9.2.08

Cambien el Juramento


Con toda la polémica desatada, incluidas contradicciones de un ex y un actual ministro de Defensa, y por lo menos de dos ex subsecretarios, Haddad y Burgos, la renuncia presentada por el General Santelices y derivada luego de una reunión con el Comandante en Jefe del Ejército, ha complicado al gobierno y puesto en el marco de la discusión un doble estándar, una justicia política para los militares y una diferente para quienes han sido condenados por delitos terroristas.

La actitud del Comandante en Jefe del Ejército, claramente presionado por el Gobierno, resulta incomprensible. Las autoridades se contradicen y todo ello no ayuda a mejorar el clima de paz social y política que nuestro país necesita con urgencia para enfrentar dos años electorales.

El General Santelices tenía 20 años en 1973, menor de edad de acuerdo a las leyes vigentes en esa época. Subteniente recién egresado de la Escuela Militar, oficial subalterno. Como dijo el Ministro Juan Guzmán Tapia, “la última chupada del mate”.

Nadie le preguntó al subteniente Santelices si estaba de acuerdo con el pronunciamiento militar. Fue adoctrinado, y así se sigue haciendo, para obedecer las órdenes de sus superiores, las que un oficial subalterno no discute, salvo si el superior requiere una opinión. Nadie le pide, en una situación como la vivida el 11 de septiembre a un subalterno que diga si está o no de acuerdo, solo debe atenerse al código militar.

Nadie le pidió su parecer al subteniente Santelices, cuando otro oficial superior, cuyo nombre no se conoce, tampoco se ha indagado, le ordenó que retirara de la cárcel de Antofagasta a 14 personas detenidas y las condujera a un lugar conocido como la quebrada del “Way”, donde fueron asesinados.

El no formó parte del pelotón de ejecución, no dio la orden de disparar. Se le ordenó hacer recoger los cuerpos y llevarlos a la morgue. Sus reflexiones, muchacho de 20 años, quedaron en su conciencia y probablemente, como lo ha declarado, marcaron su vida.

Sobre este caso, qué dice el Juez Juan Guzmán Tapia, alabado por todas las organizaciones de derechos humanos, premiado internacionalmente, “Él era un subteniente, acababa de salir de la Escuela Militar hacía un mes, era la última chupada del mate, por llamarlo de alguna manera, así que él, si no cumple con esa orden funesta, inmediatamente, lo habrían sometido a un Consejo de Guerra y lo más probable es que lo hubieran asesinado, como asesinaban a tantas personas. El gran responsable de esos crímenes fue el fallecido general Augusto Pinochet, seguido del general Sergio Arellano Stark, quien comandaba la comitiva militar encargada de llevar a cabo los crímenes, y finalmente el encargado de dar la orden directa de los fusilamientos, el entonces coronel Adrián Ortiz”.

“A mí me preguntan sobre por qué no lo sometí a proceso, y no lo sometí a proceso porque en definitiva consideraba que llegado el momento de la sentencia iba a tener que absolverlo, así que una persona que va a ser absuelta no tiene por qué pasar por todo el martirio del procesamiento (...), eso es lo que ha dictado el Código de Procedimiento Penal, precisamente para velar por la paz social y para velar por que los procedimientos sean humanos y no deshumanizados. El juez Juan Guzmán recalcó que: “hay que procesar a las personas que uno estima que van a ser acusadas y que uno estima que van a llegar a sentencia, pero no se puede procesar a todo el mundo, no se puede procesar a todo el pueblo, no se puede procesar a todo el Ejército (...). Así como hay que tener valentía para procesar, hay que tener valentía también para no procesar cuando uno está convencido de que no corresponde” (TVN)

"Creo que es bastante obvio que los antecedentes que hoy justifican y explican la renuncia del general, estaban a la vista al momento de sus ascensos a general, en 2003 y 2007, en los respectivos decretos supremos. Creo que el antecedente que hoy se señala como novedoso ya se conocía. Por lo tanto, no entiendo por qué hoy día es justificación para avalar la renuncia del general y ayer no lo fue para negar un ascenso. A lo mejor hay un cambio de doctrina", dijo por su parte el diputado y vicepresidente DC, Jorge Burgos

Y hay una frase de Jaime Ravinet, ex ministro de defensa, que da para pensar: “Si a Cheyre lo hubiesen tratado como a Santelices, no habría sido comandante en Jefe”.

El concepto más duro de Ravinet, lo vierte en una entrevista publicada el viernes en el diario El Mercurio. “Lo que sí me preocupa es el doble estándar respecto de generales que tenían 20, 19 años, cuando fueron mandados a participar en determinados actos, versus los indultos y concesiones que se les hacen a terroristas por actos ocurridos en democracia y que merecen soluciones, como en el caso de la 'Chepa' (Patricia Troncoso, activista mapuche)”.

En definitiva que, el Comandante en Jefe del Ejército y el Ministro de Defensa, cambien el texto del solemne juramento a la bandera que muchos hicimos, en nuestra juventud, en aquella parte donde se jura “Obedecer con prontitud y puntualidad las órdenes de mis superiores”.

La justicia política ha condenado, lo que la justicia real declaró no procesable. ¿En que parte, al gobierno se le quedó perdida la presunción de inocencia?