5.4.12

Primarias y encuestas

Primarias y encuestas



Podrá discutirse que las primarias para definir algunos candidatos, donde no hubo acuerdo, para completar la lista de postulantes a alcaldes, no representó a todo el electorado es una cosa, pero como aproximación a una mejor democracia es un paso importante.

Fue el tema del pasado fin de semana, que trajo sorpresa, descalificaciones, justificaciones y berrinches, pero esta política de sala cuna que tenemos hoy en Chile, con perdón de las guagüitas, da para eso y mucho más.

La votación, hay que decirlo se mezcló, no solo votaron los “concertacionistas”, también lo hicieron ciudadanos independientes, la mayoría de votantes en Chile lo son, no hay que olvidarlo. Si hay algo que se aprende, en el análisis de la política, es que los independientes podemos tener una línea de pensamiento que se identifica con una tendencia política, pero no tenemos vendida nuestra alma electoral a nadie.

En el caso de la Serena, injustamente a mi juicio, se dijo que el candidato del radicalismo Roberto Jacob había recibido apoyo de la derecha. Eso es atribuir que por una orden de partido determinado, los independientes habían concurrido en masa a votar en La Serena. Lo que se debe reconocer, partiendo de la afirmación que la mayoría de los votantes son independientes, no militan ni adhieren a consignas u órdenes de partido alguno, que Jacob es un candidato transversal y si hay elecciones que se ganan, con esa característica, es la municipal. Los ciudadanos votan por la persona y especialmente quien, pese a ser leal a su ideología, no antepone aquello a los sentimientos ciudadanos, de progreso, aseo, y seguridad, entre otros anhelos.

Roberto Jacob, gana la elección porque su discurso estuvo centrado en la gente, no en la política ni en la militancia. Mantuvo el foco en las debilidades de lo que no se hizo o se cumplió de manera parcial. Interpretó el orgullo herido de una ciudadanía descontenta con un municipio altamente endeudado comparando, con sana envidia, el desarrollo imparable que ha tenido Coquimbo, desde el Alcalde Velásquez y proseguido, pese a todas las polémicas, por “el hombre de blanco” el Alcalde Oscar Pereira.

Las ideologías y las militancias no mandan.