12.6.10

El espíritu del mundial

A todos nos llama la atención, pese a que es un fenómeno que ocurre a escala planetaria, como el torneo mundial de futbol une a los países.
Una brisa de viento fresco recorre la tierra cuando quienes asisten a la justa, visten una misma camiseta, entonan con fuerza su himno nacional y se abrazan, gritan y sufren, como auténticos hermanos. Cuánto quisiéramos que en Política ocurriera lo mismo.


Nada más lejano al espíritu del mundial que el calamitoso estado de relaciones en la política nacional. Parece que aquellos que durante 20 años gobernaron este país, siempre muy compuestos, salvo cuando algunos metieron la mano al bolsillo del fisco, o abusaron en beneficio propio de sus cargos, los menos, ahora, que están en el bando opositor, actúan de manera distinta.
Cada acto del gobierno, cada idea novedosa se critica con los argumentos más extraños.
En el afán de prolongar la explicación de su propia derrota, recurren a infantiles argumentos para atacar, implacablemente, a quienes hoy son los gobernantes. Algunos errores del gobierno, ninguno está exento de cometerlos, no han ayudado a construir una mejor relación. Queda, sin embargo, la sensación que se está construyendo, inconscientemente, una atmósfera política parecida a la década del 70.
No es bueno para Chile experimentar la beligerancia, el clima de descalificaciones y la evidente mala intención de algunos dirigentes y parlamentarios opositores.
El Presidente, Sebastián Piñera, invitó el viernes a almorzar en la Moneda a los Ex Presidentes Aylwin y Lagos, según declaró quería conversar sobre la reconstrucción y recibir consejos de su experiencia como Jefes de Estado. No invitó al senador Frei ya que sus intenciones es que al regreso al país, de la ex mandataria Michelle Bachelet, también pueda participar el Ex Presidente Frei.
Sin embargo el primero en reaccionar fue el diputado D.C. Pablo Lorenzini quien dijo a la Prensa “esta no es la manera de gobernar un país (...) hay aspectos básicos en democracia. Esto es un acto de dictadura y me resisto a creerlo”.
¿Qué tiene que ver una invitación a almorzar a dos Ex Presidentes, los dos restantes lo serán en otra fecha, con la dictadura?
La palabra Dictadura se agotó hace tiempo, pero se sigue usando como el elemento diferenciador entre buenos, la oposición, y malos, el oficialismo.
El diputado Jorge Burgos (DC), tuvo una posición diferente. Estimó que “esta es una buena oportunidad para conversar y para que el Presidente Piñera escuche cómo se gobierna para todos los chilenos”.
El nivel de enfrentamiento que exhibe la política en Chile no le hace bien a la imagen que se quiere proyectar, una nación madura, seria, que ha progresado notablemente, en lo económico y social, en el marco latinoamericano.
La oposición ha entrado en un espiral de constante descalificación. Olvida que son otros los que gobiernan. Los que esperaron 20 años y que democráticamente ganan la opción de hacer realidad sus ideas y programas, tienen todo el derecho de sacar adelante sus proyectos, con realismo y negociación.
El Presidente Piñera decide, con su esposa, ir a la Región de Bío Bío, para compartir, con los habitantes de esa zona, el partido de Chile con Honduras. La subdesarrollada mente de un político elucubra que solo es una acción mediática. “No sé si es lo más adecuado que el Presidente esté en la zona para ver el partido, además que se venga alojar en una carpa. Muchos lo podrían interpretar que es un asunto mediático y que no es necesario llegar a esos extremos de show”. Declaraciones del senador Hosain Sabag (D.C.)

Olvida este senador que los Presidentes tienen que hacer acciones que encierren un simbolismo, que contribuyan a levantar el ánimo. ¿Fue show el famoso recorrido de la Ex Presidenta Bachelet en un carro de combate del ejército, cuando era ministra de defensa, por sectores inundados durante fuertes temporales? Claro que no, era parte de su tarea, es un gesto de ánimo, una demostración de solidaridad.

Acaso lo que ellos hacían era bueno y lo mismo, si lo hace el Presidente Piñera, es Show.

Qué falta nos hace ponernos, todos, la camiseta de Chile. Qué falta nos hace trabajar por el progreso de nuestra tierra con la misma fe y la misma fuerza que avivamos a nuestra selección en el mundial.

Necesitamos prolongar el “espíritu del mundial”.