10.7.09

Las oligarquías políticas


La fuga desde los partidos políticos parece ser una constante en esta campaña parlamentaria y presidencial. Hay candidatos, con potencial electoral propio y transversal, que presienten un voto de castigo, hacia las colectividades, que favorecerá a díscolos y descolgados.
Hay dos definiciones de “oligarquía” que parecen calzar con el momento político que vive el país. La primera “Forma de Gobierno según la cual el poder es ejercido por un reducido número de personas”. La segunda “Conjunto de poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio”.
Cuando me refiero a las oligarquías políticas trato de explicar el fenómeno de diputados y senadores, que renuncian a los partidos en que militan, en una suerte de ¡sálvese quien pueda!
Se siente en el ambiente el aroma, de una forma de hacer política partidaria, descompuesto que impulsa a rebelarse a candidatos y precandidatos. Los políticos de oficio, en un afán por recomponer las pérdidas, son reemplazados por caras nuevas en esa área, pero añejas y desgastadas en otras. Aparecen los actores de teleserie. Los cantantes y compositores, aprovechando su popularidad, pero sin garantías de capacidad en caso de ser electos.
A la coalición gobernante se le acaba la reserva de buenos candidatos y recurre a los reestrenos. Nuevamente en cartelera los actores del pasado que resucitan con buenos y malos recuerdos. Las caras nuevas para los comandos. La gente joven solo para la parada, por el que dirán.
En la otra coalición, la del cambio, no se aprecian muchos. El comando de Piñera sigue con la misma gente de siempre. Un grupo que no se agranda y que no incluye a figuras diferentes y menos ideas renovadas.
Volvemos a las promesas de futuro sin saber cuándo tendremos un presente, del cual no podamos quejarnos mucho.
Las acusaciones se cruzan, de un lado y de otro. ¡Intervencionismo electoral! gritan muchos. ¡Majaderos! les responden desde palacio. Son las acusaciones y descargos de siempre.
En cada elección, desde que Chile es un país independiente, los gobiernos han favorecido a los candidatos oficialistas, no rasguemos vestiduras ahora, por una costumbre que es parte de los usos de la política. En medio de todo, queda en la retina, atravesado en un lluvioso y frío camino de Chaitén, un bus, de fuerzas especiales de carabineros, que impedía que los “chaiteninos” hablaran con la Presidenta de todos los chilenos.
En la Quinta Región, dos ex, excelentes alcaldes, bajan sus candidaturas, Pinto y Cornejo, para que un cantante sea el candidato al congreso nacional. No tengo nada contra los cantantes, solo es un problema de competencias, capacidades, habilidad para legislar.
La política se ha transformado en una competencia de egos y de pequeños poderes individuales. El Alcalde de Cerro Navia, ex R.N., dice que no permitirá hacer campaña a un candidato porque no designaron al hombre de sus preferencias. ¿Es acaso ese personaje dueño del territorio? ¿Un sátrapa de la política?
Hoy estamos en manos de una oligarquía política, gobierno y oposición, que no nos representa en sus pequeñas luchas de poder. Somos mayoría los no militantes. Son mayoría aquellos que quisieran ser parte del servicio público y que ven que se están poniendo viejos, mientras se “repiten el plato” parlamentarios que ya llevan 20 años en el congreso.
Por dentro o por fuera, la ciudanía que vota, quiere ejercer un derecho más amplio que el que hoy les otorga la oligarquía política. Creo, que los chilenos que se sientan a la mesa electoral del país, no quieren comer el plato único que unos pocos les ofrecen. La comida de la casa ya no sirve, queremos ver la carta, antes que los ingredientes terminen marchándose en las más distintas y variadas direcciones.
Todos deseamos que nuestro voto valga más allá de la mera formalidad de las fiestas democráticas electorales.
Hay que crear conciencia que la democracia es algo más que elegir a un ciudadano que se nos ofrece como la única alternativa.
Si los partidos políticos no cambian su actitud, hay que legislar para que surjan candidatos independientes. Gente con criterio formado y opinión propia, alejada de los grupos de poder, político y económico.