13.1.12

Gordias y la política chilena

El nudo Gordiano está asociado a la mitología griega y directamente a Alejandro Magno. El oráculo señalaba que quien lograra desatarlo se convertiría en rey de Asia. El mentado nudo no tiene comienzo ni fin, es una sola cuerda unida de manera infinita. Alejandro quería dominar Asia y con un golpe de espada cortó el nudo y siguió su camino.


Se dice que el nudo fue hecho por Gordias. Un oráculo profetizó que aquel que desatara el nudo sería Rey de Asia. El año 333AC, Alejandro magno al no poder encontrar el inicio de la cuerda que lo formaba lo corta de un certero golpe de espada.
Gordias, campesino frigio se convirtió en rey porque entró el primero en un pueblo y cumplía con la profecía del oráculo, según el cual se elegiría como gobernante a la primera persona que entrara en la plaza pública en un carro. Gordias dedicó su carro al dios Zeus y lo colocó en el templo, ató su lanza con una cuerda. El nudo era tan complicado que nadie podía desatarlo. La expresión nudo gordiano se usa para referirse a una situación complicada, sólo resoluble mediante una acción rápida y decisiva.
La política chilena está llegando a un grado de enredo y complicación equivalente al mitológico nudo.
Los estudiosos de la mitología podrían pensar que aquí se necesita una “solución alejandrina”, así se le llamó a la actitud de Alejandro Magno de tomar su espada y con certero golpe cortar el nudo y punto, resolviendo el acertijo y la profecía mediante una acción rápida y decidida.
Los políticos chilenos desde hace 22 años debaten frente al oráculo del sistema binominal. El que termine con el, reinará en el sistema electoral chileno.
Cada cual trata de desatarlo a su manera, aunque resulta bastante especial la tarea cuando solo dicen terminemos con el binominal, pero nadie da la formula, es allí donde entra “la solución alejandrina”. Quien tiene la espada del gobierno es el Presidente de la República, lo que falta es que adopte la decisión “rápida y efectiva”.
Uno dicen que es imposible cambiar el sistema y le atribuyen toda suerte de milagros políticos, como que un senador que sale con la tercera votación sea electo, y el que tiene la segunda se pierda.
Todos los que han sido electos y reelectos de terceros, claman que dejen el nudo tranquilo, mientras que otros señalan a voz en cuello que se siga adelante con la conquista del reino de la democracia.
El pueblo observa a los nobles Patricios en esta discusión, de la minoría política, que busca una solución, más pensando en sus derechos y privilegios, que en los beneficios que tiene para los ciudadanos.
Como siempre ocurre, cuando de trata de leyes políticas destinadas a los partidos, congresistas y gobernantes, todo corre muy rápido, solo bastaría recordar la ley de 24 hrs que permitió corregir un error de inscripción de los candidatos parlamentarios de la D.C. Allí se aplicó, sin ambages, “la solución alejandrina”.
Tenemos muchos problemas por delante, la educación, la salud, las leyes sociales, vivienda, a cada cual se le debe dedicar recursos y tiempo, pero los honorables que ven ad portas tres grandes elecciones, municipales, parlamentarias y presidenciales, solo están discutiendo en todos los foros un tema que les atañe directamente. Nosotros, los electores, ya sabemos que estamos inscritos pero que podemos votar voluntariamente, allí hablaremos, con binominal o sin el, claramente a los políticos de todos los sectores.
Hoy nadie tiene definido cómo se le reformará o exterminará de la constitución, tiene que haber un proyecto y sobre ese proyecto un consenso.
El Presidente pide que se pongan de acuerdo. El único acuerdo que hay en la mesa, por el momento, es que la mayoría parlamentaria, para votar favorablemente, su eliminación, está, sin embargo no hay un proyecto concreto sobre el cual discutir, allí la iniciativa política es del gobierno, dividido en su sustento político, R.N. y la UDI.
En la Concertación le dicen, al Presidente de la República, que están dispuestos a ser socios en este proyecto.
R.N. partido bueno para los acertijos, da la impresión que tiene acuerdo para hacer cambios en esta materia.
Dudas y certezas.
¿Podrá el Presidente Sebastián Piñera alzar la espada de la democracia y terminar con el enclave de Gordias?