1.10.09

De China a Chile en un clic

Mientras en Chile nos preparamos para elecciones en diciembre, China comenzó a vivir, a contar del 1° de Octubre, los festejos del 60 aniversario de la fundación de la R.P. de China.
Hoy en Shanghai estamos en el cuarto día de festejos, que en el mundo no se pueden desconocer y 550 millones de chinos han salido de paseo a diferentes ciudades de este país.
La tercer potencia económica que vive, entre el marxismo y el capitalismo, sin problemas ni cargo de conciencia, permite con la tecnología de un país desarrollado, escribir de la política chilena con un solo clic de nuestro “Netboock”. Es lo que haremos. ¡Gambei!

“Ni hao Ma”. No resulta difícil ver la política chilena a la distancia cuando podemos enterarnos de lo que ocurre sin problemas, reflexionar y dar algunas opiniones.
La semana se había iniciado con vientos de polémica encendida.
Dos situaciones alimentaron la hoguera de las pasiones políticas. La primera comenzó con el debate presidencial y “Trasparencia Internacional”. El capítulo chileno resultó gravemente damnificado. Su directorio reconoció que un informe publicado a nivel internacional no fue conocido y menos debatido, lo que naturalmente representó la visión particular de los funcionarios rentados que lo redactaron.
El informe sobre corrupción y uso de información privilegiada en la empresa privada, así como el empleo por parte del candidato del oficialismo, Eduardo Frei, para atacar a su contrincante Sebastián Piñera, provocó toda clase de comentarios.
La reunión, esta semana, de “Chile Transparente”, presidida por el ex Presidente de la República Patricio Aylwin, terminó con la renuncia del Secretario General del directorio, el D.C. Jorge Navarrete, y el rechazo, por unanimidad, a la renuncia que había presentado la titular, ex Ministra de Minería, Karen Poniachik.
¿Capítulo cerrado?, probablemente, pero con una consecuencia favorable. Hoy “Chile Transparente” es más conocido en su integración, como en sus funciones. Es una ONG que está compuesta por gente con diferentes visiones políticas, lo que es saludable. Su directorio corregirá una irregularidad, que le restó prestancia y méritos, como que sus integrantes no fueran informados del texto que se elaboró, publicó y se utilizó políticamente. Lo más grave, como quedó demostrado, que era sesgado y con graves inexactitudes legales. El acuerdo de corregir ese aspecto, conocer con oportunidad lo que se informa mediante una propuesta elaborada por “hombres buenos”, seguramente, zanjará el conflicto.
Organismos como “Chile Transparente” son necesarios. Su independencia de juicio debe estar garantizada por la rigurosidad de sus estudios y la veracidad de los argumentos.
El segundo tema de polémica, que llevó a violentas acusaciones desde la Concertación, lo puso sobre la mesa Marco Enríquez Ominami, cuando en una entrevista en el diario La Nación de Buenos Aires, dijo que “ni soñando votaría apoyaría en segunda vuelta a Eduardo Frei”
Toda suerte de denuestos y anatemas cruzaron el campo de la política chilena.”Busca la destrucción de la concertación”, “exigimos que aclare qué significa que, habiendo sido parlamentario de la Concertación, apoyado por su partido, el socialista y habiendo renunciado a ello, expresamente señale que en una segunda vuelta no apoye al candidato de la Concertación. Por una mínima conciencia, tiene que explicarlo”, dijo el diputado Juan Carlos Latorre, presidente de la D.C.
La respuesta del candidato alternativo fue clara y lógica. “Probablemente me entendieron mal, no me pongo en el escenario de no pasar a segunda vuelta. No voy a votar por el senador DC porque el que va a pasar a segunda vuelta soy yo”.
En estos meses que restan de campaña, la epidermis de los candidatos, sus seguidores, integrantes de batucadas y murgas que forman parte de la nueva manera de buscar el favor de los votantes, estará en extremo sensible.
A la distancia, con 12 horas adelantadas de diferencia, las cosas se aprecian con una óptica distinta, tranquila, en una ciudad que tiene dos millones más de habitantes, que toda la población de Chile.
Y pensar que pese a las 36 horas de vuelo que nos separan, sin contar escalas, estamos a solo un clic, que me apresto a pulsar, de Chile y sus polémicas. ¡Gambei!