6.10.09

La clientela electoral

El total de personas que votará en los próximos comicios presidenciales y parlamentarios asciende a 8.285.186. De ellos, un 47,4% son hombres y un 52,6%, mujeres.
De los nuevos inscritos, 211.224 electores, 159.447 son jóvenes menores de 30 años, lo que equivale a un 75,4% de los nuevos electores.

La clientela electoral son aquellas ciudadanas y ciudadanos que están habilitados para votar. Es la moderna vitrina electoral donde una cantidad importante de persona sale a mirar las ofertas. Estas no se encuentran al interior y al pie de cada producto, curiosamente en cada campaña, el vitrineo, se transforma en un verdadero remate, donde el que puja por quedarse con los votos tienta con toda suerte de promesas. Casi parece una apuesta de póker. Tu promesa y dos más.

No han faltado en la presente campaña los que tiran barro a la vitrina del adversario para dispersar a los clientes, diciéndoles que el producto está contaminado y les espera toda suerte de males de consumirlo.

Uno de los candidatos dice que de ganar la derecha vendrán graves conflictos sociales, un cataclismo que poco menos destruirá la paz de nuestro país. Desde su mismo lado le responde, al profeta de los desastres, el ex Presidente Patricio Aylwin: “Yo no soy partidario de crear tensiones innecesarias. Los chilenos somos libres para elegir, estamos en una democracia, mi candidato es Frei, soy de la Concertación, creo que es mejor para el país que la Concertación siga gobernando Chile, pero no creo que haya que ser catastrofista”

Desde la otra banda Piñera también tercia en la disputa: “ Frei, ha pasado de una campaña del terror a una campaña sucia y ahora quiere volver a que Chile sea un país que en lugar de unirse quiere retrotraernos a las mismas divisiones y odiosidades del pasado".

"Ellos combatían la campaña del terror y ahora son los campeones del terror. Se la jugaban por elecciones libres y ahora son los campeones de la intervención, y ellos prometían la alegría y ahora quieren traernos la odiosidad",

Presento una nueva teoría, la de la vitrina invertida. Son ahora los electores que, de producto consumible por los candidatos, mutan en consumidores de candidatos y para ello la mejor manera se impresionar a los más de ocho millones de electores de diciembre es actuar con inteligencia, material bastante mezquino en estos días.

Veamos algunos dichos de esta semana que pueden impresionar o no al elector. La primera regla es no pelear entre sí mismos, cosa que no ocurre, por ejemplo, en uno de los dos grandes bloques. La Alianza ya aprendió las lecciones del pasado, pero la Concertación está inmersa en una pugna que le hace un inmenso daño. El diputado Fulvio Rossi que disputa una senaduría por el norte acusa Frei, su candidato presidencial de intervencionismo electoral. Desde el partido en que milita, su Presidente el senador Escalona aclara que Rossi presentó excusas privadas a Frei por sus dichos.

En este pimponeo de declaraciones, Rossi replica: “Con mucho respeto, le digo a Camilo Escalona que no necesito voceros. Le agradecería que no usara mi nombre para decir inexactitudes, puesto que mantengo a firme mis dichos sobre lo ocurrido, porque sigo pensando que estos gestos afectan claramente la unidad de la coalición”

A la clientela electoral le cuesta, seguramente, entender estos dimes y diretes. Pero la política esta de miedo y más que “por sus hechos les conoceréis”, parece primar lo de “por la boca muere el pez”

Los electores quieren un rayado claro de la cancha, pues ya lo tienen en cuanto al color del arcoíris, más cargado al rojo que a otras tonalidades. En el discurso de conmemoración del triunfo del “no”, en la alocución principal se dijo: “Estamos aquí convocando a la izquierda como émbolo de un nuevo proyecto para Chile y estamos convocando a participar en ese proyecto a todos los ciudadanos y ciudadanas, a todo el pueblo chileno que el 5 de octubre de 1988 votó No”,

No agregamos todo lo que se ha atacado a Marco Enríquez Ominami a quien cada vez lo alejan más de tener simpatías por sus ex compañeros de ruta.

La clientela electoral tiene que tomar decisiones. De los más de ocho millones, ¿cuántos se habrán desencantados de las ofertas políticas y anularan su voto o lo harán en blanco, tan en blanco como los ofertantes irreales que, nunca como antes, hemos escuchado?

Creo que, electoralmente, muchos, no están escuchando la voz del mercado