21.7.12

Ya basta

Si hay algo que caracteriza a la política es su inconsecuencia. Dependiendo de los vientos que soplan, brisa o tormenta ciudadana, resultados de las encuestas, así será el discurso político y así se mantendrá durante la campaña municipal.

Ya basta es lo que escuché en un comentario entre dos personas, al pasar mientras esperaba tomar un vuelo a Santiago en Puerto Montt, Hablaban de política y concretamente de la última votación sobre lucro en la universidades.

Sus comentarios no eran sobre el lucro, hablaban de cómo votaron, o no votaron aquellos que critican la enseñanza privada.

El rechazo del informe de la comisión investigadora de la Cámara, se aprobó porque se ausentaron de la sala varios parlamentarios concertacionistas. Por lo menos uno de ellos dijo lo que sentía al inhabilitarse: "Hay incompatibilidad porque yo pagué aranceles cinco años en la Universidad del Desarrollo y estos antecedentes se llevaron a la Fiscalía, van a llegar a los tribunales y el día de mañana pueden terminar en indemnizaciones a todos los estudiantes, por lo tanto, yo soy parte interesada, por eso no quise influir en la votación". Curiosa explicación la del honorable, pero justificable en una política llena de inconsecuencias.

El Presidente del P.S.: "no creo que eso se resuelva desde la retórica de la multa, creo que derechamente nosotros tenemos que aspirar a que en el futuro esos parlamentarios no puedan ser candidatos de nuestra coalición. Cuando hay una persona que no cumple con estas disciplinas mínimas es mejor que busque ser independiente o se vaya a otro lado".

Queda claro, cada parlamentario que elegimos no tiene peso individual y debe obedecer los dictados de la cúpula partidaria de turno. Esa manera de actuar, alejada de quienes fueron sus votantes, los ha desbancado de ser conductores, transformándoles en seguidores de los movimientos sociales que, por muy justas que sean sus peticiones, deben ser aterrizadas por políticos valientes, informados y consecuentes.

La discusión por el sueldo mínimo, muestra la otra cara que, MEO, presidente del PRO señaló frente a senadores que calificaban de miserable el reajuste, criticando cuando ellos se aplicaron un auto reajuste de gastos de representación de dos millones de pesos.

Ya basta.