10.5.12

Lecciones de las encuestas



Las encuestas son como los balances una foto de un momento determinado. Muchos creen que las encuestas son las únicas que marcan la verdad de un resultado, no es así, por el contrario muestran una parte de la verdad.

A juzgar por los resultados de la última encuesta, la de Adimark en la semana que finaliza, los chilenos no tendremos Presidenta o Presidente de la Concertación, objetivo que tampoco logrará la Alianza.

Los concertacionistas no pueden aspirar como conglomerado político a regresar a la Moneda. Con un magro 19% solo les queda llorar, implorar un milagro para que Michelle Bachelet diga que sí, en ese caso no sería la Concertación la que volvería al poder sino que la carismática ex Presidenta. ¿Tendría alguna moral la Concertación para imponerle su programa de gobierno a una candidata que, “in extremis”, buscan con afán para recuperar el poder?

El magro resultado obtenido por ambos conglomerados políticos, el que gobierna y el que no ha logrado obtener unidad de propósitos para ganarse el electorado, señala que los vientos en política soplan de “sotavento” y no hay caso de un viento más maniobrable como el de barlovento.

Falta que se pregunte en las encuestas, si de vientos se trata, qué opina el electorado cuando se pretende navegar con ambos vientos, la cantidad de maniobras y manejos de aparejos de acuerdos y conveniencias cuando se hace con el Partido Comunista, antiguo socio de añejas dictaduras. Eso no se ha preguntado.

Ganan en las encuestas aquellos que no están contentos con nadie y con nada. Ganan las demandas sociales que, con razón o sin ella, piden todo gratis creyendo que el Estado tiene recursos que nunca se terminan. Marx, Engels, Lenin, Stalin, demostraron que la aplicación de esa doctrina terminaba ahogando al proletariado que decían defender, arruinando a sus estados como ocurrió con la vieja Unión de Repúblicas Socialista Sovieticas.

Es la forma de hacer política, oficialista y opositora, de gestar alianzas contra natura, la que está en crisis con un parlamento absolutamente desacreditado.

Los porcentajes son la pesadilla de aquellos que han hipotecado doctrina e ideas en el altar de las encuestas, vagando mirando hacia el norte.