1.6.12

La verdad entre lo que se dice y lo que se hace.



"Si nos hubiesen creído en ese momento, y la Presidenta hubiese informado al país lo que había pasado, se habrían salvado vidas en Talcahuano, que es donde el tsunami fue dos horas después".

Declaración del Alcalde de Juan Fernández ante la comisión 27F.

La polémica con acusaciones cruzadas, entre oficialismo y oposición, fue noticia esta semana. Unos acusan a la Presidenta de ocultar, por consejo de sus asesores, la verdadera magnitud del tsunami que había azotado a Juan Fernández, con lo cual se perdieron por lo menos un par de horas que habrían permitido alertar al continente de este fenómeno.

"El pueblo está destruido por completo, todo destruido. Por la situación del momento, y la imposibilidad en que estamos, no tenemos un catastro de daños, fallecidos o desaparecidos. (...)No. No hubo sismo. Acá no se sintió un sismo, y eso fue el problema que se suscitó porque el mar comenzó a subir, en un tsunami empieza a subir, y era de noche y no hubo sismo. Ése fue el problema que se suscitó". Esto es lo que informó, directamente a la Presidenta, el cabo Raúl Díaz, a las 6:50 horas.

La Presidenta declara a la primera comisión, cuya misión era establecer las fallas de los organismos públicos en esta tragedia, "Efectivamente existió una... información que tenemos entregada tanto por observadores desde allá como por el retén de Carabineros, es que habría habido, no sé si puedo calificarlo de tsunami, pero al menos una ola de gran proporción”

Nadie le puede pedir a una Presidenta que deba conocer la diferencia entre una ola y un Tsunami, pese a que el cabo Díaz se lo menciona expresamente, por ello habla de una ola en tanto la Armada de Chile le había entregado información en contrario.

La Presidenta por consejo entre otros de la “Jupi”, decidió minimizar lo ocurrido y perdió el valioso tiempo de dos horas que podrían haber permitido evacuar la zona costera.

Falló la Armada de manera lamentable e indujo a las autoridades a una apreciación errónea.

Hoy la política hace un festín en su propio provecho.

Para los chilenos, el gobierno y sus instituciones no cumplieron su tarea y el liderazgo ejecutivo se lo llevó el agua, con más de un centenar de vidas de chilenas y chilenos, esa es la única verdad.