar más, de ello culpa a la actual directiva.
Lo cierto es que la desprestigiada clase política chilena, necesita enfrentar el dilema de seguir o no mostrando arreglines y pactos que no convencen a los ciudadanos. Excluirse de participar en determinados distritos para que otros puedan elegir candidatos que el sistema binominal hacía inviables, mostrar por obligación agrupaciones y pactos que no coinciden en sus principios. Las constantes disputas partidarias, dejaban la impresión que, el binominal, era un sistema que obligaba a mantener juntos a matrimonios con ideologías totalmente opuestas.
Sin embargo es el egoísmo particular, de un político de no perder su cupo, o de un partido que se cree territorialmente dueño de una provincia o región, el que entrabó siempre una reforma seria. Ahora quieren cambiarlo pero aumentando el número de parlamentarios, eso es una trampa para seguir exactamente en lo mismo, mantener hegemonías, y dominios.
Tendremos que esperar qué acuerdan, quienes han asaltado la política a nombre de nosotros los electores. Afortunadamente el voto voluntario ya ha puesto coto a los ambiciosos que se tendrán que andar con cuidado. Terminar con el binominal significa que la política se tendrá que clarificar doctrinariamente, “cada oveja con su pareja”, deberán luchar por el voto ciudadano con armas más limpias, que las puñaladas por la espalda y los acuerdos espurios.